viernes, enero 05, 2007

A los extranjeros

Será entregada PEMEX en abierta oposición del 70% de los mexicanos/ Campaña en medios de comunicación para forzar su privatización a precio de remate/ El gobierno espurio toma como pretexto la disminución en la producción del pozo Cantarell, de Campeche, y un nivel de endeudamiento descontrolado/ AMLO y sus seguidores, integrantes del Gobierno Legítimo, se opondrán a este desaguisado/ Sería como vender a su madre por un plato de lentejas, señala un experto de la UNAM

Con la reducción de la producción petrolera en los últimos dos años, causada por la declinación productiva del yacimiento Cantarell, y el creciente endeudamiento de Petróleos Mexicanos, el gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa monta en los medios de comunicación -mal llamados- nacionales un escenario sin salida para la abierta privatización de Pemex.

El gobierno de la derecha utiliza el pretexto de la caída de la producción de petróleo en el complejo Cantarell, que en 11 de los 12 meses del 2006 sumó casi 350 mil barriles diarios, y el argumento de que no hay recursos para inversión, porque los pasivos de Pemex superan los 102 mil millones de dólares hasta septiembre del 2006, y se prepara para rematar la empresa petrolera paraestatal al mejor postor extranjero.

Esto explica, como ya ha advertido el POR ESTO!, que la Sonda de Campeche y la Península de Yucatán, donde existen aún importantes yacimientos de hidrocarburos en explotación y sin explotar, se hayan convertido en “objetivo militar”, ante los grandes intereses de Estados Unidos de Norteamérica por garantizarse el suministro de petróleo crudo para su consumo interno y la manutención de sus reservas estratégicas.

Cabe recordar que el gobierno norteamericano se cerró las puertas con sus anteriores proveedores en el Medio Oriente, con la frustrada ocupación de Irak y las amenazas militares que cierne ahora sobre Irán, y que enfrenta la resistencia de los países de América Latina, como Brasil, Venezuela y Bolivia, productores también del energético, ante el impulso de sus políticas neoliberales y globalizadoras, causantes de graves desastres sociales en los pueblos latinos.

Al abierto entreguismo del gobierno espurio de Calderón, demostrado ante el presidente George W. Bush, se opone el gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador, quien ya advirtió, en su última visita a Yucatán, al director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles González Garza, que no permitirá por ningún motivo que entregue la riqueza petrolera de la nación a manos privadas.

En Campeche y en Ciudad del Carmen, López Obrador reiteró su total oposición a una mayor participación de la iniciativa privada en la industria petrolera, denunció que se busca utilizar como pretexto la caída de la producción en Cantarell y acusó a empresarios, como la familia del jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño Terrazo, de estar haciendo jugosos negocios con los contratos en Pemex.

La disposición de Calderón

En los últimos días, se dio a conocer en los periódicos de la ciudad de México un informe del Departamento de Energía de los Estados Unidos, que indica que el gobierno de Calderón tiene mucha disposición a aceptar la inversión privada en nuevos proyectos de Pemex, bajo el argumento de que la paraestatal no tiene suficientes recursos para explorar y explotar los yacimientos terrestres y marinos existentes en el país.

“En julio de 2006, Felipe Calderón fue electo nuevo presidente de México. Los resultados de la elección pueden tener un importante efecto en el sector de energía del país, dada la fuerte presencia del Estado en la actividad. Calderón ha hablado de permitir a compañías privadas participar en nuevos proyectos de energía, que pueden ayudar a prevenir la baja en la producción de crudo y a que disminuya la importación de gas’‘, indicó el organismo estadunidense.

“Muchos analistas sostienen que la producción de petróleo en México ha llegado a su pico y que continuará disminuyendo en los siguientes años. La EIA estima que México producirá 3.6 millones de barriles de petróleo por día en 2007, una disminución respecto de los 3.8 millones de barriles en 2005 y de los 3.7 millones de 2006, debido principalmente a la caída en la producción del campo Cantarell”, ubicado en la Sonda de Campeche, apuntó.
En el Milenio diario, la transnacional Siemens anunció que comenzará a operar en México una filial encargada de sus proyectos, con el objetivo de prestar servicios para facilitar la automatización de las instalaciones de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.

En el Reforma, bajo el título de “Gasta Pemex más y produce menos”, se publica que la empresa paraestatal petrolera aumentó su costo de producción de 4.24 a 4.35 dólares en el año 2006, principalmente por las fuertes inversiones en el complejo Cantarell, pero que su producción disminuyó en 1.6 por ciento.

Consigna de vender barato

Desde abril del 2005, el especialista en temas energéticos del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Arturo Bonilla, alertó sobre esta estrategia que aplica ahora el gobierno espurio de Felipe Calderón:

“Mi hipótesis es que parece haber una consigna de utilizar la deuda para desquiciar financieramente a las paraestatales mexicanas y luego venderlas barato; es una secuela que se ha seguido en otras empresas públicas (Teléfonos de México y Ferrocarriles Nacionales de México), donde se ha tratado de hacer ver que la mano de obra y la administración de los mexicanos no están calificadas para resolver su expansión y problemas económicos”.
“La deuda de Pemex es un problema que no se detiene y llega ya a dimensiones mayúsculas”, indicó, pero mencionó que la apertura de la paraestatal al capital privado no es la solución.
“Podría ser una solución, pero sólo en el corto plazo: habría una expansión desmesurada del capital que permitiría ampliar la exploración, la mal llamada producción y la capacidad instalada en las refinerías. Sin embargo, en el largo plazo, la apertura al capital privado, nacional o extranjero y, en el caso extremo, la privatización de la empresa, sería como “vender la progenitura por un plato de lentejas”, agregó.

“Las inversiones privadas en el corto plazo servirían para extraer la mayor cantidad de petróleo para aprovechar los actuales precios internacionales del crudo y sus derivados se generarían inmensas ganancias que serían distribuidas planetariamente y de acuerdo con los propios intereses de los dueños del capital, mientras que el país tendría que conformarse con una participación mínima”, apuntó.

Nuevos esquemas de contratación

Desde septiembre del 2006, el Diario de la Dignidad, la Identidad y la Soberanía reveló que con la firme intención de concluir la privatización de la producción de hidrocarburos en el gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa, Petróleos Mexicanos preparaba nuevos esquemas de contratación para incluir a la iniciativa privada en la operación y el mantenimiento de ductos y en actividades de exploración y explotación, constitucionalmente apartadas para la paraestatal petrolera.

Pemex recurre a argumentos administrativos, como la dispersión de responsabilidades en el manejo de los ductos, y a la falta de presupuesto, para justificar la incursión a gran escala de las compañías petroleras en las actividades de la industria petrolera mexicana.
En el Sexto Informe de Labores, Petróleos Mexicanos expone que “continúa en la búsqueda de nuevos esquemas de contratación para la ejecución de sus proyectos para incrementar la capacidad de ejecución y obtener financiamiento de nuevas fuentes”.

En este contexto, detalla, se desarrolla un nuevo modelo de contratación orientado a la implantación del Plan de Administración de la Integridad del Sistema de Transporte de Pemex Exploración y Producción.

“Actualmente se tienen una gran diversidad de contratos de mantenimiento con un promedio de duración de un año, catálogos de precios de más de un mil conceptos por contrato, objetivos no alineados y contratistas especializados por servicios”, indica.

La paraestatal afirma que “el nuevo modelo contempla la licitación de cuatro contratos integrales para la asistencia a la operación y mantenimiento en sistemas de transporte marino y terrestre de las regiones marinas y Sur, con una duración de 10 años, un único precio unitario, sujeto a ajustes por desempeño; apegados a normas técnicas internacionales, orientados a compañías que reúnan las habilidades requeridas para implantar el plan, con el fin de elevar la confiabilidad de los ductos a un menor costo y eliminar la dispersión de responsabilidades”.

Asimismo, Pemex señala en el Sexto Informe de Labores que “se desarrollan otros esquemas contractuales para aumentar los niveles de producción de hidrocarburos en proyectos prioritarios de alto potencial clasificados como campos maduros, Chicontepec y Aguas Profundas” del Golfo de México.

“Con respecto a los primeros, se encuentra en proceso la selección de bloques y la preparación del modelo contractual y se prevé iniciar su licitación en el corto plazo”, especifica.
En cuanto a Chicontepec, justifica que en esta área se encuentra la tercera parte de las reservas 3P del país y que se debe iniciar su desarrollo de inmediato para compensar la declinación de campos que hoy son importantes.

Sobre Aguas Profundas del Golfo de México, Pemex manifiesta que posee un “recurso prospectivo significativo”, se tiene una “amplia experiencia en aguas someras y es una inversión de alto riesgo”.

(Daniel Sánchez)

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