jueves, noviembre 29, 2007

Epitafio histórico de Ugalde

Julio Hernández López

No es necesario un esfuerzo para encontrar palabras que pudieran ir inscritas sobre el sepulcro político de Luis Carlos Ugalde. Él mismo las pronunció en agosto pasado: “Si el Congreso aprueba la remoción de los consejeros electorales estaría aceptando que, políticamente hablando, hubo fraude electoral en 2006”. Hoy, ya en ruta de salida, removido sin consideración ni honor, el consejero presidente del instituto que organizó las elecciones del año pasado ofrece sus restos institucionales como testimonio oficial de que los comicios que dividieron a México fueron, cuando menos, “políticamente” tramposos.

Ugalde presidió ayer su última sesión de Consejo General del IFE aunque, junto con otros dos condenados a muerte política, esperará hasta el 13 del mes venidero para salir de nómina. Responsable de las elecciones más sostenidamente impugnadas de la historia mexicana, el economista egresado del ITAM (con dos maestrías y un doctorado en la Universidad de Columbia) lleva en su boleta de salida la marca indeleble de no haber conducido adecuadamente el proceso de 2006, atenido a un letrismo jurídico que le permitió ser omiso ante excesos e injerencias del entonces presidente de la República, los empresarios metidos en la guerra propagandística negativa y otros poderes fácticos que ensuciaron y envenenaron la contienda sucesoria presidencial. Militante político indudablemente ligado al priísmo (durante el gobierno de Ernesto Zedillo acompañó en diversos cargos a Jesús Reyes Heroles González Garza), el investigador y catedrático de instituciones educativas nacionales y extranjeras recibió además el fatal beso político de Elba Esther Gordillo (otro de los referentes políticos de Ugalde era el yerno de la profesora), quien lo impulsó e impuso en 2003 como consejero presidente del IFE, cuando era coordinadora de los diputados federales priístas.

Es injusto, sin embargo, concentrar la tinta en uno solo de los consejeros del mencionado instituto, pues todos ellos surgieron del mismo pecado original que fue el reparto faccioso y grosero del botín llamado IFE entre los bandos del PRI y el PAN (el PRD, con Pablo Gómez como operador, se quedó fuera de la distribución, no por reprobarla o rechazarla, sino por no estar de acuerdo en tamaños y forma de las porciones). El estigma del origen bucanero se vio agravado por la indigencia intelectual y política de la mayor parte de esos consejeros electorales: lo mismo había gacetilleros del madracismo que damas de historial burocrático ínfimo y gris, o compadres y amigos de parranda de líderes partidistas que apellidos y hojas de servicio ligadas claramente a determinada bandería. Sin embargo, esa camada de nueve corresponsables del fraude sólo será cambiada en este primer lance en tres plazas (incluyendo la de LCU), dejando a otros tres hasta agosto de 2008 y a otra tercia hasta 2010, como si el tamaño de sus culpas pudiese ser posdatado o como si sus complicidades hubiesen sido graduales.

Lo peor de todo es que el sacrificio inmediato (humeante) de Ugalde y de un par de consejeros más va en camino de convertirse sólo en un ajuste grupal de cuentas en el que Manlio Fabio Beltrones, presidente real del PRI (Beatriz Paredes es la encargada, en términos inmobiliarios, de despacho), le cobra a E.E. Gordillo, con golpes a Ugalde y el Panal, los madrazos de 2006 al candidato Roberto. Simple gatopardismo de una camarilla tripartidista (el Machupán: Manlio, los Chuchos y el panismo sin caudillo, que hoy tiene como caporales a Larios y Creel, en espera del advenimiento de nuevos nombramientos a cargo de Germán, el Único). Nuevo IFE que es la misma historia de los piratas al ataque: el desastre electoral estaba cantado a partir de la manera como se integró el actual consejo del IFE (nombramientos condicionados por los promotores partidistas; consejeros de historiales tan turbios o anémicos que el consejo que encabezó José Woldenberg resplandecía por simple contraste), de la misma forma que desde ahora se puede adelantar que la designación de los siguientes consejeros incuba el huevo, “políticamente hablando”, de los venideros fraudes electorales. Adiós, Ugalde, pero ¿adiós al ugaldismo o sólo un nuevo ciclo, revolcado, de lo mismo pero instrumentalmente modernizado?

Astillas

Pista de hielo, Fórmula Uno y playas artificiales. ¿Fórmula “perredista” del PAN y circo?... Felipe prepara fiesta, mientras el narco sigue desbordado, Tabasco vive momentos graves pero sin enviados mediáticos de oportunidad (aunque sí con cascada de anuncios de Calderón en radio y tv), los conflictos sociales se agudizan (Guerrero, Chiapas y Oaxaca, por dar ejemplos) y los expertos hablan de una difícil cuesta de enero, con nuevos mecanismos fiscales y el anunciado gasolinazo. Pero lo importante es cumplir (y celebrar) un año, haiga sido como haiga sido… El Senado, San Lázaro, la PGR y el gobierno capitalino se devanan el seso en busca de soluciones al problema de los falsos secuestros por teléfono, mientras éstos continúan sucediendo pero sin tanto escándalo porque los afectados no tienen resonancia para sus quejas… El profesor Benjamín Cortés Valadez envía la décima titulada Esta reforma al Cofipe/ es a tu salud, Felipe: “Con el Cofipe Beltrones/ ha salvado a la nación:/ siguen en televisión/ futbol y los culebrones,/ pues con tales adicciones/ el consorcio garantiza/ veneno con que idiotiza;/ y al ilustre senador/ le va a pagar el favor:/ será estrella en Televisa”… Y, mientras Jorge Carpizo reaparece en escena para abogar por un “presidencialismo renovado” (¿qué tal el de Carlos Salinas, señor doctor?), ¡hasta mañana, considerando ¿cuán envenenado estará lo terreno en Oaxaca, para que un accidente de helicóptero haga pensar en enojos del cielo?!

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