miércoles, febrero 13, 2008

Denuncian estudiantes cubanos campaña internacional para tergiversar sus opiniones

Dicen que las críticas que hicieron al sistema son para construir un mejor socialismo

Lo que haya que arreglar, cambiar o revisar se hará dentro de la revolución: Eliécer Ávila

Desmiente el universitario versiones de que permaneció detenido entre domingo y lunes

Gerardo Arreola (Corresponsal)

La Habana, 12 de febrero. Sin desmentir las críticas que hicieron al sistema político cubano frente al líder parlamentario Ricardo Alarcón, estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) afirmaron que todos sus dichos fueron “para construir mejor el socialismo”, pero reprocharon lo que llamaron una “campaña” en la prensa internacional para “tergiversar” esas opiniones.

Las declaraciones aparecieron el martes en un video en la versión electrónica del diario oficial Granma (www.granma.cu) y coinciden en un punto central del artículo que publicó el domingo el diario Juventud Rebelde: el debate en curso sobre posibles reformas en Cuba es dentro del sistema para reformarlo, no para destruirlo.

Esa línea argumental parece destinada a persuadir a un sector conservador interno de que no se alarme con las interpretaciones que el debate genera en el exterior, asegurando que la posible reforma no se seguirá de frente hasta provocar un descarrilamiento en el sistema, como en la Unión Soviética.

Nada en el discurso oficial ni en el sentido de la discusión popular ni en las señales más definidas de cambios (ahora concentradas en la política agraria) indica que aquí se esté buscando algo parecido a una restauración del capitalismo.

En la retórica oficial todo apunta hasta ahora a una reforma que buscará eficiencia en la planta productiva y en el desempeño laboral y administrativo, con el respaldo de críticas en los medios informativos y la eliminación de lo que Raúl Castro ha llamado “prohibiciones absurdas” en la vida de los cubanos.

Entre otros puntos, las discusiones populares se han centrado en reclamos por la brecha entre precios y salarios, críticas a deficiencias en servicios como la salud, la educación y el transporte, demandas de alternativas para mejorar la vivienda, denuncia del burocratismo y rechazo al catálogo de “prohibiciones”.

Pero desde que Raúl Castro lanzó el llamado a la discusión el año pasado, no había surgido en público la hipótesis de una reacción interna en contra de esa línea, hasta que lo hizo el domingo el artículo de Juventud Rebelde, que Granma reprodujo el lunes, dándole así la fuerza de un texto con el más alto respaldo oficial.

La “sobredimensión mediática de la crítica y la reflexión ciudadanas”, dijo el hasta ahora desconocido articulista Pablo Valiente, “estaría buscando reacciones de contención al proceso”.

El video de este martes, filmado expresamente para replicar al impacto externo de la ahora famosa sesión con Alarcón, coincide con esa línea al atribuir a medios extranjeros una “tergiversación” y ratificar que el cambio es dentro de los límites conocidos del sistema.

“Las cosas que haya que arreglar, cambiar, revisar, lo haremos dentro de la revolución”, dijo Eliécer Ávila, cuya intervención ante el líder del Parlamento está reproducida íntegramente en el video conocido la semana pasada (y parcialmente en www.bbc.co.uk).

Los medios informativos locales hasta ahora no han registrado este episodio, aunque la sesión con Alarcón circula profusamente en la ciudad de mano en mano, reavivando la discusión.

Ávila desmintió que, como dijeron algunos sitios de Internet entre el domingo y el lunes, hubiera sido detenido. Explicó que fue a su casa en la provincia de Las Tunas por un problema dental, pero regresó a la Universidad en un vehículo oficial, cuando “se me comunicó que se había desarrollado toda una campaña para ridiculizar, tergiversar el sentido de lo que ahí se había expresado”.

Sin precisar a qué se refería, el joven dijo: “Cuán eficaz y cuán rápida es esa gran maquinaria para tergiversarlo todo. Se siente hasta impotencia para poder explicar que lo que se está diciendo es una mentira total y desvirtúa totalmente el sentido de lo que nosotros dijimos”.

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