miércoles, noviembre 21, 2007

Pido y exijo la excomunión para...

Índigo Espiritualidad y Azul Socio-política
en el Arco Iris del Ser, del Conocer y del Hacer


DECLARATORIA DE EXCOMUNIÓN

"Ciertos pecados particularmente graves están sancionados con la excomunión, la pena eclesiástica más severa, que impide la recepción de los sacramentos y el ejercicio de ciertos actos eclesiásticos" (Catecismo de la Iglesia Católica # 1463)

Hoy, en México, somos testigos y víctimas de pecados particularmente graves que debieran sancionarse con la excomunión: Fraude, Imposición, Injusticia, Desigualdad, Represión, Violación de Derechos Fundamentales, Tortura, Corrupción, etc…

Por eso yo, Álvaro Sierra Máyer, sacerdote católico en el grado de los diáconos, por una parte representante ante los fieles laicos de la jerarquía eclesiástica y, por otra parte, representante ante la jerarquía de los seglares católicos:

Pido y exijo la pena de excomunión para los poderosos y ricos empresarios del país que colaboraron activamente en el Fraude Electoral del 2006; los mismos que no pagan impuestos, o los evaden "legal" o ilegalmente, o pagan muy poco; los que ahondan cada día más la enorme desigualdad económico-social en México por su inmoral ambición; los que manipulan a la opinión pública a través de los Medios de Comunicación; los que están detrás de las actuaciones deshonestas y antipopulares de dirigentes y gobernantes elegidos fraudulentamente por ellos y no por el pueblo; los que sólo buscan mantener sus privilegios e intereses egoístas, los que mienten y engañan y actúan hipócritamente, los que no tienen el más mínimo sentido humano y mucho menos espiritual…

Pido y exijo la pena de excomunión para los presidentes, gobernadores y autoridades en general (IFE, TRIFE, SCJN, Secretarías de Estado, Cámara de Diputados y Senadores, etc.) que aceptaron y promovieron medidas fraudulentas para burlar y violentar la voluntad de los ciudadanos y usurpar el poder; los que actúan a favor de los ricos y empresarios y no a favor de la mayoría del pueblo mexicano; los que se sirven del poder en forma personal y familiar en lugar de servir al pueblo de México; los que legislan o juzgan o ejecutan en forma deshonesta y arbitraria conforme a sus intereses de poder…

Pido y exijo la pena de excomunión para los obispos, sacerdotes y laicos católicos que están del lado de los ricos y poderosos y no al lado de los pobres que tienen hambre y sed de justicia; los que se dicen cristianos y que participan en actos de culto pero en realidad no lo son, por sus actos y actitudes contrarios al Verdadero Dios, a la Verdadera Iglesia y a la Verdadera Fe; los que miran con amenaza y escándalo la paja en el ojo ajeno pero son incapaces de mirar la viga en el suyo; los escribas y fariseos del México actual a quienes también hoy Jesucristo, conmigo y con muchos, lanza, como hace dos mil años, su anatema y su excomunión…

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Álvaro, Diácono en Resistencia

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