sábado, septiembre 08, 2007

IMSS: el pliego hostil del politólogo Molinar

Gustavo Leal F.*

Siete días después de haber declarado que “recibía con el mejor ánimo” el pliego petitorio del SNTSS para “negociar” un contrato colectivo de trabajo (CCT) que ampara a 377 mil trabajadores y 152 mil jubilados y pensionados, Juan Molinar Horcasitas registró ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje –por su parte– un pliego hostil institucional que busca disminuir unilateralmente las condiciones de trabajo. La respuesta sindical fue inmediata: “estallará la huelga si se pretende mutilarlo”.

No era para menos. Amputándole su naturaleza bilateral, ese pliego expulsa al Sindicato Nacional de los Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) de los procesos de trabajo (cláusula 19) y rebaja derechos de los trabajadores con impacto económico (cláusula 107, aguinaldo, y 144, fondo de ahorro), sin que Molinar Horcasitas establezca qué hará con los “ahorros”, ni consigne algún compromiso de la institución “benemérita” que “dirige”, en contraste con lo que exige a los trabajadores.

Su propósito es abatir el CCT (al nivel Ley Federal del Trabajo) e imponer un primitivo “antes que yo (y mis aliados), pagan ustedes, los trabajadores”. Recarga sobre ellos una “solución” que no es solución y les quita todo, aunque publicita un “bono de productividad, eficiencia y calidad” inespecífico.

Su pliego carece de cualquier diagnóstico, repite las visiones apocalípticas de Vicente Fox-Santiago Levy, no contempla mejora en la operación, particularmente en los servicios de salud, donde invoca de manera abstracta al derechohabiente y pregona una “mejor atención” que tampoco define.

No atiende –ni resolverá– ninguno de los determinantes efectivos que pesan sobre la situación institucional. Aunque, como antes lo hicieran Fox y Levy, Molinar Horcasitas también omite deliberadamente evaluar los impactos de la política económica de las últimas décadas sobre la cobertura (asegurados), de la “reforma” Zedillo 1995-1997, del sistema Afore, de la “reforma” Beltrones-Levy (agosto de 2004), de la situación de la recaudación, elusión y evasión de cuotas obrero-patronales, del nivel salarial de las mandos altos y de la presunta corrupción institucional (medicamentos).

Pero sobre todo, Molinar omite mencionar la capitulación (de Genaro Borrego con Mario Madrazo y Santiago Echevarría, Mario Luis Fuentes con Mario Madrazo, Santiago Levy con Onofre Muñoz, Fernando Flores con Onofre Muñoz y Molinar Horcasitas con Santiago Echevarría) para extender el modelo IMSS de atención médica, sustituyéndolo por los rudimentarios programas “preventivos” de Mejora de la Medicina Familiar y Prevenimss.

También omite mencionar la adopción (con Fox) del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades y (con Felipe Calderón) del “Seguro Popular” petit o cambray (sólo para los recién nacidos), así como la compactación del Programa IMSS-Oportunidades para horizontalizarlo al precario nivel clínico del “Seguro Popular”. Todo ello en un IMSS que fue especialmente diseñado para atender daños médicos de alta complejidad.

Molinar tampoco evalúa las cuestionadas UMAES y la activación en el agro de las penosas unidades médicas de atención ambulatoria.

Todas estas omisiones estratégicas le permiten apreciar (sólo a él) una “renegociación” del CCT que se traducirá fantásticamente en “suficiencia financiera” y un “punto de equilibrio”.

En noviembre pasado Jorge Meléndez, ex director de Finanzas, recomendó “eliminar burocracia, arrendar equipos que el IMSS no puede adquirir, concesionar servicios a terceros y transferir algunas cirugías que el instituto no puede cubrir, ya sea por falta de personal o infraestructura”.

Y el Consejo Promotor de la Competitividad de la Salud –que encabeza Pablo Escandón Cusi, de Nadro y Funsalud– propuso que “del 100 por ciento de la cuota patronal a servicios de salud que una empresa le paga al IMSS, 80 por ciento se transfiera al Consejo Promotor, cuyas instituciones se encargarían de crear una red para otorgar servicios de consulta básica y suministro de medicinas. Con un solo pago se podrá acudir a cualquiera de las instituciones del sistema privado”.

El propio Molinar ofreció hacer “crecer” la infraestructura institucional vía proyectos público-privados como los que intentó Julio Frenk en la Secretaría de Salud del foxismo (hospitales regionales de alta especialidad).

De tal suerte que su pliego constituye la perfecta expresión del Ejecutivo continuista y antisindical que tutela Calderón. Como en el foxismo, la “renegociación” de Molinar agravará las encrucijadas institucionales en curso y va al completo fracaso técnico: no atiende el reclamo general de mejorar los servicios que presta el IMSS. Y de inclinarse por una controversia de naturaleza económica, varios priístas y algunos panistas ya pueden poner sus barbas a remojar.

Sin embargo, a pesar de Calderón, Miguel Angel Yunes y Molinar Horcasitas, el debate sobre el destino de la salud y la seguridad social de los mexicanos apenas ha empezado, y está abierto. Las elecciones intermedias de 2009 lo amplificarán.

Frente a la continuidad calderonista, el CEN del doctor Gutiérrez Fragoso y las dilatadas estructuras del SNTSS no pueden sino defender ese CCT que ampara una materia de trabajo única: la de los equipos organizados para atender profesionalmente la confianza que les depositan los usuarios y pacientes.

Pero, ¿puede hacerlo cuando, de entrada, como CEN propone incrementar las aportaciones de todos los trabajadores que, por cierto, no generaron “el problema”? ¿Señalando que “no es el momento de echar culpas”? ¿“Cabildeando” con el cacicazgo de Elba Esther Gordillo? ¿O formando un partido político “liberal y obrero” de los trabajadores “del Seguro Social” pero sin definir un plan de acción sindical preciso para defender el CCT?

El pliego Horcasitas “pretende hacer del paciente el foco de la negociación”. Justamente por ese paciente (y todos los que cotizan con él) vale la pena defender el CCT de los profesionales que lo atienden. Ellos tienen la palabra.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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