domingo, agosto 19, 2007

La ley de bioenergéticos pone en riesgo la soberanía alimentaria: Greenpeace

El Congreso debe garantizar que el maíz se utilice sólo para consumo humano

Llama la organización ambientalista a explorar vías alternas para generar etanol

MARIANA NORANDI

Si en el próximo periodo legislativo no se reforma la Ley de Promoción y Desarrollo de Bioenergéticos, México estará en riesgo de hipotecar su futuro, al destinar sus cosechas de maíz y caña de azúcar a la producción de biocombustibles, aseguró Gustavo Ampugnani, director de campañas de Greenpeace.

El ambientalista señaló que esa norma, aprobada en abril pasado por los diputados, dejó insatisfechos a muchos sectores, porque fue impulsada sin el respaldo de una amplia discusión pública y "a espaldas de la sociedad".

De acuerdo con Ampugnani, la ley tampoco contiene acciones para enfrentar los efectos negativos del calentamiento global y, en cambio, se limita a complacer las exigencias de un sector agroindustrial que quiere hacer negocios.

"El cultivo de maíz y de caña de azúcar para producir etanol puede generar una competencia por el destino final de la tierra, porque si hay subsidios para estas actividades se va a dejar de sembrar maíz -para harina o tortilla- y caña para producir biocombustibles", dijo.

El líder de la organización ambiantelista sostuvo además que la política bioenergética de México debe tener en cuenta otras fuentes para producir etanol, como residuos agrícolas o forestales, y desechar rotundamente el cultivo de maíz, por ser "poco eficiente" para esa actividad y poner en riesgo la soberanía alimentaria.

"El gobierno federal tiene que explicar claramente, sin dobles discursos, su política de biocombustibles. Además, tiene que pronunciarse en contra de producir etanol a partir del maíz, porque ese grano no garantiza una eficiencia energética positiva, es decir, se necesitan más combustibles fósiles para convertir maíz en etanol, que el que se pretende ahorrar".

Asimismo, subrayó que si bien Greenpece está a favor de utilizar biocombustibles para combatir el cambio climático, cada bioenergético autorizado debe someterse a un profundo estudio social, económico y medioambiental.

"Existen opciones para producir etanol sin necesidad de sembrar grandes extensiones de maíz o caña. Para ello hay que abrir el debate, ver las opciones viables, canalizar más fondos a la investigación de bioenergéticos y no pensar que la solución mágica vendrá de estos cultivos."

En el caso de esta última, afirmó que hay que analizar ciertas condiciones. "Si la producción de caña va a implicar mayor uso de fertilizantes, plaguicidas y herbicidas para que crezca rápido y abastecer las plantas de etanol, desde el punto de vista ambiental no sería sustentable y contribuiría al calentamiento global".

Agregó que, además de revisar la ley de bioenergéticos, debe retomarse la discusión de la Ley de Aprovechamiento de Energías Renovables, que está congelada en el Congreso desde hace más de un año. "Creemos que el camino apunta más por el uso de las energías renovables, como la energía eólica, solar o geotermia, que por la bioenergía."

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