domingo, octubre 28, 2007

La crisis financiera no puede recaer sobre los hombros de los trabajadores (España)

Coordinadora Sindical de Madrid
Rebelión

Comienza un nuevo curso político tras el período vacacional con una realidad que, si bien es de continuidad con la que había antes del verano, aparece más agravada para los trabajadores. Los acontecimientos económicos acaecidos en el mes de agosto han puesto al descubierto los graves problemas que arrastra la economía de mercado en esta época del capitalismo desarrollado de la etapa imperialista.

El mercado ha fracasado una vez más y han tenido que ser los bancos centrales los que han debido sortear la situación. Para ello han debido inyectar miles de de millones de euros, dólares o ye-nes a los grandes centros financieros para poder continuar con la política especulativa y de rapiña contra trabajadores y grandes masas populares en beneficio exclusivo del capital transnacional y del reducido grupo de individuos que forman el club de los más ladrones y los más ricos.

En la cuneta quedarán millones de personas que perderán sus viviendas o vivirán cada vez con más agobios. Jamás llegarán a entender muy bien por qué hace año y medio los intereses bancarios gravaban sus hipotecas al 2% y ahora superan el 5%. Nadie tiene explicación racional o científica para esto (el capitalismo nada tiene que ver con lo racional y lo científico) si no se tiene en cuenta que el poder político y el poder económico están monopolizados por los mismos parásitos que controlan los grandes Bancos y las grandes empresas transnacionales en beneficio propio.

Pero no solo se han disparado los intereses bancarios. La vivienda también triplicó su valor en pocos años, los alimentos básicos como la leche, el pan o la carne elevan sus precios constantemente en porcentajes que nada tienen que ver con los del IPC. El transporte, la luz, el gas, el agua, el vestido, los libros, el material escolar o tomarse un café siguen la misma tónica alcista.

La política de semicongelación salarial (que los salarios suban menos que el IPC) pactada con la patronal desde hace más de cuatro años por CCOO y UGT, es una política de ruina para todos los trabajadores. Tenemos que romper esta tendencia cuanto antes y particularmente en la negociación de los convenios colectivos ya sean de empresa o de sector.

Al lado de la pérdida escandalosa de poder adquisitivo de los salarios, los empresarios y el gobierno han desarrollado una política de represión laboral y sindical dirigida a aquellos trabajadores y delegados sindicales que se enfrentan a la paz social. Del grado de represión laboral y sindical dan muestra los miles de casos re-partidos por los diferentes pueblos del Estado, en cualquier tipo de empresa. Bimbo, Telefónica, Ahorramás, Iberia, Telemadrid, Cajastur… son ejemplos palpables y que en el caso de la Naval Gijón ha llegado hasta el encarcelamiento de dos de sus dirigentes (Cándido y Morala) de la Corriente Sindical de Izquierdas de Asturias encausados por oponerse al cierre del astillero y a la especulación inmobiliaria.

La respuesta de los trabajadores a estas agresiones ha sido unánime y se ha saldado con éxitos importantes como fue la puesta en libertad de Cándido y Morala (aunque el proceso no se ha terminado). La Coordinadora Sindical de Madrid, junto con los sindicatos que forman la Permanente Estatal ya hemos tomado parte activa contra la represión y por las libertades y los derechos de los trabajadores.

Así, al comienzo del nuevo curso, la CSM y los sindicatos que la componemos tenemos que proseguir y acentuar más la movilización y la lucha contra la política de la patronal y del gobierno. El combate del sindicalismo de clase contra el sindicalismo entregado y el desarrollo de la Coordinadora Estatal y el Nuevo Estatuto Obrero deben ser nuestros objetivos. Debemos enfrentarnos con el máximo de rigor y profundidad al sindicalismo del pacto social, estrecho colaborador de empresarios y gobierno.

Y en el ámbito interno nuestro objetivo prioritario debe ser el desarrollo de la Coordinadora Sindical con nuevas formas jurídicas y la apuesta decidida por la coordinación con otras organizaciones territoriales. Y, sobretodo, abordar la próxima negociación colectiva sobre la base de la participación y movilización de los trabajadores con una tabla reivindicativa ambiciosa e introducir el Nuevo Estatuto Obrero, donde se reflejen claramente los contenidos más importantes del mismo. Son elementos que debemos debatir con los trabajadores con la firme voluntad de que los hagan suyos y luchen por ellos.

Hay que combatir con firmeza la desmovilización y la apatía e introducir nuevas reivindicaciones y metas para los trabajadores.

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