miércoles, noviembre 07, 2007

Ilustración universitaria o estupidez ciudadana

Por: Iván Rendón
Fecha de publicación: 07/11/07

Como todos sabemos, hoy tuvo lugar una marcha de estudiantes de las universidades privadas y oficiales autónomas en Caracas, dirigida a llevar un documento al TSJ con él que se intenta interponer un recurso de amparo para demorar el referendo en el cual se aprobará la reforma constitucional. Éste ardid no es más que una táctica dilatoria para intentar acumular fuerzas y tratar de dar un golpe de estado en Venezuela.

Dos argumentos fundamentales presentaron, éstos adalides de la justicia y la libertad venezolana, de labios de su dirigente de apellido vasco. El primero: no se conoce la propuesta de reforma aprobada y debe posponerse el mecanismo refrendario. Esto quiere decir que si se efectúa en el plazo que indica la constitución vigente se estaría violando el derecho a la información de todos los venezolanos.

Los opositores bien llamados oposicionistas, indican que al cumplirse una ley se viola otra; entonces mejor que se viole la que les favorece. Tomando en cuenta que no tienen un aparato eficiente para poder promover el “No” en la calle, con discusiones formativas y conscientes que convenzan al pueblo venezolano en los barrios, caseríos, urbanizaciones…, en fin, en la comunidad, mejor evitan a todo riesgo que se refrende el proyecto.

Todo esto se cae por su propio peso. Se sabe que la reforma ha sido discutida a lo largo y ancho de todo el país, con foros y debates, que aún se dan, y en los que ellos han tenido a bien participar. El pueblo conoce en líneas generales la propuesta y además tiene el tino de ubicar por diferentes vías los elementos que permiten discutirla. Se han acometido a la búsqueda de las publicaciones impresas y electrónicas que le den la información necesaria para la discusión, pero además, participaron en las consultas que se efectuaron en las comunidades e hicieron algo que le molesta en demasía a la oligarquía criolla: presentaron propuestas.

Este recurso chillón, no es más que el fiel cumplimiento del refrán “cada ladrón juzga por su condición”. Para nadie es un secreto la apatía que gobierna las voluntades de la gran mayoría de los estudiantes (no todos gracias a Dios) de las diferentes universidades. En la prehistoria quedo el carácter combativo y de sensibilidad social de los universitarios. Si hoy marchan algunos de ellos, especialmente los de los institutos privados, se debe a una campaña corrosiva que han orquestado los aparatos mediáticos de la oligarquía para introducir en personas incapaces de leer, o mejor dicho de interpretar lo que leen, un pensamiento único: todos unidos contra el comunismo.

Esto tiene que ver con la extracción de clase que caracteriza a la universidad de finales del siglo XX, en Venezuela. Simplemente los pobres perdieron el derecho a ingresar a la educación superior con la excusa de que no tenían constancia (que se mide con el promedio de notas) o aptitud (que se mide con pruebas sesgadas de conocimiento matemático y lectura). El proceso nacional de admisión ideado por el estado burgués garantizó que los pobres lo siguieran siendo. Así han garantizado abundante mano de obra pauperizada para depredar por el capitalismo, además de limitar la capacidad de reflexión para que los excluidos solicitasen que se les resarcieran sus derechos conculcados.

Los profesores, en su gran mayoría alienados en su pensamiento al haber atendido la conseja que diferencia el trabajo intelectual del manual, aportan el fuego propagandístico disfrazado de conocimiento científico con el que estos los estudiantes de la pequeña burguesía cierran el círculo de deformación intelectual. En términos marxistas, esta intelectualidad tributa a la superestructura con sus planteamientos pseudo científicos para mantener el estamento de una sociedad capitalista.

Con esto llegamos al otro planteamiento del Sr. Goicoechea. Él dice que los que no quieren vivir en socialismo tienen el derecho a que el estado sea neutro, es decir, el gobierno que tenga la tendencia que quiera pero que no efectúe ninguna reforma sobre el estado. Al oír esto cualquier persona con mínimos conocimientos de política queda estupefacta.

¡Mijo! Los estados en su concepción no son neutros. Lo que usted pretende defender tiene una parcialidad definida. No se a quien le oyeron tal aberración pero no creemos que lo hayan leído en ningún clásico de ciencia política.

El caso es que los que no quisieron vivir en un estado liberal burgués y bajo un modo de producción capitalista, lo han tenido que hacer desde la independencia. A partir de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se impuso un modelo de democracia con el que muchos no estuvieron de acuerdo, pero lo tuvieron que aceptar a sangre y fuego. Este modelo estaba muy bien delineado hacia el capitalismo favoreciendo los privilegios de la oligarquía económica criolla, los capitalistas extranjeros y la burocracia política emergente, en desmedro de los intereses del pueblo.

Ahora, el pueblo tomó consciencia de sus potencialidades y ha desnudado al capitalismo como modelo excluyente en el aspecto económico y cada día descubre como el modelo democrático representativo liberal burgués ha sido el elemento a través del cual se ha legitimado la lógica de la exclusión. En otras palabras, todos los ciudadanos venezolanos que no aparecen en Globovisión día a día develan la falsa idea de neutralidad de la concepción del estado liberal burgués y pugnan por la construcción de un estado socialista, incluso con mayor fuerza que el cambio natural que subyace: un modo de producción socialista.

Mi recomendación amigo Goicoechea: póngase a estudiar a ver si convence a alguien.

ivrendon@yahoo.es

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