jueves, enero 31, 2008

Televisa: yo no fui, fue PRISA-El País

Por Alvaro Cepeda Neri

El director general Corporativo de Comunicación, del Grupo Televisa, Manuel Campeán Palacios, en algunos periódicos, se hace responsable del anuncio publicado con el título: Grupo Televisa rechaza injerencia alguna en la terminación de la participación de Carmen Aristegui en W-Radio. De entrada el poder fáctico de Televisa se lava las manos (con la vieja estratagema, de más de dos mil años de antigüedad, de Poncio Pilatos, en realidad: Poncio Pilato, el tristemente célebre Procurador de Judea, cargo que obtuvo por gestiones de su esposa Claudia Prócula, hijastra del emperador Tiberio). Y se deduce que los ejecutores, de lo que fue una censura previa, con la formalidad-disfraz de no renovarle su contrato, fueron los del Grupo PRISA, socios de Televisa, y editores del periódico El País.

El “canal de las estrellas”, cada vez con más hoyos negros, quiere endosarle toda la responsabilidad a PRISA-El País, cuando afirma que “tampoco presionó a Grupo PRISA para tratar de modificar la línea editorial del noticiero Hoy por Hoy o el contrato de Carmen Aristegui. Y lo peor del desplegado es cuando Televisa jura su “compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la información, así como su apertura a todas las voces y opiniones”. Esto, de plano, es una mentira, no de ahora, sino de siempre, ya que Televisa se ha caracterizado, sobre todo con Azcárraga Jr., por ejercer la censura previa, manipular los noticieros y “colar” la información, conforme a sus intereses creados con los poderes económicos y, cuando le conviene, con los poderes políticos.

PRISA-El País, izquierdizante en España, ha estado invirtiendo en medios de comunicación (oral, audiovisual y escrita), no precisamente para ejercer las libertades de expresión, de crítica y de información; lo que busca es mediatizarlos para, por esto o aquello, ponerse al servicio de los gobiernos y las causas derechizantes, es decir: antidemocráticas y antirrepublicanas. Ahora mismo ha estado quedando bien con el calderonismo y el PAN, y como Carmen Aristegui era odiada en Los Pinos (Max Cortázar de por medio) intentaron condicionar el noticiero a la censura previa, con el pretexto de uniformarlo con el resto del Grupo Televisa-PRISA.

No es una explicación lo publicado por Televisa, sino una justificación. Quieren lavarse las manos manchadas de censura. Pero, el hecho es que aprovecharon la negociación de la renovación del contrato, para deshacerse de la periodista quien no aceptó las condiciones que le quisieron imponer, en las que claramente estaba de por medio limitar las libertades de expresión, en el contexto de un noticiero que estuvo ejerciendo esas libertades para informar sin cortapisas, todos los temas y exponiéndolos con sus protagonistas y apoyado el informativo en una pluralidad de entrevistas, debates, réplicas y contrarréplicas, que molestaron a Televisa, PRISA y, sobre todo, al establecimiento calderonista. Los dos grupos: el mexicano y el español, son corresponsables de la terminación de un informativo veraz que privó a la opinión pública de una opción más en la pluralidad de ofertas sobre noticieros. Al impedir que siguiera Carmen Aristegui, una vez más Televisa y ahora PRISA, en lugar de ejercer la libertad de expresión, ejercieron la censura previa.

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