viernes, noviembre 10, 2006

Oír

Julio Hernández López

Cambios auditivos

El valor de la radio

Revelaciones felipenses

Conjugaciones políticas del verbo oír. Un débil presidente electo de México descubre que un debilitado presidente de los Estados Unidos está ahora muy dispuesto a escuchar. El damnificado electoral de la guerra de Irak se dice presto a atender sugerencias de sus gobernados sobre la mejor manera de conducir esa invasión, probablemente con la misma sinceridad con la que estaría dispuesto a recibir en materia migratoria argumentos o ideas grandes y chiquitas (es decir, ideotas e ideítas) del abogado Calderón, atleta político especializado en salto masivo de bardas fronterizas, según aquellos discursos de campaña en que alegremente advertía a los gringos que los mexicanos continuarían brincando el muro por más alto que lo pusieran.

Por lo pronto, el alicaído Bush ya no escuchará los mismos rollos foxianos, pues el sucesor formal anunció que él no anunciará lo que no esté seguro de conseguir (¡oh, no: ¿ni enchiladas completas que acabaron en puro chilaquil, ni días históricos por intrascendentes acuerdos senatoriales gringos?!) Tanto cambiarán las cosas que el michoacano reveló a periodistas mexicanos que, en realidad, él no es ni Salinas, ni Zedillo, ni Fox, sino ¡él mismo, Súper Felipe Cal de Ron!) Antes, el abogado Felipe (con inminente especialización en derecho penal) había dejado oír a periodistas estadunidenses la tesis de gobierno de barandilla que ha ido esbozando en México. El teórico de la lucha contra el terrorismo (¿habrá en su manual algún capítulo llamado Abu Ghraib?) dijo que "probablemente" el reto principal que enfrentará como presidente sea el de "cómo fortalecer las instituciones y el imperio de la ley, y detener la pérdida de respeto por la autoridad".

Mientras el entrante dibuja en el extranjero esos vigorosos trazos leguleyos, el monasterio de Bucareli, ya en sus últimos suspiros presupuestales, ofrece a los radiodifusores oaxaqueños ayuda económica por el tiempo que no se han hecho oír en aquella entidad (visión asistencial unilateral: a los ricos se les compensa por lo mucho que circunstancialmente y durante unos meses han dejado de ganar, a los históricamente pobres ni siquiera se les ofrecen algunos bonos de justicia política a cuenta de lo mucho que desde siempre han perdido). Al mismo tiempo, la sorda Secretaría de Gobernación negocia en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca para que esa institución vuelva a clases y que la difusora universitaria en rebeldía, desde la que se informa del movimiento social oaxaqueño en demanda de justicia, vuelva a los cauces institucionales.

Polifónica como siempre es, la Iglesia oaxaqueña ha dicho a los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca que sí les da asilo en recintos religiosos porque hay una estrategia oficial de represión contra esos líderes y el movimiento popular en general. Terrorismo de Estado, se dijo. Los huéspedes podrán escuchar en esos días de albergue forzoso las palabras diversas de las corrientes eclesiales que buscan impulsar salidas al conflicto estatal desde un abanico de opciones que va de la altamente improbable idea de sentar en una misma mesa a todas las partes involucradas (es decir, a Ulises Ruiz junto a la APPO) hasta la posibilidad de que haya una comisión plural que impulse diálogo y pacificación sin colocar codo a codo al gobernador impugnado y a los grupos impugnantes.

Como los meros machos dice el fantasmal presidente en funciones que ha de aguantar las críticas y los problemas que surgen en ese cargo. Pitorreo y acidez ha cosechado el mandatario en fuga luego que fueron conocidas las palabras fuera de grabación formal que dijo durante una entrevista con la agencia informativa EFE, segmento indiscreto que fue reproducido por Rubén Luengas en canal 52 de Telemundo, en Los Angeles. La escena muestra a un presidente valemadrista, que apenas junta ganas para salir a escena mediática y decir cualquier cosa, cualquier tontería, al cabo que ya qué, si él ya va de salida (por cierto, el cinematográfico gobernador de California, que fue electo para un periodo más, también hubo de escuchar en México voces de protesta de jóvenes laruchistas).

De todo hubo de oírse en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a causa de la ley de sociedades de convivencia que fue aprobada ayer. En tribuna y en las afueras del salón de sesiones fueron pronunciadas consignas y razones en favor y en contra de esa polémica normatividad. Ya antes la izquierda legislativa ha reculado por razones electorales y ahora, con esa autorización, la derecha tendrá razones para vigorizar campañas propagandísticas contra las maldades y perversiones de quienes son capaces de dar garantías y viabilidad jurídica a personas del mismo sexo que desean vivir juntas duradera y establemente.

Astillas:

El expediente del asesinato de Enrique Salinas de Gortari pareciera ser un valioso instrumento de negociaciones políticas entre bandos de tres colores, de tal manera que conforme a las circunstancias ese tema aparece y desaparece en el escenario público. Ahora, la procuraduría de injusticia del gobierno del estado de México ha anunciado que volverá a investigar el caso (este tecleador muere de curiosidad: ¿Enrique Peña no nieto, sino sobrino de Arturo Montiel habrá dejado de ser el temprano delfín de Carlos Salinas para el 2012? ¿El tío Arturo tendrá problemas judiciales en puerta para los que sea necesario exigir al jefe Charlie que consiga favores de última hora con su protegido Vicente?)... El mago Luis Carlos ¡Uh, Fraude! sigue echándose porras en auditorios cerrados. Ahora dice que el trabajo del (Fel)IFE fue pero requete bien bueno, pero que las estrellas no se alinearon correctamente (¿el Canal de las Estrellas?) y por ello se dieron resultados que parecieron políticamente incorrectos pero que fueron la neta del planeta (la jefa del alumno destacado, la profesora Elba Esther, debe haber puesto un diez en la libreta de trabajos escolares del maguito electoral).

Y, mientras sigue el berrinche por causas turísticas de Foximiliano de Absurdo, y mientras Lino Korrodi se expone a los coletazos de fin de sexenio, y Enrique Jackson se instala en busca de presidir el PRI, ¡feliz fin de semana!

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