miércoles, febrero 20, 2008

Servilismo de los jueces al TLC


Por Alvaro Cepeda Neri

No pocos mexicanos que le conceden el beneficio de la duda a tratar de resolver los problemas sin violencia, es decir: pacíficamente, utilizando recursos institucionales, con motivo del cuestionamiento al capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio (Canadá-México-Estados Unidos), echaron mano del juicio de amparo para impugnarlo. Los jueces federales que recibieron la petición judicial en cuanto tuvieron conocimiento de la demanda obviaron todo trámite y desecharon el reclamo. Fueron más de 10 mil amparos, donde se funda y motiva que el TLC viola derechos individuales.
Los jueces, que dejaron en estado de indefensión a los solicitantes, a lo más que llegaron es a decir que los solicitantes del amparo que argumentaron como graves los daños de ese tratado como productores y consumidores de granos como el frijol, maíz y trigo, así como azúcar y leche, importados de Canadá y Estados Unidos, “no están obligados a comprarlos ni consumirlos” ya que en el mercado nacional existen otros víveres que pueden adquirir para su alimentación. Los jueces, en su cinismo, no entraron al fondo de las controversias, por su servilismo al presidencialismo que “argumentó” que el TLC no se puede renegociar.

Los calderonistas, ignorantes en cuestiones jurídicas, confunden el no se puede con el no se debe, y están aferrados a mantener el tratado cueste lo que cueste y así se acabe la paciencia de campesinos, ejidatarios, pequeños y medianos agricultores (e igualmente ganaderos) y en lugar de tranquilas manifestaciones, estallen revueltas sociales que den al traste con la paz social. Sólo un C. Juez, del Juzgado 16 de Distrito en materia Administrativa: Ricardo Olvera se atrevió a darle entrada a una demanda de amparo, para verificar si el TLC viola o no los derechos y garantías de los campesinos que se inconformaron.
Al pedir a la Presidencia de la República sus alegatos, los calderonistas, con sus abogados conservadores, formados en la Libre de Derecho (empezando por Calderón) de inmediato le solicitaron que resolviera declarando improcedente el amparo. Argumentaron que el TLC no puede ser impugnado y que conceder el amparo provocaría una crisis jurídica, política y económica. Mañana será la audiencia constitucional en la que el juez Olvera dictaminará si concede o no la suspensión del TLC para los campesinos inconformes. A la espera están más de 2 millones de campesinos, suficientes para despertar al “México bronco”.
No sabemos lo que el Juez Olvera, vaya a razonar. Conceder el amparo sería una medida democrática y apoyaría a quienes, contra los subsidios estadounidenses y canadienses a la agricultura, no tienen defensa alguna. El TLC sí se puede renegociar. Al no querer renegociarlo, los panistas, por resolución judicial del Juez, han de ser sentenciados a subsidiar a los campesinos para resarcirlos de los daños económicos, evitando que sus derechos y garantías sean violados. Es esto y la vía pacífica o estalla la violencia, pues, las manifestaciones ya no sirven.

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