miércoles, septiembre 05, 2007

Ya es hora de decir ¡basta! (Bolivia)

María Martha González

Hace ya tiempo que esperamos que suceda algo, en el país con la nueva política que se iba a implementar o quizás no entendemos y se está implementando.

Pero lo que no se puede entender es que siendo mayoría, como somos, estemos sujetos una estúpida minoría que lo único que pretende es hacer fracasar al gobierno y los cambios que proponemos.

Si hablamos de los contratos petroleros: dicen que: antes se ganaba más, cuando todos nuestros recursos naturales habían sido casi regalados a las transnacionales y en lugar de pararles el carro en ese momento, a esa minoría vendida y corrupta, tratamos de dialogar; no nos entendieron. También, por supuesto, tenemos que reconocer que cometemos errores, esta vez sí podemos llamarlos errores, porque no son errores de corrupción, negociados, tráfico de drogas etc., etc. Fueron y son errores por desconocimiento del manejo del estado y por no habernos preparado para tomar el poder; tenemos el gobierno, pero no tenemos el poder.

Esta gran mayoría no controla aún el poder en nuestro país; el poder lo siguen teniendo los de siempre y, pese a ser una mayoría casi absoluta, tenemos que transar, convencer y a veces hasta retroceder. Pero tenemos tiempo aún, podemos con un esfuerzo no muy grande salir adelante e implantar todo lo propuesto y aclaremos: lo propuesto, no lo prometido sólo para ganar elecciones. Estas propuestas fueron planteadas una y mil veces por la mayoría de los bolivianos y vaya que nos costó. Nos costó sangre y muerte.

Desde que nos propusimos llevar adelante la constituyente, nos salieron con mil y una triquiñuelas para evitar que siga adelante esta nuestra propuesta de un CAMBIO, necesario para las mayorías nacionales que fueron siempre relegadas y mal tratadas. Y ¿qué sucede? Sucede que la gran mayoría de nuestros constituyentes, poco mas o menos, tienen que reunirse clandestinamente para continuar con su trabajo de cambiar el país, de cambiar una constitución que no fue hecha a la medida de todos los bolivianos, sino sólo pensando en las clases dominantes, que fueron los que gobernaron hasta que un 18 de diciembre del 2005, cuando la MAYORÍA, así con mayúsculas, ganamos con un 54 por ciento de los votos. Una mayoría absoluta que los dejó, a esos pequeños aprovechadores, con la boca abierta y un dolor que hasta ahora no se les pasa, y siguen con la boca abierta, escupiendo gusanos por todos lados y si les duele, que les duela, se lo merecen. A ellos les duele porque les duele a sus dueños, aquellos del país del norte que se hacen llamar “guardianes de la libertad y la democracia”. En la constituyente nos quieren imponer sus propuestas por minoría, nos quieren imponer sacar a algunos de nuestros constituyentes; a la final, lo que quieren es hacer fracasar la Asamblea Constituyente.

¿Cuándo antes tomaban en cuenta los deseos o derechos de las mayorías que vivían sojuzgadas? Teníamos que pelear centímetro a centímetro por un pedazo de tierra, moneda a moneda por un aumento salarial. Había que hacer bloqueos para que esos grandes señores, los del piso de arriba, se dieran cuenta de que existíamos y eso nos costaba prisiones, desaparecidos y muertos. Y ¿dónde están todos esos compañeros ahora? Ya no están, ni estarán nunca más.

En el Parlamento, ¿qué pasa, cuando éramos sólo 27 diputados y 8 senadores, ¿alguna vez trataron de llegar a un acuerdo beneficioso para el pueblo? No, los mismos señores que ahora se reclaman a gritos como demócratas, utilizaban el famoso rodillo y la paga extra para que saliera alguna ley que en ese momento necesitaban los gobernantes de entonces para conseguir su quince por ciento por ley o por vendernos un poco mas a los demás a los que o aceptábamos o moríamos. Y ahora ¿qué pasa?, ¿acaso votan por conciencia y democráticamente como nos quieren hacer creer a cada instante?, no lo que hacen es poner trabas, trancar, provocar, solamente buscan que este gobierno popular, este gobierno del pueblo, fracase.

No estoy en contra de hablar, de discutir, de llegar a acuerdos, pero sin ceder ni un ápice en nuestra propuesta, la propuesta real y verdadera del pueblo, sin ceder en nuestros principios, principios que se hicieron realidad con el esfuerzo, la prisión y la muerte de tantos compañeros: los principio de la liberación nacional para la construcción de una nueva sociedad que viene incluida en la propuesta del MAS-IPSP.

Esa pequeña oligarquía cruceña que está mandando a su juventud cruceñista a bloquear, pegar e interrumpir nuestra labor. Unos cuantos inútiles que sólo sirvieron para hacer sus fortunas a costa del pueblo que ahora está en el gobierno. Esa oligarquía que creció, aunque les duela, gracias al esfuerzo de los kollas que les hicieron y les hacen el trabajo. Recuerdo que en una reunión nos decían, ante un reclamo de las comunidades del oriente, que ellos estaban llanos y contentos de que la gente del occidente fuera a trabajar en sus tierras. Claro que, el primer momento, cuando esa misma gente humilde que trabajaba por un salario mínimo, sin tener posibilidades de prosperar, pensó y pensó que la única oportunidad que tenían era tener un presidente de su misma clase y empezaron a hacer campaña por Evo Morales, los señores pensaron que era demasiado; una cosa era trabajar para ellos y otra que pensaran por su cuenta, eso no les estaba permitido.

Sin embargo, creo que nos estamos olvidando de algunas cosas y creo que es hora de decir: BASTA, BASTA YA, a tantas baratas actitudes por seguir manteniendo un país en un total atraso y sólo tener beneficio para ellos mismos.

Es hora de que cada una de nuestras consignas se haga realidad. No fue vano el trabajo de convencimiento que tuvimos que realizar en dos elecciones consecutivas y recordemos por favor que: SOMOS PUEBLO Y SOMOS MAS

Hagamos que ese MAS salga adelante, con defectos y errores, porque tenemos todo el derecho de equivocarnos también y si lo hacemos no es porque pensemos en cada uno de nosotros, sino en todo país, en todos los integrantes de este territorio llamado Bolivia.

Porque no tenemos afán de venganza, sólo queremos mejorar, poder vivir bien, no esperamos lujos, autos de primera. Sólo queremos vivir bien, queremos que los bolivianos vuelvan a nuestro país y puedan encontrar trabajos dignos y bien pagados, queremos que nuestros hijos, nuestros nietos tengan las mismas oportunidades.

Peleamos por hacer una Bolivia mejor para nuestros hijos, unos desde hace muchos años, otros recientemente, pero todos consideramos que tenemos que llevar adelante nuestras proposiciones, nuestros ideales. Hacer de Bolivia un gran país donde todos, entiendan bien, señores, TODOS podamos vivir bien, TODOS podamos comer, TODOS tengamos derecho a la salud, TODOS tengamos derecho al trabajo, TODOS, finalmente, tengamos derechos.

Y una vez mas sigamos adelante todos unidos, ahí también tenemos mucho de que criticarnos. No todos pensamos igual, es cierto, hay peleas internas que ya no debieran existir, pero estas divisiones o son pagadas o son porque no todos participaron desde el principio, hay los otros que juraron al dia siguiente de que el Presidente Morales jurara a su cargo, y están los advenedizos de siempre y los que se camuflan como camaleones y aparecen mas masistas que el MAS y lo único que hacen es poner zancadillas al avance del proceso.

Repitámonos, una y otra vez nuestras consignas hasta que se vuelvan parte de nuestro accionar diario.

SOMOS PUEBLO, SOMOS MÁS

Porque mientras tratamos de convencerlos, de dialogar, de llegar a acuerdos, ellos se arman y se arman en serio, es hora compañeros y hermanos que pongamos fin a los extremismos de esa derecha que no quiere dejar sus privilegios y que son mas peligrosos.

Vemos que llegan municiones por un lado, y no se hace nada, llegan armas por otro y no hacemos nada, ¿es que estamos esperando de brazos cruzados que nos maten? Y esta vez ¿en cuánto tiempo podremos volver a levantarnos? Trabajemos todos juntos, los que queremos el cambio, y cambiemos. Cambiemos nuestro país para el bien de todos porque juntos somos mas fuertes, los que nos quieran acompañar bienvenidos, los que se camuflan para seguir usufructuando del poder que se vayan. No podemos ofrecerles balsas a Miami, por razones obvias, pero pueden comprarse sus pasajes de avión. El pueblo siempre se quedó y siempre se quedará en esta tierra, en las buenas y en las malas. Porque Bolivia es nuestra y lo seguirá siendo.

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