viernes, diciembre 07, 2007

El objetivo

Luis Javier Garrido

Las mafias en el poder siguen dando marcha atrás en la “reforma electoral” y aparece ahora el verdadero objetivo que persiguen con ésta: lograr conservar el poder en 2012.

1. El segundo año del gobierno de facto se inicia con el planteamiento que se empieza a hacer desde diversos sectores para que Felipe Calderón sea removido del cargo que ocupa ilegalmente ante el desastre institucional y social al que está llevando al país, pero ante la crítica situación la respuesta oficial ha sido seguir implementando esta enésima “reforma electoral” a fin de buscar absurdamente que el régimen obtenga por esa vía la legitimidad de la que carece.

2. Una “reforma electoral” se debe entender por sus grandes objetivos y el de ésta está lejos de lo que muchos suponen: crear nuevos obstáculos “legales” para que una oposición democrática pueda triunfar en 2012, lo que se ha buscado encubrir con una enorme propaganda sobre diversas modificaciones secundarias que se han presentado como avances significativos.

3. La “reforma electoral de 2007”, que terminó por ser una contrarreforma, constituyó la respuesta de una “clase política” sometida a mafias del gran capital, ante el desafío que representa la creciente inconformidad social por las políticas antipopulares y antinacionales del gobierno de facto tras el fraude electoral de 2006. Lejos de abrir verdaderos cauces democráticos, propiciando la participación ciudadana en la toma de decisiones y creando un sistema electoral confiable, operó una serie de retrocesos (en materia de registro de partidos y de creación de coaliciones o dejando en plena impunidad a los poderes económicos que intervengan en el proceso), los que buscó encubrir con cambios de escasa trascendencia (como la reducción de los tiempos de campaña), de manera que en el nuevo código que debería reglamentar los cambios constitucionales se mantiene la posibilidad de que se reproduzcan en México en 2012 los hechos bochornosos del fraude de 2006.

4. Las mafias en el poder han dejado de actuar más que nada por miedo: por un miedo irracional a perder el poder en 2012, sobre todo al confirmar que a pesar de la campaña permanente de Los Pinos, el movimiento de Andrés Manuel López Obrador sigue creciendo y llenando las plazas públicas; al constatar la indignación de los ciudadanos al ver el filme Fraude: México 2006, de Luis Mandoki y, sobre todo, al darse cuenta del creciente descontento social que se expresa en todos los rincones del México profundo: de la frontera norte hasta Chiapas, desde La Parota hasta Oaxaca.

5. El objetivo central de la contrarreforma es, por lo mismo, muy evidente: crear las condiciones para que la mafia en el poder prevalezca en 2009 y, sobre todo, pueda imponerse en las presidenciales de 2012 sin los problemas de 2006, y para ello lo que busca es impedir que haya una alternativa electoral real, y que Andrés Manuel López Obrador pueda ser candidato a la Presidencia de la República.

6. El gobierno de facto de Calderón está haciendo por ello todo lo posible a fin de que a) el grupo llamado Nueva Izquierda o de los chuchos, encabezado por Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Guadalupe Acosta Naranjo y Carlos Navarrete, que no oculta estar actuando en relación con Los Pinos –y que ya controla los bloques parlamentarios del PRD en las dos cámaras–, se apodere plenamente del PRD en marzo de 2008 al relevarse la dirigencia del partido, cerrándole el camino a AMLO; y, en el mismo sentido, para que b) los partidos pequeños –PT y Convergencia– desaparezcan, de tal manera que no pueda postularse en 2012 candidato presidencial alguno fuera del control oficial, sea éste López Obrador, Marcelo Ebrard o cualquier otro: para que la puerta se cierre a cualquier oposición legal que sea real.

7. Las mafias de grupos de ultraderecha que están disponiendo del país y que tienen a Calderón como su marioneta, lo que buscan es dar garantías al capital trasnacional de que el poder político no estará en disputa en 2012 y de que por consiguiente no habrá reforma social alguna. Al neoliberalismo lo han presentado como un proyecto definitivo: para la eternidad. Y es eso es lo que buscan para el sistema político actual: una “cláusula de vida eterna” (para usar sus propios términos), a fin de que las alternancias en el poder PRI-PAN –e incluso PRD– no impliquen riesgo alguno para los intereses económicos dominantes.

8. El proyecto salinista de los 80, urdido en los centros de poder de Estados Unidos, de instaurar en México un sistema bipartidista PRI-PAN funcional al neoliberalismo, y que se estropeó con el surgimiento del PRD en 1988-1989, cobraría nueva vigencia ahora con un PRD amaestrado, que sería una copia de los partidos socialdemócratas europeos: una dócil comparsa de los grandes intereses económicos y políticos trasnacionales.

9. La propuesta que hiciera hace dos días el senador Carlos Navarrete, del grupo de los chuchos, luego de tirar línea a los senadores perredistas para que desoyeran el llamado que Andrés Manuel López Obrador les hiciera en una carta para que votaran en conciencia y no aprobaran el nuevo Cofipe (4 de diciembre), sugiriendo que los tres partidos del Frente Amplio Progresista se fusionarán creando uno solo y desapareciera el FAP (6 de diciembre), no fue entendida, por lo mismo, más que como una burla, pues de cristalizar implicaría un paso adelante en la edificación de un tripartidismo oficial domesticado.

10. El retroceso que vive el país es, en efecto, sin parangón, pues a las mafias que se han apoderado del país se les olvida que si los espacios electorales se le cierran al pueblo le quedan otras vías de lucha.

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