viernes, diciembre 08, 2006

En Argentina con las Madres de la Plaza de Mayo

Sique

Ha sido materialmente imposible para este blog conservar el volumen de colaboraciones que veníamos desarrollando hasta el martes de esta semana en ocasión de un viaje a Buenos Aires que curiosamente está relacionado con los reclamos del ciudadano común frente a empresas transnacionales cuyo poder económico permite vapulear los derechos de quien no tiene un respaldo de esta naturaleza pero que de momento no podemos ventilar públicamente pues eso nos haría todavía más vulnerables de manera que de eso no vamos a hablar. Durante estos días estaremos posteando lo que consideremos de mayor importancia y según las dificultades técnicas y de tiempo que permitan nuestras condiciones actuales.


Bajo la premisa de que quienes estamos comprometidos con la resistencia no importa donde estemos nuestra conciencia se mantiene viva, hemos podido experimentar una vivencia digna de compartirla con ustedes porque da cuenta de que en toda Latinoamérica la lucha por la justicia y la libertad de nuestros países nos debe mantener unidos porque tenemos ideales que nos son comunes.


El jueves llegamos a la Plaza de Mayo de Buenos Aires en el momento en que se estaban cumpliendo las veinticuatro horas, del 6 al 7 de diciembre, de la 26a. Marcha de la Resistencia que han llevado a cabo cada año Las Madres de la Plaza de Mayo en un proceso de protesta y demanda que ha pasado por distintas etapas, primero la presentación con vida de sus hijos desaparecidos, luego la demanda de verdad sobre lo sucedido a sus hijos durante la dictadura militar y tercero, una protesta ante la impunidad en la que se encuentran los asesinos de al menos 30,000 personas bajo el régimen de terror que vivió la Argentina hace ya más de 25 años. Después de 25 años siguen resistiendo por la verdad y la justicia, contra la impunidad, y ahora por la presentación con vida de Julio López desaparecido hace tres meses.



Cuando llegamos a la plaza escuchamos la palabra Oaxaca, cerca de dos mil personas dentro de quienes se encontraban hijos y familiares de los desaparecidos que portaban banderas y gritaban consignas pero según nos acercamos no volvimos a escuchar referencia a un signo que movía sensiblemente nuestras emociones tan alertas ahora a ese referente, Oaxaca. Fue entonces cuando nos percatamos de lo que se trataba y fue muy emocionante ver que las Madres de la Plaza de Mayo se encontraban en el templete con las fotografías de sus hijos desaparecidos colgadas al cuello después de 25 años y demandando verdad y justicia. Fue sumamente emocionante unir nuestras voces a las de ellas, nuestra demanda es esencialmente la misma, también nuestro ímpetu y el deseo de que en este mundo se viva fraternalmente, democráticamente y bajo el impulso amoroso que debiera unir a la humanidad para una convivencia solidaria y armoniosa.


Dentro de los logros de esta lucha está el haber revocado la ley de punto final en la que prácticamente se garantizaba la impunidad a los genocidas. Así, se han abierto varios juicios a algunos de los responsables de aquel genocidio. Sin embargo, aunque Argentina ya ha librado procesos democráticos y tiene ahora al presidente Kirschner, la lucha sigue, no digamos en América Latina sino en el mundo entero: los seres humanos estamos todavía bajo el poder de fuerzas oscuras gestadas por la avaricia y el deseo de poder de minorías que sin un sentido humano quieren continuar explotando, dominando y denostando a las mayorías. Alimentadas por los prejuicios que siempre han sostenido a las oligarquías: el clasismo, el racismo, la intolerancia y la absurda idea fascista de seres inferiores y superiores en el reino del odio, la derecha está empeñada en las desigualdades y el imperio de la injusticia.


Estas fuerzas oscuras aun se mantienen infiltradas en la Argentina como en el resto del mundo y utilizan su poder para obstaculizar y tergiversar los trámites y las acciones de quienes quieren abolir la impunidad y someter a juicio y castigo a los responsables de tanto sufrimiento. Hace tres meses que Julio López, testigo principal en el juicio de Miguel Etchecolatz, uno de los asesinos, desapareció y se está exigiendo su presentación con vida.


Recordamos a los oaxaqueños demandando la presentación con vida de sus desaparecidos y no pudimos evitar la identificación con su lucha, también tuvimos presente que Luis Echeverría sigue impune del genocidio que cometió hace 38 años, como Pinochet y tantos otros. La idea de que los actos violatorios a los derechos humanos y los asesinatos que se han cometido en este sexenio con el traidor a la democracia en nuestro país y los que seguirán llevando a cabo por el pelele y sus esbirros durante el tiempo que dure el régimen que nos han impuesto puedan mantenerse impunes de tal forma que ellos y nosotros podamos ser sorprendidos por la muerte antes de ser castigados y antes de ser testigos de que las malas acciones fueron sancionadas según las leyes nos causó desesperación y dolor.


No podemos, no queremos estar 25 o más años esperando justicia. No queremos que el terror que vivió Argentina durante la dictadura militar se repita en México. El pueblo mexicano como ningún otro pueblo sobre la tierra merece semejante ultraje. Vamos con Andrés Manuel López Obrador y todos aquellas organizaciones que quieran unirse a impedir que se cometan los crímenes y las injusticias a las que se aprestan el gobierno espurio y los dueños del dinero.


Estas reflexiones deben conducirnos a fortalecer la lucha, a intensificar nuestras acciones de resistencia civil pacífica, tenemos que iniciar una cruzada mundial para evitar la injusticia y en la cual los genocidas y los asesinos no escapen al castigo que les corresponde por sus crímenes de lesa humanidad para iniciar una etapa de justicia y contra la impunidad de los responsables del sufrimiento de tanta gente en este nuevo siglo. Vamos a luchar por un mundo mejor en el que nuestros hijos y las nuevas generaciones no tengan que vivir el dolor que las pasadas han sufrido.


El final del acto de resistencia fue sumamente emocionante, se soltaron los globos en la Plaza de Mayo, como los nuestros en la Plaza de la Constitución y lo más emocionante fue cuando las Madres de la Plaza de Mayo, los manifestantes y nosotros cantamos:


"El pueblo unido, jamás será vencido... De pie, cantar que vamos a triunfar. Avanzan ya banderas de unidad; y tú vendrás cantando junto a mi, y así verás tu canto y tu bandera florecer, la luz, de un rojo amanecer, anuncian ya la vida que vendrá. De pie, luchar, el pueblo va a triunfar, será mejor la vida que vendrá a conquistar nuestra felicidad, y en un clamor mil voces de combate se alzarán, dirán canción de libertad, con decisión, la patria vencerá...".





Saludos desde Buenos Aires, Argentina.

La dirección del gobierno espurio

Sique

El gobierno espurio plantea reducir el 30% al presupuesto de cultura y 4,500 millones al sector educativo.


Con claridad y precisión, las políticas públicas y econonómicas del pelele que tienden a la privatización de la educación y a la desaparición de la cultura denunciadas por el presidente legítimo durante la campaña, van definiéndose. Y todo porque estos rubros, educación y cultura, no interesan a los empresarios antidemocráticos, ni a Televisa, los verdaderos gobernantes del país; por el contrario, la identidad cultural y la educación estorban a sus fines oligárquicos porque fortalecen a la población mexicana, de quien son enemigos; en cuanto a Televisa, el avance educativo y cultural de los mexicanos encarnaría la tendencia a dejar de ser televidentes de sus canales ya que su programación es un claro insulto a la inteligencia y a la libertad del individuo pues distorsiona la realidad constantemente y se instala en el Big brother que controla y va ordenando mediante anuncios y programas frívolos que exaltan antivalores lo que se debe y no se debe pensar, lo que se debe y no se debe decir, lo que se debe y no se debe hacer.

Prueba de lo anterior es que ante la evidencia de que las iniciativas que se están tomando van dirigidas a reprimir a inconformes mediante prácticas policiacas y militares, a castigar a comunicadores que presenten objetivamente la información y a cerrar el paso a todo aquello que permita la toma de conciencia de amplios sectores de la población, muchos mexicanos aun están instalados en el rechazo a AMLO y empecinados en que el nuevo gobierno espurio va a llevar a cabo una administración para mantener a "México en paz". Están ciegos en un país en el que ya corre la sangre, en el que la polarización de la cual ellos mismos son actores está separando familias y amistades, en el que la represión y la inconformidad crecen de manera alarmante y en el que si a la fuerza opositora a la simulación y a la injusticia se le reprime, tarde o temprano se desahogará en una lucha no necesariamente pacífica como hasta ahora ha podido mantenerse.

La ceguera de los seguidores del PAN llega a tal grado que lejos de tomar una actitud conciliadora ante quienes han ultrajado con el fraude, mantienen una insultante y agresiva, les llaman "locos", "borregos" y "nacos" porque la culpa les genera rabia y ésta odio a los que han hecho víctimas del engaño pues son los testigos de su inmoralidad. Esto, obviamente genera también odio en quienes conocen los mecanismos que se utilizaron para cometerles el fraude, por tanto ya tienen la certeza de haber sido engañados y la polarización va haciéndose cada vez más profunda.

Una reducción en el presupuesto para la educación, la represión y el veto a las expresiones artísticas y culturales y el silencio impuesto a los comunicadores comprometidos con su quehacer de informar no hace más que agravar la situación. No sólo para aquellos que se sienten ultrajados por el fraude, también para quienes son cómplices del mismo ya sea tácitamente o porque se mantienen en silencio. El cerrar los espacios educativos y las expresiones culturales y artísticas a gran parte de la población perjudica a ambos bandos porque el ser humano los necesita para lidiar con su existencia. Es inherente a la naturaleza humana su amor al conocimiento y la necesidad de expresarse. Si se le quitan estas posibilidades sus impulsos destructivos aumentan porque su existencia deja de tener sentido y vuelve entonces a un estado de salvajismo y barbarie. La educación, la cultura y el arte son bastiones de la civilización que le han dado sentido a la existencia del ser humano, no se le puede privar de ello impunemente.

Imaginemos un escenario extremo para comprender el fenómeno. Supongamos que se hiciera un paro cultural y artístico, que se cerraran los teatros, los conciertos, las funciones de danza, la exposiciones de pintura, que se cerraran las librerías y las bibliotecas y que en vez de bloquear carreteras se hiciera lo mismo con las entradas a los cines; que además de ello se impidiera estudiar y aprender sobre sí mismo en las ramas de las humanidades y de la ciencia; y que encima de ello no se pudiese acceder a los platillos que acostumbran comer desde niños y se le sustituyan por pizzas, hamburguesas y hot dogs; tampoco al colorido y a las texturas de sus vestimentas, sustituyéndolas por las creaciones de diseñadores extranjeros; que no se pudiese producir diseños propios sino copiados de revistas extranjeras, ni trabajar el barro o el vidrio soplado; que las palabras que definen sus sentimientos y sus visiones fueran sustiyéndose por las que utilizan en otros idiomas; que sus festividades fueran reemplazadas por otras que no contienen el sentido mítico de sus antepasados (ej. día de muertos por halloween). Si esto ocurriera, bastaría una semana para que toda la población enloqueciera, se desatara una barbarie brutal y se asesinaran unos a otros.

Obviamente está situación ya no podría darse a tal extremo, sin embargo, nos permite entender la dirección que tiene el gobierno espurio y sus seguidores, su ignorancia no les permite darse cuenta del escenario que están configurando, ni saber que eso no sólo perjudicaría a sus adversarios sino a ellos mismos. No se dan cuenta que tan importante es, también para ellos, el conocimiento, la cultura y las expresiones artísticas que nacen de su entorno y de su historia.

Afortunadamente, un aproximado del 30% de la población está consciente de esta situación y este porcentaje va a aumentar con las giras de AMLO, la labor educativa de la resistencia y las movilizaciones, desafortunadamente, esto toma tiempo y hay que trabajar arduamente sin desanimarse y sin pausa. Como decimos "De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste".

La normalidad oaxaqueña

Francisco López Bárcenas

El 26 de noviembre pasado, un señor de nombre Ulises Ruiz, el mismo que se dice gobernador de Oaxaca mientras se mantiene en el poder sólo por la presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP) y el apoyo del gobierno federal, se paseó por el andador turístico de la capital del estado, donde un día antes la PFP había reprimido brutalmente una manifestación popular que pedía su salida de ese puesto. Ahí, con ánimo triunfante, declaró que el estado estaba volviendo a la normalidad. La mayoría de los ciudadanos interpretó sus palabras como una más de sus bravuconadas y no le hicieron el menor caso, sin darse cuenta de que el señor no estaba informado de la situación política en que se encontraba Oaxaca, sino anunciando que la represión desatada desde el inicio de su gobierno seguiría como algo normal. Los hechos así lo confirman.

Durante seis meses de lucha popular han muerto alrededor de 20 personas, decenas se encuentran desaparecidas, 300 han sido privadas de su libertad de manera ilegal y otro tanto se encuentra en peligro de perderla porque contra ellas se han librado órdenes de aprehensión con acusaciones delictivas armadas a modo. A todo lo anterior se debe agregar que días antes de las declaraciones de Ulises Ruiz, los mandos de la PFP habían reconocido que se encontraban en el estado en una misión de ocupación, y que la posible solución a la rebelión popular y pacífica ya no corría por cauces políticos, sino militares; que las policías estatal y municipales estaban fuera del control de los organismos encargados de controlarlos.

Pero eso no es todo. Son muchas las voces que denuncian la existencia de grupos parapoliciacos vestidos de civil, que transportados en camionetas sin placas recorren la capital levantando cuanta persona les parece sospechosa; que la Procuraduría General de Justicia en el estado ha implementado "fiscalías especiales" que se presentan en cualquier lugar para detener "en flagrancia" a quienes consideran enemigos del gobernador. Y si alguien considera que lo anterior no muestra claramente la "normalidad oaxaqueña" agréguele que hay personas que hablan de fosas clandestinas, de una lista en manos de policías con fotografías de personas que tienen que detener sin importar donde se encuentren.

No le falta razón al apoderado legal de la Iglesia católica en el estado al afirmar que en Oaxaca se suspendieron de facto las garantías individuales; ni el pintor Francisco Toledo miente cuando afirma que el estado se encuentra al borde de la guerra civil. Para someter al movimiento popular el gobierno federal estrechó sus alianzas políticas con lo más antidemocrático y corrupto del priísmo estatal y juntos han implementado una guerra sucia fuera de toda legalidad y respeto de los derechos humanos elementales, por más que disfracen sus acciones con el falso discursos de la defensa del estado de derecho. Todo para que el señor Ulises se siga ostentando gobernador, aunque sólo sea para proclamar que el estado ha vuelto a la normalidad. Aunque visto desde otro ángulo, puede que no sea sólo para eso, pues bien podría ser para que el recién estrenado gobierno federal muestre claramente su estilo de gobierno durante los próximos seis años.

Pero no todo está acabado. A pesar de que el miedo desmovilizó por unos días a la sociedad oaxaqueña y las organizaciones políticas ven más por su seguridad que por la de los ciudadanos que creyeron en ellas, poco a poco comienzan a aparecer por muchas partes diversas voces que protestan por el estado de cosas, que para ellas no son normales. Los familiares y amigos de los detenidos, desaparecidos y asesinados son los más visibles, pero no los únicos.

De gran importancia es el Foro de los Pueblos Indígenas de Oaxaca que sesionó en la capital del estado durante los últimos días de noviembre, en medio de un cerco policiaco. Los delegados de las comunidades y organizaciones indígenas que en él participaron acordaron regresar a sus comunidades, tomar un respiro, fortalecer sus autogobiernos, tejer lazos regionales y después volver a la lucha; sin olvidar que dentro de los compromisos inmediatos está la lucha por que cese la represión, se libere a los presos y aparezcan los desaparecidos.

Desgraciadamente para el gobierno, su normalidad no es la de la mayoría de los oaxaqueños y éstos no están dispuestos a vivir permanentemente en la corrupción, la antidemocracia, la injusticia y la pobreza.