lunes, noviembre 05, 2007

La parte que nos toca







Por Ricardo Andrade Jardí

La naturaleza hizo su parte. La descomposición climática, de la que todos somos responsables, se enfurece con Tabasco, mientras la corrupción priísta y la impunidad federal panista hicieron la mayor parte. Hoy, Villahermosa no es más que el recuerdo de lo que fue y el presente de nuestro futuro. Lo que hoy acontece en Tabasco es el anuncio de lo que hemos hecho de nuestro planeta. En el 2005 fue Nueva Orleáns, hoy es Tabasco y Bogotá mañana, la Dominicana y Yucatán después, si la tragedia de Tabasco no nos hace ser conscientes. Nuestro futuro no será mucho mejor: toneladas de basura, cientos de litros de fosfatos y químicos contaminantes que descargamos sobre el manto freático todos los días son consecuencia de la cultura de la corrupción en la que vivimos inmersos, la que nos hace suponer, a unos más que a otros, que somos impunes a nuestro desparpajo egoísta y cretinezco, consumidores irresponsables que vemos sólo para nuestro bien, incapaces de entender que el mundo es más ancho que nuestras caderas y más vasto que nuestras narices.
Consumidores irresponsables en que nos han convertido y en los que nos hemos convertido, somos parte fundamental de la tragedia global; millones de aves son asesinadas con el pretexto de la gripe aviar y las vacas, nos dicen, que se han vuelto locas, al tiempo que son alimentadas con semillas que, a su vez, darían de comer entre ocho o diez familias a las que se les arrebata ese alimento para que disfrutemos de un insípido bistec.
La falta de ética nos hace tan responsables de la tragedia en Tabasco, como lo son los ex gobernadores ladrones y tramposos que antes desviaron los recursos públicos con los que se pudo tal vez, si no evitar, cuando menos aminorar la magnitud del desastre.
Un millón (1.000,000) de damnificados, en una ciudad que apenas supera los 2 millones de habitantes, es una urgente señal de que ha llegado el momento de cambiar el rumbo, de que no podemos seguir sobreviviendo a las costillas de los otros mientras los menos sobreviven a nuestras costillas.
Tabasco merecía y merece una mejor suerte y del resto del país dependerá que hoy, hoy, hoy, sin perder más tiempo, iniciemos todos el urgente debate que nos lleve a la transformación y reconstrucción ética de nuestra agraviada patria, podrida de espíritu en las marañas de una pequeña oligarquía mediocre y corrupta hasta las entrañas.
Hoy TODOS los mexicanos estamos obligados a asumir la parte de responsabilidad, que es mucha, que nos toca con Tabasco y a exigir el fin de la impunidad y la mediocridad de la que tantos políticos cretinos han abusado y de las que las consecuencia nos han alcanzado; los tabasqueños, junto con los chiapanecos y todos aquellos que hoy sufren en carne propia, el alto costo de la descomposición climática y de la impunidad corrupta merecen una acción ejemplar del resto del pueblo de México. ¡Basta ya de tanta mierda! ¡Alto a la corrupción y la impunidad!

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