jueves, agosto 30, 2007


A mitad del camino en la prometida reducción de la pobreza extrema

Mary Robinson
Ex Presidenta de Irlanda

En Berna, Suiza, se celebró el 7 de julio una importante reunión pública de organizaciones de la sociedad civil y responsables gubernamentales para analizar la situación relativa a los Objetivos para el desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas, que en esa fecha llegaban a la mitad del camino a recorrer hasta la fecha tope del 2015.
La reunión de Berna destacó un aspecto fundamental de la estrategia necesaria para alcanzar los objetivos establecidos por los líderes mundiales en el 2000: que las naciones ricas deben cumplir con su parte al brindar asistencia para el logro de esas metas acordadas internacionalmente.
Fue alentador ver como las numerosas organizaciones de la sociedad civil suiza instaban a su gobierno a elevar el nivel de la asistencia oficial suiza para el desarrollo hasta alcanzar la meta del 0,7% del Producto Interno Bruto..
Los ODM dieron una esperanzadora indicación de como la cooperación internacional puede desplegarse en esta parte inicial del siglo XXI. Los líderes mundiales admitieron tener una responsabilidad compartida con respecto al destino de nuestro planeta y de sus habitantes y se comprometieron a trabajar colectivamente para reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre y para lograr que se imparta la educación primaria universal a todos los niños a más tardar en el 2015. En la Declaración del Milenio los dirigentes mundiales acordaron promover la igualdad de géneros y la capacitación de las mujeres, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud maternal, combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades y asegurar la sustentabilidad ambiental.
¿Dónde estamos a mitad del camino en cuanto al cumplimiento de esos compromisos? Una nueva evaluación de la situación efectuada por la ONU pinta un cuadro decididamente heterogéneo. Muestra por un lado que se han hecho progresos significativos en algunos países, mientras que en el África Subsahariana, ningún país está en vías de cumplir con el objetivo de reducir a la mitad la extrema pobreza y de asegurar la educación primaria universal o de detener la pandemia de VIH/SIDA enel plazo que vence el 2015. Esto es trágico e inaceptable porque sabemos qué tareas y qué tipos de acciones son necesarias para conseguir más rápidos y razonables progresos.
La experiencia de los últimos siete años nos dice que donde existe la voluntad política se pueden conseguir resultados positivos. Incluso algunos de los países más pobres, como Ruanda, Mozambique y Bangladesh están avanzando hacia muchos de los ODM, precisamente porque existe voluntad política y apoyo responsable de los donantes. Pero también necesitamos mirar más allá de los números. En un reciente viaje a Ghana, advertí que existe allí la sensación de que el objetivo número1 de los ODM, el referido a la reducción de la pobreza, podría ser alcanzado antes de la fecha topa del 2015. Pero, en cambio, la voluntad política para vérselas con otros objetivos se ha quedado atrás. Ghana debe enfrentar el desafío de las crecientes desigualdades entre diferentes áreas del país y todavía no se está moviendo suficientemente rápido para promover la igualdad de las mujeres.
Muchos otros países están en situaciones similares. No basta con evaluar si las metas conjuntas de los ODM fueron alcanzados o no país por país. Es necesario que los planes de desarrollo sean inclusivos y enfocados en beneficiar a los más pobres y a otros grupos marginados en la sociedad. No podemos dejar que números conjuntos oscurezcan las realidades de la desigualdad basada en el género, en antecedentesétnicos o en otras características, que en definitiva socavarán el desarrollo humano.
Pero, como se subrayó en Berna, debemos reconocer también que la falta de incrementos significativos desde 2004 en la ayuda oficial al desarrollo hace que sea virtualmente imposible, incluso para muchos de los países mejor gobernados, alcanzar los ODM. El informe de la ONU destaca que a menos que se proporcionen de modo predecible recursos adecuados para que los países en desarrollo puedan planificar cómo aumentar sus inversiones y hacer un uso más efectivo de la asistenciapuesta a disposición por los donantes, el éxito está lejos de considerarse asegurado.
Los países desarrollados tienen la obligación de proporcionar calendarios precisos acerca del cumplimiento de sus promesas y datos sobre el volumen y la eficacia de la ayuda a proporcionar y acerca de la cancelación de la deuda. A este respecto, los resultados de la reciente Cumbre del G8 en Heiligendamm fueron decepcionantes.
El logro de los ODM es una tarea apremiante. Cuando nos estamos aproximando al 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se cumple en el 2008, deberíamos volver a comprometernos a dar los pasos adicionales necesarios para alcanzar los objetivos del 2015. Pero también deberíamos hacer más. Deberíamos reconocer que los ODM son parte del más amplio esfuerzo que senecesita para hacer realidad los derechos humanos para todos.
(*) Mary Robinson, ex Presidenta de Irlanda y ex Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, es fundadora y presidenta de "Realizing Rights: The Ethical Globalization Initiative". Servicio de IPS

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