lunes, marzo 10, 2008

La espera sin fin
Los extrabajadores sí tienen alternativa para encausar su exigencia de justicia
Foto: miguel Ángel reyna

Monclova, Coah., 10 de marzo (apro).- En 1991, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, Altos Hornos de México (AHMSA) pasó a manos de la iniciativa privada y, a pesar del tiempo transcurrido, un grupo de extrabajadores reclama el pago de 5% de la operación de compra venta.Sin embargo, la batalla legal emprendida hace 17 años no tiene futuro. La causa: su reclamo carece de sustento jurídico, afirma Conrado García Jamín, abogado de los extrabajadores, quien se desmarca de dicha exigencia.Explica que el argumento que esgrimen los extrabajadores para exigir la entrega de 5% de las transacción de AHMSA es que, en el caso de la “desincorporación” de Cananea y Mexicana de Cobre –también en el sexenio salinista--, los obreros cobraron ese porcentaje.En el caso de AHMSA, dice, no existen fundamentos legales de que ese porcentaje se haya establecido como pago a los obreros.García Jamín, quien los asesoró e integró la asociación Exobreros de Coahuila (Exoc), explica que “a la vuelta de varios años” de revisar documentos e investigar la desincorporación de AHMSA como empresa paraestatal descubrió que la batalla está perdida, pues no existen pruebas de que ese porcentaje se haya establecido como pago a los trabajadores.Sin embargo, pese a que los trabajadores ya fueron informados, García Jamín asegura que la Exoc se ha convertido en un “botín de oportunistas y líderes del Partido del Trabajo (PT) que engañan a los extrabajadores”, pidiéndoles dinero para llevar el caso con el que, supuestamente, obtendrán sumas millonarias.“En numerosas asambleas les expliqué que no existe el 5%, pues ya acudimos a obtener las copias de todas las operaciones concernientes a la privatización del conjunto AHMSA y las minas de carbón, que fueron públicas, y no hay nada”, dice.Sin embargo, aclara, los extrabajadores sí tienen alternativa para encausar su exigencia de justicia: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia a la que el pasado 20 de febrero acudieron para interponer una queja por la falta de interés del Banco de México sobre un crédito de 400 millones de dólares que estaría destinado a la reestructuración de la siderúrgica.De acuerdo con el abogado, pidieron al BM que determine si el gobierno mexicano incurrió en una ilegalidad al aplicar un crédito de 400 millones de dólares en la reestructuración de la siderúrgica, aun cuando ya tenía contemplado el despido masivo de los trabajadores --entre 1988 y 1991--, que terminó beneficiando a la empresa ya privatizada.García Jamín explica que la demanda consisten en que “una vez agotados los mecanismos de investigación por parte del BM, y verificadas las condiciones de desempleo y crisis de valores derivadas de la privatización y venta de AHMSA, así como de las minas de carbón, se contemple un sistema de apoyo a la zonas Centro y Carbonífera de Coahuila, para resarcir los efectos de daño social que provocó la adquisición oscura y amañada de la empresa. “Además, una sanción, que se traduzca en beneficios sociales, al gobierno federal por haber participado en una privatización ilegal que propició la crisis económica de la región, el más alto índice de desempleo en la historia…”La privatización de AHMSA provocó una severa depresión –de la que actualmente la región no termina de recuperarse-- en las zonas Centro y Carbonífera de Coahuila, pues mientras se mantuvo como entidad pública daba empleo a 22 mil trabajadores; con la venta, paulatinamente redujo su planta laboral a siete mil obreros.Respecto a la crisis económica en la región, el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Salvador Corrales, afirma en un ensayo, titulado “Impactos regionales de la modernización de Altos Hornos de México S. A., 1982-2002 (empelo-desempleo)”, el problema para la región Centro de Coahuila, radica en que “el alto grado de especialización de la mano de obra, en el clouster minero-metalúrgico, creó las restricciones para que la zona se pudiera incorporar exitosamente en la dinámica de producción global”.Considerada una de las fundidoras más importantes de América Latina, AHMSA fue vendida en 1991 a Xavier Autrey Maza y Alonso Ancira Elizondo, quienes hasta entonces figuraban medianamente entre los capitalistas mineros.Dueños del Grupo Acerero del Norte (GAN), hoy controlador de AHMSA, obtuvieron la empresa en medio de una fuerte disputa con el regiomontano Grupo IMSA, en aquel tiempo propiedad de los primos Clariond Reyes-Canales Clariond, quienes infructuosamente siguieron intentando adquirirla hasta el año 2000.Desde entonces, las suspicacias sobre un favoritismo del gobierno de Carlos Salinas de Gortari hacia dichos empresarios que llegaron al extremo de difundir el rumor de que Ancira y Autrey, eran en realidad prestanombres del presidente.“El gobierno mexicano recibió el préstamo y lo utilizó en modernizar las empresas mencionadas, pero no para ser operadas por el propio Estado, sino que procedió de inmediato a reajustar a miles de trabajadores y luego a vender una empresa moderna y con poca fuerza laboral”, explica García Jamín.El caso fue denunciado ante el Banco Mundial y, ante la falta de respuesta, se ha turnado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
A la CIDH
Quienes han ofrecido dinero a las personas que firmaron en determinada organización para el cobro de un 5 por ciento, cuando ganen la demanda, están mintiendo rotundamente, sostiene García Jamín. “Desde siempre se explicó a quienes encabezaban las organizaciones que se aprovechan de Exoc, que si el BM consideraba que se aplicó indebidamente el préstamo de los 400 millones de dólares, no habría indemnizaciones individuales, por la sencilla razón de que fue el gobierno mexicano el que solicitó el préstamo y lo aplicó por medio de Nacional Financiera a Sidermex (el holding que agrupó las paraestatales).”Estas precisiones han valido algunas represalias contra el abogado, que no duda en señalar a miembros del PT y del Ayuntamiento de Ciudad Frontera Coahuila, un municipio conurbado a Monclova.

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