sábado, octubre 14, 2006

Sin remedio...

¡México! Levántate y anda,

ya anduvimos pendejos demasiado rato.

Cárdenas y sus defensores

Sique (en azul)

Me había propuesto ya no dedicarle tiempo y espacio a Cárdenas pues hay tantas sucesos realmente importantes en nuestro país que la cuestión de este individuo, discutida hasta el cansancio en parte para elaborar su pérdida y reconocer que lo que muchos interpretamos como una verdadera preocupación en la democracia de nuestro país fue una pantalla para acceder a la presidencia, pasa a tercer término en importancia. Sin embargo, la defensa que se hace hoy en artículo de La Jornada de sus actuaciones con el consecuente ataque a López Obrador me parece tan injusto que me despertó otra vez el deseo de aclarar lo que pienso al respecto.

Seb Tal (en verde)

También he decidido comentar al alimón con Sique, esta colaboración falaz.

Enrique Calderón A. (en negro)

Cuauhtémoc Cárdenas y los centenarios

Luego de la derrota de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2 de julio, empezaron a darse algunas críticas al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, principalmente entre comentaristas de radio, así como entre articulistas y caricaturistas de La Jornada y otros diarios. Las críticas se reducían a dos asuntos básicos, diferentes aunque de alguna manera vinculados entre sí.

Iniciar con "la derrota" de Obrador denota la mala leche y la tendencia de todo el texto. Desaparecer por completo el evidente fraude es el mismo objetivo propagandístico de la derecha. En todo el texto no se menciona una sola vez. El reclamo de millones de personas es invisible. La posición política se define por las acciones, por ende, si actuamos como la derecha, somos de derecha. Tampoco fueron "algunas críticas" como tampoco fueron "algunas mentadas" las lanzadas a Cárdenas en el Zócalo a quien millones de personas consideran un traidor al movimiento de izquierda como la encuesta de Galván Ochoa de La Jornada lo demuestra.

El primero de ellos era un reproche a Cárdenas por no haber participado en la campaña de López Obrador y apoyado su candidatura, la segunda a su aceptación a presidir los festejos del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución. De estas críticas, me llamó la atención que el mismo López Obrador no hiciera un comentario público de respaldo a Cárdenas, lo cual habría terminado con ellas.

Bastante hizo López Obrador con no hacer comentario público alguno de respaldo a Cárdenas por no apoyarlo en su campaña, ni en su aceptación a presidir los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana cuando Cárdenas se había dedicado ha criticar todo lo que AMLO hacía. ¿Se pretende que López Obrador apoye que no lo apoyen? Esto es un absoluto sin sentido.

¿Así que López Obrador debía apoyar a Cárdenas en su nueva chamba otorgada por el abyecto gobierno de Vicente Fox? ¿A cambio de la campaña lanzada desde los Pinos en su contra?

Lejos estaba de suponer que era el mismo López Obrador quien las instigaba, como me quedó claro luego de la orden que dio a Elena Poniatowska para que hiciera referencia a la carta de Cárdenas publicada en el diario Milenio, provocando la descalificación masiva de la multitud enardecida, reunida el 16 de septiembre en ocasión de la convención a la que se había convocado.

¿De dónde sacará el articulista que era el mismo López Obrador quien instigaba las críticas? Cada vez que se hacía referencia a Cárdenas en alguna de sus entrevistas, él externaba su respeto y no se prestaba más que a reconocerle su parte en la historia, cuestión que no era ni lejanamente recíproca de la otra parte. Dice que le quedó claro luego de la "orden" que dio a Poniatowska para que hiciera referencia... Esto, además de sacado de la manga es un insulto a su inteligencia y una falta de respeto al valor moral de la escritora, Elena no recibe órdenes de nadie, tiene suficiente personalidad, capacidad, y autonomía para expresarse libremente como ella quiera, además de suponer infundadamente como todos los calumniadores de López Obrador y los que descalifican la libre expresión de quienes simpatizamos con él que somos viles subordinados a sus deseos.

Además de la profunda misoginia que demuestra el Sr. Calderón A., miente. La referencia que hizo Elena de Cárdenas en el Zócalo fue: "Cuauhtémoc Cárdenas me honró al escribirme una carta que agradezco porque el oír al otro engrandece y contribuye al diálogo, pero sigo pensando que la elección fue injusta y fraudulenta y que hacemos bien al defender nuestra dignidad." Se explica por sí sola. Suponer que fue un llamado a la "descalificación masiva" es un absurdo. El pueblo reunido en la plaza se expresó honestamente cuando escuchó el nombre del Ingeniero quien sí ha demostrado su oposición a las personas que nos encontrabamos ahí y Elena tiene el derecho de responder como le plazca y donde le plazca a las cartitas del hijo del expresidente de México.

Los argumentos de Cárdenas en torno a su postura respecto a López Obrador están contenidos precisamente en esa carta dirigida a la señora Poniatowska y no han sido desmentidos o contestados ni por ella ni por López Obrador, ni por alguno de sus colaboradores cercanos, aceptando con ello que esas críticas carecían de fundamentos.

La ambigüedad y las contradicciones de los argumentos de Cárdenas en torno a la postura de López Obrador contenidos en esa carta a Poniatowska, no han sido desmentidos o contestados ni por ella ni por López Obrador, en mi opinión por pena ajena a dejar más en claro su envidia disfrazada de racionalidad o como nos ha ocurrido a otros porque ya no hay que perder el tiempo en atender patadas de ahogado que lo único que hacen es hacer más evidente la debilidad de sus juicios, no porque aceptemos que esas críticas carecen de fundamentos.

La carta de Cárdenas resultó otra vez, una exposición de un programa espurio de candidato virtual. Daba un poco de lástima. La capacidad solidaria de Cárdenas ha demostrado ser nula pues no ha tenido empacho en descalificar totalmente a López Obrador y a sus millones de simpatizantes. No ha reconocido un solo mérito a las fuerzas progresistas del movimiento de López Obrador y es en gran parte por esto, que la izquierda lo identifica con un adversario.

El 30 de septiembre, el periódico español La Vanguardia publicó un artículo de Joaquín Ibarr titulado "Las perversiones de la secuestrada izquierda mexicana", en el que hace un análisis bastante claro de los cuestionables roles de López Obrador y de algunas otras figuras de segunda importancia que se proclaman líderes de la izquierda, y en el que señala que el peor error de Cárdenas fue dar poder y oportunidad a un advenedizo autoritario que terminó secuestrando a la izquierda, dando la espalda a la democracia.

No sabía que una ideología podía secuestrarse en tanto los pensamientos son insecuestrables, pero en fin...

Calificar a López Obrador de ser un "advenedizo autoritario"es hacer justamente lo que AMLO no ha hecho con Cárdenas. Faltar a la historia. López Obrador ha sido un luchador social reconocido, incluso por el mismo Cárdenas hace no mucho tiempo, y su trayectoria es obviamente nada advenediza. Joaquín Ibarr, aunque sea español y escriba en el periódico catalán, es un ignorante. Enrique Calderón A. es doblemente ignorante al citarlo.

En ello no estoy de acuerdo; si algo ha distinguido a Cárdenas es ser un hombre de principios, su conducta ha sido siempre de congruencia con ellos. Así, una vez concluida su gestión como presidente del PRD, fue siempre respetuoso de no imponer ni apoyar a ninguno de los candidatos que de manera sucesiva aspiraron a dirigir su partido; ello lo saben Muñoz Ledo, López Obrador, Jesús Ortega, Amalia García, Rosario Robles y Leonel Godoy. No se puede ser demócrata y al mismo tiempo imponer dirigentes o candidatos. Pareciera que esto ha dejado de ser la norma en ese partido, pero de ello CCS no tiene responsabilidad alguna.

Cárdenas no impone porque el único que quisiera imponerse es él y no puede, y menos apoya a ninguno de sus candidatos por lo mismo, lo único que desea es ser apoyado, no quiere que nadie le haga sombra, lo cual en el caso de López Obrador es prácticamente imposible ya que ni remotamente cuenta con la fuerza, la inteligencia, ni el carisma de AMLO como ya ha quedado suficientemente demostrado.

La razón de Enrique Calderón de citar a Joaquín Ibarr de La Vanguardia queda clara, sólo quería incluir en su escrito "advenedizo autoritario" y seguir en el tenor descalificatorio.

Antes de referirme al tema de los festejos centenarios a los que, por cierto, los caricaturistas de La Jornada minimizaron, como si se tratase de un simple festín culinario sin significado alguno para los mexicanos, es necesario reconocer a Cuauhtémoc Cárdenas el lugar que le corresponde como la principal figura actual de la izquierda mexicana, recordando que fue él quien logró unir y fortalecer a los diferentes grupos de izquierda, creando y llevando al PRD, a la posición que hoy tiene, a partir de una larga campaña propositiva y de enfrentamiento real a las fuerzas más oscuras y retrógradas que operan en el país.

Bajo la circunstancias del México actual, gobernado por el PAN, esos festejos sí resultan una burla, un festín de simuladores de menor importancia que un festín culinario, sin significado alguno para los mexicanos que hemos estado sometidos a una dictadura de partido y ahora por una oligarquía rapaz bajo la cual no existe ni independencia ni justicia social, razón de la revolución. Cárdenas ya no es la principal figura de la izquierda mexicana, se ha convertido en una especie de mayordomo de la derecha y lo único que últimamente ha logrado es desmembrar partes de la izquierda. La posición que hoy tiene el PRD no se debe a él, sino a López Obrador, cuando él estaba a la cabeza tenía el 17%, con AMLO tiene el 35%. Su campaña propositiva y de enfrentamiento a las fuerzas más oscuras y retrógradas que operan en el país, ahora se ha subordinado a éstas.

"Es necesario reconocer a Cuauhtémoc..." ¿Para quién? Hoy la izquierda no es nada más el PRD. La sensibilidad social de López Obrador ha permeado a millones de mexicanos y la exigencia de abatir la desigualdad hoy es un reclamo masivo y urgente y con una participación social activa de la sociedad que se resiste al neoliberalismo como nunca lo había hecho. (Por lo menos en los 35 años que tiene el que esto escribe.)

Para muchos ha sido fácil calificarlo de traidor a la izquierda, sin dar prueba alguna de ello y en buena parte de los casos sin entender tampoco qué es la izquierda. Ser de izquierda hoy en nuestro país implica, entre otras cosas, tener una posición clara respecto a la soberanía nacional, sobre los derechos exclusivos para la explotación de nuestros recursos naturales y en particular sobre los energéticos, en beneficio de la nación, respecto a la necesidad de tener una banca mexicana que facilite la formación de nuevas empresas y el fortalecimiento de las existentes, para asegurar su competitividad, así como para permitir la generación de los empleos que el país necesita; ser hoy de izquierda implica tener una posición clara sobre la existencia de un gobierno fuerte que responda a los compromisos que le fueron asignados por la Constitución en materia de educación, vivienda y servicios básicos para la población y tener así mismo una posición de compromiso con las naciones latinoamericanas, empeñadas en la formación de un bloque económico para hacer frente a la globalización. En nada de ello ha transigido Cárdenas, y esto lo saben con claridad sus contrarios, muchos de los cuales han aprendido a respetarlo, luego de años de confrontación política, ubicándolo como un referente de la política nacional. La excepción curiosamente se reduce sólo a López Obrador y a sus allegados, quienes no de ahora, sino de tiempo atrás han pretendido minimizar su obra y desprestigiarle como si en ello les fuera algún beneficio faccioso.

¿Cómo se le dice a alguien que se hace cómplice precisamente de aquellos que socavan la soberanía nacional y que quieren privatizar los energéticos? Pues traidor, Cárdenas se ha convertido en un traidor de la izquierda y víctima de la envidia, está a punto de traicionar a su padre y a la patria haciéndose cómplice de quienes quieren atentar contra el patrimonio nacional. El que sí ha externado claramente su postura respecto a la soberanía nacional... ha sido López Obrador... Repito, está plenamente documentado en todas las entrevistas, López Obrador siempre ha reconocido a Cárdenas como líder moral y jamás lo ha desprestigiado, esas son calumnias. Siempre ha dicho que jamás se peleará con la historia. Justamente quien levanta esas calumnias en contra de López Obrador es quien pretende minimizar su obra y desprestigiarle como "si en ello le fuera algún beneficio faccioso".

Para decir "Ser de izquierda hoy en nuestro país implica" hay que ser de derecha, La "competitividad" es una palabreja que responde al discurso neoliberal. El "respeto" de la derecha a Cárdenas se debe a que éste ya no representa nada en la izquierda y lo usan para explotar propagandísticamente su distancia con Obrador. La "excepción curiosamente" no "se reduce solamente a López Obrador y sus allegados". La "excepción" somos unos cuantos millones.

Dentro de cuatro años, la nación estará celebrando el bicentenario del inicio de la guerra que hizo de México una nación libre y soberana, así mismo estaremos celebrando el centenario del inicio de la Revolución, ambas serán motivo de reivindicación de los más caros ideales y principios nacionales de soberanía, libertad y justicia social. La designación de Cárdenas, propuesta al gobierno por la legislatura anterior con el beneplácito de todos los partidos, para coordinar y presidir estas celebraciones, no constituye una dádiva, sino el reconocimiento de su trayectoria, de su ejemplo y de su visión. Es así mismo una oportunidad para hacer de esos festejos un factor de recuperación de la dignidad nacional, del acercamiento y la amistad con las naciones latinoamericanas, de recuperación para la memoria nacional de hechos, de acciones y epopeyas que hicieron de México una gran nación, bastante distinta por cierto de lo que ahora es.

Lo que va a reivindicar los más caros ideales y principios nacionales de soberanía, libertad y justicia social no son frívolos festejos que organice un gobierno de derecha y una simulación a la que Cárdenas se ha prestado sin pudor alguno, sino la ardua lucha que actualmente están llevando a cabo dirigentes y luchadores de izquierda dentro de los cuales López Obrador es el líder más fuerte.

Ya no hay que perder el tiempo defendiendo lo indefendible.

Ya no somos una nación libre y soberana, ahí reside el problema, los que lo creen así son los conservadores. Los que quieren que México "siga por el mismo camino". No hay nada que celebrar.

La única forma de recuperar "la dignidad nacional" es impidiendo que la derecha se venda a sí misma y a las trasnacionales todos los recursos naturales que nos quedan, y que se nos imponga un pelele desde la oligarquía y no con fuegos artificiales. La "gran nación" solo ha existido en los libros de historia. El tiempo de México ha transcurrido, normalmente, en la injusticia. Por eso es un honor estar con Obrador.


(Nota: No hemos podido encontrar la dirección de correo de Enrique Calderón A. Si alguien lo tiene encarecidamente le suplicamos hacerle llegar lo que pensamos de su colaboración en La Jornada.)



El muro de Tabasco

Porfirio Muñoz Ledo en El Universal

Hace apenas una semana, recordábamos en Madrid los avatares de la contienda electoral de Tabasco de 1988 con algunos de quienes entonces acudieron a observarla. En particular con María Teresa de Borbón, apasionada politóloga española que se ha especializado en el seguimiento de las transiciones democráticas más trabajosas e imperfectas, tanto en América Latina como en los países árabes.

Evocábamos la sobrecarga emotiva que sacudió por vez primera, con motivo de comicios locales, a una entidad en la que el partido del gobierno había ejercido una dominación monolítica.

El desprendimiento ocurrido bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador la convirtió en el epicentro de la transformación democrática del país, a semejanza del papel que le correspondió en los inicios de la lucha armada, que hizo exclamar al general Francisco J. Mújica: "Tabasco es el laboratorio de la Revolución".

En su libro Cambios en México la autora asienta como referencia: "En Tabasco el gobierno establece las reglas del poder. En cada municipio unos cuantos personajes, necesariamente oligarcas, han conformado los grupos que disponen del poder municipal".

Desde su perspectiva, la batalla por la democratización de la entidad es la respuesta popular a una altísima concentración de la propiedad y la riqueza, sobre la que se asienta un autoritarismo implacable. También, que el mapa de la pobreza en medio de la feracidad de la naturaleza, define una mayoría social cuya vía de liberación no puede ser otra que las urnas electorales.

Casi nada ha cambiado desde entonces, a pesar de las ínsulas de autoridad local que la oposición ha arrebatado al sistema, pero que merced a los mecanismos de distribución de los recursos fiscales, no han alcanzado a mejorar la condición de los habitantes.

Narra la variada gama de triquiñuelas, presiones, cohechos y difamaciones de las que se vale el PRI para torcer el sentido de la elección. Cita el artículo de un diario nacional que reseña las acusaciones del partido oficial contra el FDN por "incitar a la violencia". Otro afirma: "Poco más de mil personas enardecidas por el llamado hecho por Porfirio Muñoz Ledo se dieron a la tarea de causar destrozos en vehículos, casas y edificios públicos". El enviado Pablo Hiriart sostiene que tales prácticas "sólo se entienden en los grupos que saben que no podrán llegar a ejercer el poder político".

Califica la agresiva cerrazón desplegada por el oficialismo como una "contrarreforma electoral, tanto más grave cuanto mayor es el descontento popular". Atribuye ese cerco político a una reacción defensiva frente a la eclosión de la izquierda en las elecciones federales, que tomó al gobierno por sorpresa. Cita a Carlos Monsiváis: "El PRI se propuso en Tabasco mostrar que el 6 de julio fue un fenómeno incidental y que la democracia no es tema prioritario". Así desmiente -como hoy lo hace el PAN- sus promesas de cambio y reconciliación.

En ese sentido, quien esto escribe dijo en el Senado de la República: "El pueblo de México está buscando la solución pacífica a sus problemas; sería extraordinariamente peligroso defraudarlo y hacerle ver que los caminos de la democracia están cerrados". He ahí de nuevo el mayor peligro que se cierne sobre el país.

Levantar, como se pretende, un muro político en Tabasco e intentar la desarticulación del movimiento democrático en el sureste de la República, por medio de la complicidad del gobierno federal con los más corruptos y tenaces cacicazgos, sería un error imperdonable. Significaría condenar a millones de mexicanos a la miseria y a la impotencia.

Los datos que aporta el candidato de la Coalición, Raúl Ojeda, en su Plan General de Gobierno, son abrumadores. A pesar de que la población de Tabasco crece al ritmo de 1.1% al año, sólo 31% de la población económicamente activa cuenta con empleo, en general precario, y cerca de 40% percibe menos del salario mínimo. El rezago de la calidad educativa es tal que ocupa el último lugar en aprovechamiento escolar y es una de las cuatro entidades con índice de marginación más alto en todo el país.

La insalubridad no es menos injuriosa: el 11.4% de la población no recibe ningún tipo de atención médica y el gasto estatal en salud disminuyó durante el último año. La población indígena es analfabeta en un 40%, mientras el 68% carece de agua entubada y el 90% de drenaje. En el edén prometido se registra el más elevado índice de suicidios del país: 15% de las muertes violentas, el doble de la media nacional.

La radiografía de los sistemas despóticos se expresa casi siempre en términos de degradación social. En ella incuba a su vez la rebeldía que, de no encontrar cauces democráticos para sus exigencias de cambio, más tarde que temprano terminará estallando. Ese es el dilema de las elecciones en Tabasco este domingo.

Ex embajador de México ante la Unión Europea

El PRI es un enemigo de México

Editorial

Zancadillas prelectorales en Tabasco

En las elecciones que se celebrarán mañana en Tabasco para designar al nuevo gobernador de la entidad existe un grave riesgo de que la situación derive en inestabilidad política. La detención de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ocurrida el pasado jueves en Villahermosa en circunstancias oscuras, revela que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha recurrido a sus viejas prácticas ­como arrestos arbitrarios y manipulación del Poder Judicial para perjudicar y agredir a sus rivales políticos, entre otras­ con el fin de frenar a sus adversarios en la carrera por la gubernatura del estado.

El jueves las autoridades estatales detuvieron a lo largo de la jornada a un total de 21 personas que presuntamente portaban armas con la supuesta finalidad de desestabilizar los comicios. Según la Secretaría de Seguridad Pública estatal, los detenidos ­entre ellos Lucano Herrera, subsecretario del Comité Ejecutivo Nacional del PRD­ tenían en su posesión algunas armas blancas y de fuego. Para sustentar esta acusación, la dependencia cuenta con videos en los cuales algunos detenidos dijeron haber recibido un pago de cinco mil pesos presuntamente para afectar las elecciones. La versión de la secretaría sostiene que al momento del arresto de Lucano Herrera y otras siete personas ­motivado por una denuncia anónima­, éstas intentaron darse a la fuga. Asimismo, señala que el dirigente perredista resultó lesionado debido a un accidente, razón por la cual presenta algunos golpes.

Sin embargo, el PRD desmintió esta versión y afirmó que los detenidos fueron levantados y encapuchados para evitar que reconocieran a sus captores, quienes los golpearon y torturaron. Añadió que las armas fueron plantadas, que no todas las personas arrestadas son militantes perredistas y que los individuos que aparecen en los videos fueron obligados a realizar una confesión falsa.

Posteriormente, el viernes, el secretario general perredista, Guadalupe Acosta Naranjo; el dirigente estatal, Juan Manuel Fócil, y el representante del PRD ante el Instituto Federal Electoral, Horacio Duarte, entre otros militantes, acudieron a la sede de la secretaría para verificar el estado de salud de sus compañeros ­quienes permanecen incomunicados­, pero un grupo de policías antimotines del gobierno estatal les impidió el paso, lo que derivó en un enfrentamiento.

Acciones como éstas parecen formar parte de una estrategia diseñada para impedir, a cualquier precio, el triunfo del candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Raúl Ojeda, victoria que daría al movimiento de Andrés Manuel López Obrador mayor impulso a nivel nacional, sobre todo en el sur del país. No hay que olvidar que en Chiapas, el PRI y el Partido Acción Nacional no dudaron en conformar una alianza para competir con Jaime Sabines, el aspirante de la coalición y vencedor en los comicios de ese estado, el pasado 8 de octubre. En las elecciones de Tabasco, hay mucho en juego: López Obrador ha invertido buena parte de su capital político en su respaldo a Raúl Ojeda Zubieta; una derrota constituiría un fuerte golpe a su movimiento y sus aspiraciones.

Esta postura del priísmo podría dañar a todo el país, teniendo en cuenta el contexto actual: el prolongado conflicto en Oaxaca, aunado a la toma de posesión simbólica de López Obrador del cargo de presidente legítimo, el próximo 20 de noviembre, y la toma de posesión oficial de Felipe Calderón el primero de diciembre, prefiguran un peligroso escenario de volatibilidad política. Por ello las autoridades estatales están en la obligación de parar en seco incidentes que atentan contra la democracia y garantizar a la ciudadanía un clima de estabilidad y confianza que le permita acudir a las urnas en condiciones adecuadas.

Esta ha sido la postura del PRI desde siempre y nos confirma que este partido es un enemigo de la democracia y por tanto de su propio país. Los mexicanos que amamos nuestra patria deberemos derrotarlo de una vez por todas, es el responsable de habernos sumido en el atraso y de haber provocado una desigualdad social ya insoportable.

Desfiladero: Tabasco: la guerra contra AMLO


Jaime Avilés


Torturan brutalmente a perredistas en Villahermosa
Ahora el odio lo esparce el venezolano J.J. Rendón
Televisa se negó a difundir espots a Raúl Ojeda


Aspecto de Cuernavaca, donde desde hace tres semanas miles de toneladas de basura son apiladas en las calles Foto Notimex

Anteayer, jueves 12 de octubre, víctima de una penosa enfermedad, murió el periodista Javier Orellana en un hospital de Monterrey. Activista que luchó por las causas más nobles, tenía apenas 46 años. En honor a su memoria van los párrafos que siguen.

Un peligro para Tabasco

Se equivocan quienes dicen que las elecciones de mañana en Tabasco reditarán la vieja pugna local entre Roberto Madrazo y Andrés Manuel López Obrador. No es así. Es un nuevo episodio, el tercero -el segundo transcurrió hace dos meses en Chiapas-, de la guerra de la ultraderecha empresarial contra el hombre al que más de un millón de personas, reunidas el pasado 16 de septiembre en el centro de la ciudad de México, reconocieron como "presidente legítimo" de este país.

No, esta vez Madrazo no cuenta. Desde que fue derrotado el 2 de julio, sobre todo por los gobernadores de su propio partido que favorecieron al PAN, Madrazo ha pasado la mayor parte de estos meses en el departamento de lujo que tiene en Miami, junto a los de Arturo Montiel y Joaquín López. Está muy deprimido, según mis fuentes, y "prácticamente no se ha metido" en el proceso tabasqueño, entre otras cosas porque no se lleva con el candidato del PRI, el químico Andrés Granier, ni con la dirigente estatal, Gina Trujillo; ambos rompieron con él cuando era "gobernador" de aquellas verdes, ricas y pantanosas tierras, donde por cierto no usaba como herramienta de trabajo la violencia brutal que está desplegando el PRI en estos días bajo la batuta del gobernador saliente y prominente, Manuel Andrade, y con la asesoría del fabricante de propaganda negativa, el tétrico venezolano J.J. Rendón, a los cuales apoyan la dirección nacional del PAN, es decir, el Yunque; la oficina de Vicente Fox (antes llamada "Presidencia de la República") y, por supuesto, Televisa.

Una fuente de la coalición Por el Bien de Todos me contó que las repetidoras de Televisa en la zona se negaron a transmitir mensajes de la campaña de Raúl Ojeda Zubieta, pero no tuvieron empacho en difundir, a toda hora, los del PAN, partido sin peso político en la entidad, que repetían frenéticamente "Ojeda es un peligro para Tabasco". La tramposa fórmula probada con relativo éxito en la "elección" nacional, usada después en Chiapas ("(Juan) Sabines es un peligro para Chiapas"), volvió a esparcir su veneno en Tabasco, a ciencia y paciencia de las autoridades locales.

A lo anterior agréguese la intervención de Hildebrando, la empresa del cuñado del presidente "electo" (sic), que maneja en favor de Granier el padrón de los programas asistenciales del "gobierno" foxista, lo cual no es novedoso de ningún modo. Como tampoco lo es, de manera complementaria, la existencia de bodegas clandestinas atiborradas de bicicletas, materiales para construcción y enseres domésticos que la estructura del PRI va a repartir mañana, junto con dinero en efectivo, para comprar el voto de los más pobres.

Lo decididamente nuevo es la violencia feroz de días recientes, que es un recurso desesperado para contener al aparato del PRD, fortalecido por activistas y militantes procedentes de todo el país. Como en elecciones locales anteriores, los servicios de espionaje de López Obrador en Tabasco, es decir, la gente que está en todos lados y todo lo sabe y lo cuenta, desde la semana pasada denunció la ubicación de bodegas repletas de mercancías adquiridas por el PRI.

Y, como en elecciones anteriores, éstas fueron ocupadas a la brava por la estructura estatal del PRD y sus refuerzos procedentes de la ciudad de México y del resto del país, evocando, por ejemplo, una escena de hace seis años, cuando Carlos Imaz y el entonces senador por Chiapas, Rutilio Morales, encabezaron la toma de un centro secreto de cómputo, en una acción en la que hasta un balazo hubo, porque se le fue al encargado del establecimiento.

Siempre, al menos desde 1994, las cosas en Tabasco habían sido así. Pero en esta contienda hay dos elementos extras. Uno es J.J. Rendón, que identificó a los activistas no tabasqueños del PRD como una especie de "extranjeros" para propiciar su linchamiento en los medios. Y el otro es la saña desplegada por la policía estatal en contra de esos "invasores" que, según repetían ayer los merolicos radiofónicos de la ciudad de México, "llegaron a Tabasco para acabar con la elección (sic)".

Avanza el museo de Fox

En realidad, ante el incremento de la capacidad operativa de los perredistas, que la semana pasada le quitaron al PRI más de 20 mil bicicletas guardadas en bodegas clandestinas, el prominente Andrade jugó al contragolpe el pasado martes. Primero mandó una camioneta con 12 judiciales con armas largas a "investigar" el robo de un coche en una de las casas de campaña de Ojeda, donde la gente obligó a los policías a retirarse, y después, en pos de un supuesto "cuarto de guerra", envió a más judiciales que buscaban a una niña presuntamente secuestrada.

No lograron entrar en ninguno de los inmuebles, pero desataron una cacería de brujas que, hasta el momento, ha metido en la cárcel a 21 perredistas, todos no tabasqueños, de los cuales ocho fueron consignados ya a la prisión estatal, y todos, todos sin excepción, torturados brutalmente; a uno, por ejemplo, le desprendieron una retina.

Pero mientras la violencia foxista arrecia en Tabasco, en Chiapas amenaza con quitarle la gubernatura a Juan Sabines y en Oaxaca sigue fomentando la ingobernabilidad, todo lo cual habla ya de una crisis política mayor que bien puede incendiar al sureste.

Para fortuna del país, sin embargo, el museo de Fox y Marta Sahagún tiene ya un boceto muy avanzado en Cuernavaca, donde desde hace tres semanas miles de toneladas de pestilente basura se amontonan en las calles, evocando la integridad moral del primer presidente panista y dando cuenta a la vez de la obra material de su sexenio.

jamastu@gmail.com