jueves, septiembre 20, 2007

Soldaditos de Plomo; Los hijos obedientes del hijo desobediente

Los hijos obedientes del hijo desobediente, al ser vestidos como militares, pues “los pequeños no son culpables. Ahora bien, los niños desgraciadamente son síntoma de los padres, de tal manera que vestir a unos hijos con trajes militares indica una necesidad de autoafirmarse en el ejercicio del poder; igual que el papá que viste a su hijo de Supermán, el señor viste a los niños con su trajecito verde olivo del mismo modo que desnuda al Ejército para vestirlo de civil. El comandante y jefe de las fuerzas armadas ejerce su fantasía vía los hijos, de tal manera que proyecta en ellos una necesidad de afirmarse y de legitimidad que buena parte del pueblo no le otorga. Los pequeños están por su edad en la construcción de sus valores y su identidad; violentarlos con un uniforme simbólicamente ligado a la guerra, a la muerte, al peligro, etcétera, no es sino una violencia de orden sicológico a un menor. La pose del pequeño saludando a las fuerzas armadas nos hace pensar en la infancia que muchos dictadores han tenido en el mundo; no quiero decir con esto que el pequeño se vuelva dictador; sin embargo, el niño será en su adultez lo que simbólicamente le signen los padres”… Por cierto, según el secretario particular de Felipe Calderón, si éste pudiera “se vestiría a diario de militar”. César Nava aseguró que su jefe tiene varios uniformes castrenses, incluido el de gala. La hija del propio Nava fue a la ceremonia del desfile del pasado 16 con una gorra estilo militar, con flores al frente (nota de Silvia Garduño, en Reforma)…
"SOLDADITOS DE PLOMO"
Por: Eduardo Ibarra Aguirre

Representantes perredistas en la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados presentaron un punto de acuerdo para exhortar a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa a la prudencia “y a no llevar la militarización del país”, alarmante y característica de los Estados autoritarios, “a su entorno familiar”.También promueven que se apliquen al primer empleado del país que el día 16 tuvo un gesto monárquico con Juan Pablo y Luis Felipe Calderón Zavala al vestirlos con uniformes -éstos sí hechos a la medida en la Sedena- y las insignias del Ejército correspondientes a mayor (dos estrellas) y teniente coronel (con una), las sanciones establecidas en el Código de Justicia Militar en su título 11 capítulo 7. Los uniformes castrenses son parecidos a los que usa el arma de artillería, que es a la que pertenece el divisionario Guillermo Galván Galván.Pueden tener razón o carecer de ella los diputados Alejandro Suárez Camacho, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera y Cuauhtémoc Sandoval Ramírez, pero es notable la frivolidad con la que se pretende justificar el desplante antirrepublicano, pues sólo en las monarquías los futuros reyes, cuando aún eran niños, ostentaban galas militares y hasta recibían honores correspondientes a los jefes castrenses. Y en el caso de los sobrinos de Hildebrando Zavala Gómez del Campo -invitado de honor a los festejos patrios- imitaban a su padre al levantar la mano a la altura de la cabeza para saludar desde el balcón central de Palacio Nacional a los contingentes.Cuando el general de división Tomás Angeles Dauahare -persecutor del general José Francisco Gallardo Rodríguez, los editores de Forum y defensores de los derechos humanos como Margarita Espino del Castillo Barrón- rindió el parte del desfile militar, lo más solemne de la ceremonia, los niños desaparecieron del balcón.Pero llama la atención la frivolidad con la que se pretende disminuir la torpeza institucional del michoacano. Para el general Luis Garfias Magaña fue “una manifestación de solidaridad y de cariño del Presidente, que ha tratado de acercarse al Ejército”. Mientras que Héctor Larios Córdova, coordinador de la bancada panista en San Lázaro, “no vio nada porque se encontraba de viaje”. Su homólogo priísta Emilio Gamboa Patrón se volvió a exhibir: “Como norma, desde hace mucho no me meto con la familia de los presidentes”. Pero el remate de humor involuntario estuvo a cargo del general Roberto Vadillo Martínez: “¡Pero si las insignias se compran en cualquier lado! No se acuerda que Juan Garrison y Agallón Mafafas traían insignias? También se ponían estrellas con corcholatas, así que yo no veo ningún problema”. (La Jornada, 17-18-IX-07, pp. 3 y 10, respectivamente).Como otra muestra de “solidaridad y cariño” hizo su debut en sociedad el Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo Federal, creado por decreto presidencial el 10 de mayo pasado, con la misión principal de “proporcionar apoyo a las autoridades civiles de cualquier nivel de gobierno en tareas de restauración del orden y seguridad públicas, en el combate a la delincuencia organizada o en contra de actos que atenten contra la seguridad de la nación”.También se establece que sus miembros reciban “adiestramiento y capacitación especializada en el manejo de situaciones críticas de perturbación o alteración de la paz social y seguridad pública, cuya finalidad será el restablecimiento del orden público y del Estado de derecho”. El CEFAF está “bajo las órdenes del Presidente de la República” y “dependerá técnica, operativa y administrativamente de la Secretaría de la Defensa Nacional”.La militarización del gobierno avanza a paso firme mientras el Legislativo y el Judicial guardan silencio cómplice.

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