jueves, diciembre 06, 2007

Un año con penas y sin gloria

Por Alvaro Cepeda Neri

Conjeturas

Hubo una comilona familiar. Los Calderón, los Hinojosa y los Zavala se reunieron en Querétaro, para celebrar que Felipe de Jesús, atrincherado en Los Pinos, la libró por un año, ejerciendo de su triple función, sobre todo la de Jefe Nato de las Fuerzas Armadas, mientras la de Jefe de Estado no pasó de tres o cuatro giras sin importancia. Y la de Jefe de Gobierno permaneció a la espera, tal vez para los cinco años venideros. Todo en el contexto de más penas y ninguna gloria, porque la nación sigue sin recibir el cumplimiento de las promesas calderonistas. Ha sido, pues, un año con un presidencialismo opaco. Insuficiente para que Calderón tomara el timón del Poder Ejecutivo Federal.

Sin nada que festejar, se echaron las campanas a vuelo. El discurso del inquilino de Los Pinos, ante sus invitados, era flor de un día cuando mucho. Casi pasó desapercibido y no es cierto que la inauguración de la pista de hielo en la Plaza de la Constitución haya contribuido para deslucir la fiesta de su primer año. Este pseudoargumento para atacar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, sirvió para que Sergio Sarmiento califique de "plebe" a quienes participaron en el espectáculo artificial y demuestra que el servilismo a los que detentan el poder los lleva a juicios para despreciar al pueblo.
Aun sin pista de hielo, las celebraciones calderonistas hubieran pasado sin ninguna gloria. Y es que Calderón no tiene absolutamente nada que festejar. El combate al narcotráfico no es de corto plazo. Y la inseguridad aumenta, porque la delincuencia organizada está en plan de medir fuerzas y sus respuestas-venganzas son aterradoras. El desempleo, la corrupción y desastres en PEMEX; las desgracias de Tabasco y Chiapas, así hayan sido causadas por la Luna, las mareas y las negligencias de funcionarios calderonistas, son pasivos para el gobierno federal.
Y los colaboradores, a los que dio las gracias (cuando les debió reclamar e incluso aprovechar para varios relevos) no han dado el ancho. Ninguno ha servido. Han sido ineficaces. Y si no fuera por los senadores y diputados que han estado, con sus más altas que bajas, haciendo su trabajo y ejecutando la Reforma del Estado, el calderonismo estuviera de adorno; pero, lo han acreditado negociaciones. Y sólo tuvo éxito en la expulsión de Espino, para imponer a su candidato en la presidencia de Acción Nacional.
Son más las penas con las que ha transitado durante su primer año que no merecía celebrarlo. Desde su tormentosa toma de posesión, aunque con ayuda de aliados, para remontar su apretadísima e impugnada pírrica victoria en las urnas, no ha podido recobrarse. Y es que nada hay que pueda hacer que la nación entera supere ese pasado inmediato, porque sus políticas públicas brillan por su ausencia. A Calderón se le fue un año en "pitos y flautas". Y el país sigue arrastrando sus problemas, para los que el panista no ha tenido soluciones. Y para ser presidente se necesita algo más que parecerlo. "To be or not to be. That is the question".

cepedaneri@prodigy.net.mx

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