viernes, enero 04, 2008

Braceros: pilar de la economía

Enrique Galván Ochoa

¿De veras el precio del petróleo llegó a su máximo histórico al tocar los 100 dólares el barril (159 litros)? En realidad no. Como les decía ayer, el récord se impuso en 1980, cuando llegó a $102.81. ¿Es cierto que la exportación de crudo, y la inversión extranjera, son las principales fuentes de divisas de México? No exactamente. Al ingreso petrolero hay que restarle las importaciones de Pemex, principalmente las de gasolina. Y la inversión extranjera regresa a su país de origen con el añadido de las ganancias. ¿Entonces, cuál es el generador número uno de divisas? Parece que a los expertos del gobierno les da pena admitirlo pero son nuestros abnegados braceros y más de 40 por ciento son mujeres. Sus remesas llegan completitas a sus familias, excepto por la mordida que les pegan los bancos y las empresas que hacen las transferencias. Si el gobierno aceptara que los braceros son un pilar de la economía quizá tendría que reconocer también que le conviene que continúen el desempleo y los bajos sueldos a fin de que no se detenga la migración. Sólo que comienza a bajar la producción de la fábrica de pobres. Según el Banco de México, las remesas de enero a noviembre de 2007 ascendieron a 22.1 mil millones de dólares, mientras que un año antes sumaron 21.9 mil millones de dólares. No es que buenos empleos bien pagados estén reteniendo a los paisanos en México. No, para nada. El problema se ubica en Estados Unidos: por un lado hay recesión, y por otro, el gobierno está sellando la frontera.

Suertudo

La Lotería Nacional solía hacer el milagro de que algunas familias dejaran la pobreza por la vía del chiripazo. Por lo que se ve hasta el camino de la suerte nos lo están cerrando. El gordo de fin de año, con su premio de 75 millones de pesos, lo sacó el gobernador priísta de Veracruz, Fidel Herrera. Ya no tendrá qué contarnos una historia de cowboys jarochos para justificar por qué saldrá millonario del gobierno.

e@Vox Populi

Asunto: perdido en foxilandia

Mi estimado Daniel Tuyub: me pregunto a qué le llamas vivir bien en Cancún. De seguro puedes caminar a horas de la madrugada sin temor a ser asaltado; cuando alguien te habla de levantados o secuestros exprés estoy seguro que no tienes ni idea de lo que se trata. No sabes lo que es un apagón de luz o falta de agua porque nunca han sucedido. De seguro ahora que vas a tener un hijo el gobierno te va a dar beneficios en el pago de tus impuestos, además de un subsidio para ayudarte a ti y a tu familia. Obviamente veo que confías ciegamente en la policía estatal, ya que es tan efectiva que no es necesario que cargue pistolas o ametralladoras para desempeñar su trabajo. También de seguro puedes ver una de las mejores programaciones del mundo en cuatro canales de tu tele, obviamente sin anuncios. Yo acá también vivo bien, gracias, aunque no estoy en Cancún. (Tendré que averiguar si vale la pena mudarme para allá). Aquí el banco me prestó 95 por ciento del valor de una casita con una hipoteca de 30 años, a una tasa de 5 por ciento anual. ¿Cómo ves? La canasta básica cuesta lo mismo desde hace cuatro años, inclusive algunos productos bajaron de precio. El salario mínimo subió 2 por ciento más que la inflación en 2007. No está nada mal: el mínimo es de 122 pesos la hora, ¿cuanto te pagan por allá? Pero, por supuesto, al igual que tú, yo no pago por las autopistas porque son gratis, así como los pediatras para el chamaco, las vacunas y los hospitales. Por aquí me puedo dar lujitos de repente y viajar un fin de semana a cualquier ciudad de Europa (por avión), lo que me cuesta cerca de 600 pesos (boleto redondo) siempre y cuando compre los boletos con bastante antelación (dos-tres meses) usando el Internet, el cual es a cinco megas y gratis con el contrato de Sky (300 pesos al mes). Mi contrato de celular me cuesta 500 pesos al mes por 800 minutos y 400 mensajes. Obviamente el aparato viene incluido (Nokia N95) con el paquete. ¿Cuánto pagas tú en Cancún? El primer ministro de este país, el muy pobre gana menos que el presidente de México y sus secretarios de Estado, y además creo que pago menos impuestos que tú: 22 por ciento. Ya de paso te digo que tengo como mínimo 25 días de vacaciones obligatorios más siete días de asueto, o sea, 32 días al año en total, y si pierdo el trabajo el gobierno me da una ayuda al mes en lo que encuentro otro. Un gobierno “populista” dirían en México. Eso sí: aquí no tenemos al hombre más rico de mundo como allá, ni el petróleo ni las playas de Cancún ni a la señora Marta con su rancho. Aquí sólo hay la exitosa combinación de un gobierno de centro-izquierda con gente no conformista y trabajadora.

Saludos desde Cambridge, Inglaterra.

Jorge Giménez

R: Para quienes van regresando de vacaciones y se perdieron el principio de esta amistosa discusión. El martes publiqué un comentario titulado “Los bebés que nazcan este año”, señalando que desde ahora tienen un destino fatalmente determinado: serán empleados de los nietos de Slim o braceros, entre otras no más promisorias opciones. Daniel Tuyub, de Cancún, con la libertad de este espacio abierto a todas las opiniones, expresó que “el próximo 20 de enero nace mi primer bebé y espero que tus predicciones no afecten a mi crío, porque está cabrón. Tengo 29 años, nací en un poblado de Campeche y hoy resido en Cancún. Vivo muy bien al igual que muchos mexicanos, al menos los que trabajamos y no perdemos el tiempo”. Mi comentario a su comentario fue que me sorprendía que dijera que vive muy bien, porque vivir bien, lo que se llama bien, sólo pueden decirlo 100 familias, cuando mucho. Y no he visto su nombre en la lista de Forbes. Ahora nuestro también estimado amigo George Giménez, desde Cambridge, donde reside, nos regala una sátira que resume la diferencia entre vivir bien en un país del primer mundo y andar perdido en foxilandia.

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