lunes, noviembre 27, 2006

Saramago contaminado por la derecha

Una de las maravillas de los blogs es que personas que como yo no figuramos en el ámbito de los figurones de la cultura sino que pertenecemos a un esfera que podría llamarse mediocre podemos externar nuestra humilde opinión y algunos podrán leerla y quizás hasta estar de acuerdo.

Mucho me cuesta estar en desacuerdo con uno de los escritores que me ha dado tanto especialmente a través de su libro "Ensayo sobre la ceguera", sin embargo, en mi humilde opinión sus declaraciones respecto a López Obrador muestran desconocimiento por un lado, y por otro, que ni él con lo inteligente y humanista que es ha podido sustraerse a la propaganda mundial de la derecha:

Ahora es el turno de la política, pero de una política muy conciente, muy seria que pase por encima de intereses personales o de orgullos heridos, ahora lo que interesa es el pueblo mexicano, afirma el escritor portugués José Saramago en entrevista exclusiva con La Jornada.

El turno de la política conciente y seria es el que se está dando dentro del gobierno legítimo y el movimiento lopezobradorcista en el que se trata justamente de cambiar la politequería, la transa y la traición a la patria, por una política que encauce los ideales del pueblo mexicano. El sugerir que existen intereses personales u orgullos heridos es el resultado de leer diarios como "El País" que ha mostrado su frivolidad y su falta de información analizando movimientos políticos y sociales que no entiende porque le falta estudio sobre la historia de México y sobre la verdadera situación de la nación mexicana o porque atiende a intereses transnacionales del neoliberalismo en los que está involucrado su propio país.

"No sé si podemos llamar a éste un periodo de transición. Me parece más bien un periodo de confusión total. Hay muchas confusiones. Creo que el tiempo de la protesta terminó. No voy ahora a discutir si a (Andrés Manuel) López Obrador le robaron o no las elecciones, no he sido fiscal de los votos, no los he contado, por lo tanto sobre eso no tengo opinión", expresa el autor de Tierra de pecado, quien asiste a la Feria del Libro de Guadalajara como invitado en varias conferencias y para presentar su libro Las intermitencias de la muerte.

Ni periodo de transición, ni de confusión. Es un proceso de cambio, de revolución de conciencias, en el que al menos para una tercera parte de este país no hay confusión, nunca las cosas habían estado tan claras como ahora. No cabe duda que el propio Saramago está confundido. Lástima que no haya estado al tanto de la documentación que existe sobre el fraude electoral y supongo que no ha tenido tiempo, ocupado en asistir a la Feria del Libro de Guadalajara y a dar sus conferencias para presentar su libro, lo cual está dentro de su quehacer profesional.

"Se dice que sí, que López Obrador había ganado; se dice que no, que no había ganado. La protesta que siguió a todo eso creo que es legítima, natural, pero también digo que me parece que el tiempo de la protesta terminó, ahora es el turno de la política. En el Congreso hay suficientes diputados, más que suficientes, para una oposición fuerte. No es que no haya una izquierda en México, pero hay una izquierda dividida, polarizada, en algunos casos enfrentada y por ese camino no se llega a ninguna parte.

De acuerdo, ahora es el turno de la política, pero lo que no se logre dentro de ese ámbito tendrá que hacerse por otras vías, la gente está cansada, ya no aguanta más injusticia, no puede esperar a que los diputados resuelvan el hambre que los está matando, no pueden esperar setenta años, sin protestar. La izquierda, como siempre, esta dividida y estoy de acuerdo en que por ese camino no se llega a ninguna parte, a menos, que una parte de la izquierda tenga tantos millones de seguidores en el pueblo que no necesite de las otras fracciones.

"No voy a decir lo que tiene que hacer, pero si yo estuviera en el lugar de López Obrador intentaría, por lo menos, organizar la izquierda en México, aglutinarla, buscar un consenso de izquierda y para eso tiene seis años, nada más, nada menos, y preparar la victoria para 2012. Eso es a mi parecer lo que debería hacer y yo me disculpo por decir lo que no debería decir, lo digo como lo pienso y como lo siento.

Agradecemos su sinceridad, nada menos esperaría de un escritor al que sigo admirando tanto, sin embargo, desconociendo como desconoce el proceso que México está viviendo, esa sugerencia es tanto como si López Obrador osara decirle que es lo que él intentaría, si estuviera en su lugar, para escribir su próxima novela.

"Durante varios años López Obrador fue el foco de atención de la izquierda en México. Al mirar a este país desde el exterior, cuando pensábamos en la izquierda mexicana, quien la representaba era él.

"No sé si ganó o no: perdió y el próximo primero de diciembre México tendrá un presidente. Yo no me llamaría a mí mismo presidente legítimo si he perdido las elecciones; creo que él debe pensar, sentarse a pensar sobre todo en México, no en sí mismo, situaciones como esas no son gran cosa, lo que importa es lo que es más grande que nosotros.

¿Cómo que "no sé si ganó o no: perdió y..."? Si no sabe que ganó, ¿cómo sabe que perdió? Naturalmente que no se llamaría a sí mismo presidente legítimo si hubiera perdido las elecciones pero si las ganó, me imagino que sí ¿o no? Lo que cree que AMLO debe pensar es en lo que éste ha estado pensando desde los 18 años, su idea de que López Obrador está pensando en sí mismo y no en lo que es más grande que él vuelve a ser el resultado de no haberlo escuchado y de confiarse de los diarios y los medios de comunicación acordes con los gobiernos neoliberales que permean esta época.

"Lo que es más importante que los López Obrador o los Calderón del mundo es México. México en sus problemas, sus miserias, su hambre, su tristeza que busca compensar con todas las (canciones) rancheras y las alegrías, todo eso que son ustedes.

En efecto, México es más importante que López Obrador o Calderón. Sin embargo, "los López Obrador o Calderón" es una frase equivocada. Primero, porque ojalá hubiese muchos López Obrador en el mundo, hace setenta años al menos que no había uno como él en México, y segundo, entre López Obrador y Calderón existe un océano de distancia de manera que colocarlos como iguales muestra un gran desconocimiento de lo que uno es y lo que representa, y de lo que el otro es y representa (de Calderones si hay muchísimos en el mundo). Justamente López Obrador piensa en la miseria, el hambre y la tristeza de los mexicanos, no ha cesado de hablar de ello y de trabajar para compensar la desigualdad de nuestro país con sus políticas, precisamente por ello la oligarquía no lo dejó llegar a la presidencia que ganó y a cambio tiene millones de simpatizantes en el pueblo de México.

"En este momento lo que este país necesita es que alguien se pare a pensar en el futuro y el destino de México. Movilizar la izquierda, organizarla para ganar las elecciones de 2012. Esa sería la tarea que pienso que debe hacer López Obrador, quien pienso que tiene calidades políticas más que suficientes para ello, pero que me parece que ha perdido un poco la cabeza en todo este lío, en este proceso y todo eso. Es hora de recuperar la sangre fía y una vez más pensar en México.

Exactamente, AMLO está pensando en el futuro y el destino de México, por eso anda por toda la república haciendo contacto con la gente hasta de los municipios más remotos, para lograr un gobierno legítimo que esté por, para y con el pueblo. Mucho daño le hizo al escritor su visita a Guadalajara y su contacto con nada menos que Sari Bermúdez.

"De todos modos no van a faltar motivos para volver a la calle. No quiero decir que López Obrador se encierre en su casa, en su espacio, y que desde ahí trabaje para organizar la izquierda. Pero como este gobierno va a dar a los mexicanos motivos de protesta, no faltarán motivos para volver a la calle, pero no en este momento. Ahora es el turno de la política pero de una política muy consciente, muy seria que pase por encima de intereses personales, o de orgullos heridos. Ahora lo que interesa es el pueblo mexicano."

El tiempo de protesta no termina mientras existan las injusticias que ahora prevalecen en la sociedad mexicana. El momento de salir a la calle lo determina la gente, ningún escritor por sabio que sea puede darse el lujo de decir cuando es el momento si por lo visto ni siquiera conoce la problemática a la que nos estamos enfrentando, ¿una persona como él recomendándole al pueblo cuándo debe salir a la calle? Se nota que no sabe las dificultades y el sufrimiento que vive el pueblo, es muy cómodo recomendar cuando uno vive en una isla maravillosa, se mueve en altas esferas y lleva una vida holgada, muy merecida por cierto. No es ni AMLO el que decidirá cuando volvamos a la calle, somos los mexicanos los que lo determinaremos, como lo ha hecho la APPO, (¿o qué a ellos también les envía ese mensaje?) porque la política como dice AMLO no es cosa nada más de los políticos sino de todos. No se está defendiendo a una persona, y considerar que millones estamos luchando por el orgullo de un individuo resulta devaluatorio. Saramago está hablando como los locutores de Televisa, de un plumazo borra las aspiraciones y las acciones de millones de ciudadanos libres que hemos decidido luchar por la democracia y la justicia.

Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, tiene durante esta semana varias actividades en la FIL tapatía, entre ellas la conferencia Un portugués en Andalucía y el diálogo El escritor como referente político en el que compartirá la mesa con la también premio Nobel la escritora sudafricana Nadine Gordimer, y los autores Elena Poniatowska y Tomás Eloy Martínez.

Ojalá Elena Poniatowska pueda actualizar a Saramago.

El miércoles, en el Teatro Diana, al lado del actor Gael García Bernal, se realizará una lectura a dos voces de Las intermitencias de la muerte.

Al respecto, el escritor y poeta, dijo "tengo que participar en la lectura, lo cual no voy a decir que me encanta . No voy a interpretar nada, por lo tanto espero que todo salga bien". Saramago es uno de los favoritos dentro del encuentro libresco, los auditorios en los que se presenta siempre se llenan y, la verdad, dice, "es que nunca imaginé este éxito" que le ha dado experiencias como la de recibir el Nobel pero sobre todo aquellas como lo que ocurrió durante la presentación de Las pequeñas memorias en Azinhaga, hace unos meses.

"Fui a mi pueblo, en el que nacía hace una cantidad de años, a presentar ese pequeño libro de memorias, el pueblo tiene 2 mil habitantes, y en la presentación estaban al menos mil 500. Había casas que quedaron sin gente. La idea de presentar un libro de un hombre ya mayor, de 84 años, que había vivido en ese pueblo hace 70 y muchos años, que vivió ahí con sus abuelos y sus padres, pero sobre todo con sus abuelos, que andaba sin zapatos."

Tal vez son cosas que se podrían olvidar, añade, "pero en mi caso no olvidar ha sido algo natural en mí. No he querido ni recordar ni olvidar, el pasado es pasado pero se mantuvo intacto en mi cabeza, en mi memoria, y por lo tanto regresar al pueblo (que lo hice una gran cantidad de veces) pero en esta circunstancia y con mil 500 vecinos, algunos de ellos que no saben ni leer, con muchos chicos corriendo de un lugar a otro, la banda filarmónica y el grupo folclórico bailando, el hecho de que las mujeres limpiaron y encalaron una gran nave industrial e hicieron la comida para mil 500 personas.

"Yo creo que haber ganado el Premio Nobel es importantísimo pero presentarme ante mi gente, haber vivido esto sobre todo a esta altura de la vida que ya no podrá ser muy larga pero llevo este recuerdo. Si me preguntan, '¿quién ha sido usted?', tengo respuesta y está en ese libro. Entre esos que yo he sido y este que soy la diferencia en el fondo es que he vivido experiencias, conocimiento, quizá sabiduría, me he enamorado, me he desenamorado, todo lo que nos ocurre a cada uno de nosotros, pero lo que es cierto es que no hubo una ruptura de aquí se acabó el niño y comenzó el adolescente y aquí el adulto. Es cierto que he ido cambiando como todos cambiamos, pero es una línea constante, no hay interrupciones. Yo soy aquel y aquel soy yo.

"Soy alguien que ha trabajado, que no ha tenido nunca ambiciones aunque esto puede sonar falso , nunca he tenido ambiciones, nunca he dicho 'voy a hacer esto para llegar a aquello', y cuando lo obtenga voy a dar un paso más para llegar a un final. No, yo he vivido mis días con lo que tenía que hacer. Creo que he tenido suerte, porque la gente me ha descubierto cuando yo había hecho algo que merecía la pena, pero podría ocurrir que yo hubiera hecho eso y que la gente no lo hubiera visto."

Habla de la suerte, pero no la que hace a alguien ganar la lotería, "sino la suerte de escribir algo como Memorial del convento y tener la suerte de que los lectores y editores descubran el libro, porque hay libros magníficos que quedan en la sombra, y si no hay una luz que los ilumine para que la gente se dé cuenta de que existe, puede ocurrir que un escritor que merecía otro futuro se quede ahí con un gran libro que la gente no reconoció. Yo he tenido la suerte contraria".

Este domingo, durante una conferencia de prensa, Saramago y Carlos Castillo del Pino hablaron de su relación con Andalucía y el exilio. Ambos participaron en el homenaje al poeta andaluz Francisco Ayala.

José Saramago ofrecerá la conferencia Un portugués en Andalucía, este lunes a las 19 horas, mientras que el académico e investigador participará el miércoles en la conferencia La escritura de la memoria a las 17:30 horas.

Es maravilloso que Saramago haya tenido la suerte de que se reconociera su enorme talento como escritor porque así todos hemos sido beneficiados, y que siga escribiendo libros que disfrutemos quienes podemos comprarlos, lo único que me desilusiona un poco, y eso no es culpa del artista sino de mi idealización, es que sin darse cuenta se haya separado del pueblo, y lo digo, porque una persona con su prestigio y su calidad moral bien habría podido aprovechar la entrevista en Guadalajara para pronunciarse en contra de la masacre que se está llevando a cabo en Oaxaca y no para expresar ideas contaminadas por la derecha sobre López Obrador.

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