lunes, septiembre 25, 2006

¿Y dónde, cuándo, Dios mío, vamos a encontrar alivio?

Ciudad Perdida
Miguel Angel Velázquez


Acuerdos de NI en lo oscurito

AN festina triunfo sobre el gobierno entrante

Manos libres a la tribu a cambio de golpear

Para nadie resulta una sorpresa saber que la corriente Nueva Izquierda -que controla las bancadas perredistas en las cámaras de Senadores y de Diputados, así como en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal- iría a lograr acuerdos con quien se dejara, siempre que fueran para su beneficio y en contra, inclusive, de las intenciones de Andres Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard, si así lo requiere lo que ellos llaman "su avance".

Y no hizo falta que pasara mucho tiempo para que los acuerdos fluyeran y Nueva Izquierda asumiera el papel que en teoría todos sabían, pero de los que muy pocos conocían sus alcances, mismos que en opinión de muchos, y casi convertidos en realidad, se pasaron de la raya.

En la Asamblea Legislativa el problema no es el control, a fin de cuentas el PRD es mayoría, sino cómo deberían ser repartidas las tareas de gobierno entre las diferentes corrientes, sin que PAN y PRI, principalmente, se convirtieran en un escollo insalvable.

Para Nueva Izquierda lo fundamental era tener bajo su mando los organismos de gasto y control de los dineros de la Asamblea. Según el número de sus diputados, podían acceder con facilidad a dos de las unidades administrativas de la institución; una más significaría que una sola corriente controlara el gasto y la fiscalización del mismo, cosa que no sería permitido por los partidos de oposición.

Allí fue donde empezaron los arreglos, según se sabe. Nueva Izquierda pretendía, y logró, tres de las direcciones: Tesorería, Oficialía Mayor y Contraloría, sin mayores problemas con la oposición, es decir, Nueva Izquierda será la que distribuya el gasto y vigile la honestidad de las erogaciones.

Por más insano e injusto que pareciera, Nueva Izquierda se impuso no sólo a las otras corrientes perredistas, sino a las advertencias que le hicieron otros grupos de asambleístas, con excepción del de Acción Nacional.

Pero más tardó en anunciarse el hecho que en saltar la liebre, y boquiflojos que son los panistas, alardearon sus acuerdos y lo que ellos suponen, y así se ve, fue un triunfo en contra del próximo gobierno de Ebrard.

Y es que, según los azules, Víctor Hugo Círigo, líder de Nueva Izquierda en la Asamblea, realizó acuerdos, pactó con ellos para que el poder económico estuviera del lado de su grupo, a cambio cualquier cosa.

Por eso festejan los panistas. Dicen que el "equilibrio" se habrá de dar en las comisiones legislativas, y que ya se arregló con Círigo que las comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública, y la de Vigilancia de la Contaduría Mayor de Hacienda, habrán de quedar en manos azules.

El golpe irá directo contra Ebrard: el gasto del gobierno y la vigilancia, es decir, las cuentas sobre lo erogado, serán manejados por el panismo, mientras Círigo y la tribu que lo acompaña podrán gastar sin que nadie, fuera de su grupo, los fiscalice.

Así que si alguien se preguntaba de qué lado masca la iguana, pues la duda quedó despejada, cuando menos eso se dice en círculos de Acción Nacional.

Las trampas para Ebrard

Y si en la ALDF Marcelo Ebrard tendrá que andarse con cuidado, en su equipo cercano deberá abrir bien los ojos para que no le suceda una traición.

Se dice que una publirelacionista que hasta hace poco trabajaba para un noticiero de radio que devino periódico, de donde fue despedida por jugar en dos bandos y ofrecer la cabeza de su jefe a los enemigos, se incrustó en el equipo del jefe de Gobierno electo, a súplica del propio Ebrard, según ella.

Tal vez sea por eso que la señora tenga tan buenas relaciones con el gobernador del estado de México, Enrique Peña, a quien sirve, dicen por ahí, de asesora, y no se sienta apegada al proyecto de Ebrard. ¡Cuidado, mucho cuidado!, diría el príncipe.

Comento: ¿Y dónde, cuándo, Dios mío, vamos a encontrar alivio? Traidores y corruptos asechan por todas partes, amenazas y peligro por todos los flancos, y ¡con tanto que hay que transformar! Nada, seguimiento a todo, protestas constantes, hasta que aprendan que no pueden estarnos engañando y robando. Total que los mexicanos, además de nuestro trabajo y de tener que sacar adelante a nuestras familias en tan difíciles condiciones, todavía tenemos que ocuparnos de fiscalizar y estar al tanto del gobierno porque si no nos llevan al baile, ¡puta, que chinga! Pero ni modo, si ya Dios nos puso en este camino, pues a darle.

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