martes, octubre 23, 2007

Recorte masivo en maquiladora de las marcas Levi’s y GAP

Represalias por crear un sindicato independiente

Patricia Muñoz Ríos

La empresa maquiladora Vaqueros Navarra, dedicada a la confección de pantalones de mezclilla de las marcas Levi’s y GAP, llevó a cabo un despido masivo de trabajadores en su planta de Puebla, en represalia porque éstos determinaron salirse de las filas de la Confederación Regional Obrero Mexicana (CROM), ganaron la titularidad de su contrato colectivo de trabajo y se afiliaron al Sindicato Diecinueve de Septiembre, de las costureras.

A la fecha suman cerca de 400 los despedidos y los que quedan enfrentan desde hace meses la amenaza patronal del despido, luego que en una asamblea (en abril pasado) decidieron que ya no fuera la CROM quien los representara, “ya que no atendió su exigencia de revisar el raquítico reparto de utilidades que estaban recibiendo, así como por actuar siempre protegiendo los intereses patronales, sin atender sus reclamos”.

Según informó ayer el Frente Auténtico del Trabajo (FAT), en agosto pasado los representantes de GAP y otras marcas, todas de origen estadunidense, llevaron a cabo una auditoría independiente para investigar las hostilidades que se presentaron a partir de que los trabajadores decidieron reclamar la titularidad del contrato colectivo por medio del Sindicato Diecinueve de Septiembre.

En este sentido, detalló que el 18 de octubre las marcas que tienen contrato con esa maquiladora hicieron llegar a Jorge Nakid, director administrativo del Grupo Navarra, el resultado de la auditoría independiente, en la que los investigadores de estas empresas señalaron que los trabajadores han sido agredidos “sicológica y verbalmente”, despedidos sin aviso previo y forzados a firmar cartas de renuncia por pretender formar un sindicato independiente; otros fueron puestos en una “lista negra”.

Se encontró además que la razón oficial del despido de los trabajadores relacionados con actividades sindicales fue “falta de trabajo”

Además, la investigación refiere que hubo hostigamiento y abuso “físico, sicológico, sexual y verbal de varios personajes del área administrativa”, y que los trabajadores eran frecuentemente obligados a trabajar tiempo extra para alcanzar las metas de producción, aunque este periodo no era pagado correctamente.

Más aún, la auditoría también encontró que las metas de producción se habían incrementado significativamente como resultado del recorte de personal. La empresa hizo algunos “compromisos” para corregir esta situación; sin embargo, los trabajadores se enteraron de que querían desmantelar la planta, correr a todos los empleados y abrir una nueva empresa en otra parte del país para evadir su responsabilidad laboral.

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