domingo, marzo 30, 2008

Un comunista italiano en Semana Santa

Celia Hart

Morboso es, y ha sido siempre el espectáculo anacrónico y tristemente infantil de las procesiones por la muerte de Jesús... Mucho más crucificado, manipulado y humillado después de muerto, que lo que pudieron imaginar los fariseos.
Los que llevamos dentro el sentimiento vívido y preclaro del militante por los pobres deberíamos hacer huelgas de silencio, cerrar nuestras casas, desconectar los dispositivos de audio y video...para no ver (ya que no se nos ocurre qué hacer) las ridículas peregrinaciones anticristianas en estos días.
No me refiero a las lindas manifestaciones de amor brindadas por comunidades cristianas, que con sus propias manos, recursos y cultura ofrecen espectáculos coloridos bañados de color y de niños. Me refiero a que cuando las autoridades eclesiásticas toman en sus manos estos mitos...los trituran y los condenan...Pasa de ser un movimiento legítimo de pueblo a convertirse en peregrinación burocrática, que inspira terror.
Vergüenza no más debiera darnos tanto manto, tantos cánticos misteriosos, tanto bullicio litúrgico.
Los niños salen de vacaciones y en lugar de explicarles con palabras claras y finas láminas la belleza de la vida de Cristo, su humildad, su amor a la igualdad, la justicia y el empeño...los llenan de infeccioso incienso y junto con demacradas señoras y farsantes los obligan desde criaturas a aprenderse de memoria los rezos y aunque no tengan edad para saber pecar, ya los condenan de antemano y los asustan con aceite caliente del infierno...Los condenan a la soledad y a la ignorancia.
De nada sirvió que Jesús hubiese gastado sus neuronas en un ejemplar plan educacional a través de las profundas parábolas, de nada valió que anduviere con una túnica y sandalias...a nuestros niños los divide este mundo anticristiano en dos....Los que andan descalzos llenos de parásitos y a los que los intoxican con zapatos que no se pondrán y la leche que no tomarán. Sometiéndolos a la falsedad de estos ritos que desencajan sus neuronas y enseñándoles desde que nacen como primera doctrina...a saber mentir.
Ya de hecho esa banalidad destruye cualquier recuerdo de la muerte de Jesús.
Esta semana, que dicen santa y recuerdan la crucifixión ha sido éticamente demoledora. Se asesina sin piedad, se miente, se roba...se legitima la tortura y todo refrendado por las autoridades mundiales en nombre de una palabra indescifrable... terrorismo.
Mientras el tiempo pasa más lejos está la humanidad de acercarse a aquel que pretende homenajear. Jesús quiso estar entre nosotros y nosotros lo lanzamos al cielo con cara de estúpido para que no se mezcle con nuestros sufrimientos y nuestras debilidades.
Yo vivo en Cuba, el único sitio que queda en pie en este mundo que ha tratado de cumplir, al menos en intención con la justicia de Jesús... El logro fundamental del empeño de nuestros padres fue sentar los cimientos para que la sociedad sea perfectible, que no perfecta.
El sueño de los mejores comunistas fue siempre a aspirar a una sociedad igualitaria (¡sí igualitaria, como tendencia!). Que nadie sufra necesidad por un plato de comida o un vestido, porque sería tan consustancial como hacer latir el corazón o respirar, desechando la carrera consumista infernal a que nos somete este irracional sistema esclavizante cuajado de la más pavorosa irrealidad, que se ha convertido en nuestras aspiraciones diarias.
Estamos, sin embargo, genéticamente facultados para aspirar a una sociedad donde todos, absolutamente todos tengamos el derecho y el deber de entender el futuro de las estrellas, la ruta vertiginosa de los átomos y la finalidad del amor.
En Cuba por fortuna nuestros niños (en general) no tienen, necesariamente, que mentir.... constituye una legión de verdaderos niños cristianos llenos de valor y aunque no puedan viajar, no tengan ordenador, ni por el momento puedan ir a hoteles.... gozan de la mayor igualdad entre ellos. No son los más ricos del mundo, ni los más pobres, son eso sí, los más iguales entre sí, con toda la desventura que hemos padecido, la doble moneda, las injusticias locales, aun así, no hay país del mundo donde los niños aprendan las mismas lecciones con los mismos medios...desde el guajirito de la montaña hasta el niño enclavado en barrios residenciales en la capital.
La desigualdad que puedan tener se las proporcionamos por inconciencia o por las lamentables filtraciones del mercado.
Será por eso que en Cuba no es necesario que dos veces al año nos recordemos burocráticamente del nacimiento y la muerte de Cristo.
Entones les propongo una crónica personal:
Los viernes, (en uno de los canales educativos de mi televisión.... Esos que se implementaron en la muchas veces olvidada Batalla de Ideas) transmiten un programa, que aunque enlatado es muy bueno, al menos para los que nos gusta la ciencia.... La Ciencia contra el Crimen. Según cuentan se basa en episodios reales y de cómo la ciencia implacablemente puede llevarnos a la verdad sobre secuestros, asesinatos, y demás maldiciones de nuestros días. Pues bien, cuando enciendo la tele en plena ciudad de La Habana, lo que escucho y veo me parece aterrador: La procesión en latín hecha en Roma con el ilustre Benedicto XVI a la cabeza, con todo y su desconcertante mirada.
En lugar de la Ciencia contra el Crimen, lo que me ofrecía la programación fue el Crimen contra la Ciencia.... ¡Y en Cuba! ¿Cómo fue posible? ¿Cuál Semana Santa pensó el sensor del maestro Jon Sobrino, y pasivo asesino de Monseñor Romero que deberíamos festejar? ¿Las calumnias del católico Alvaro Uribe? ¿La pública declaración del Vicepresidente de Estados Unidos diciendo que los palestinos son los promotores de la violencia? ¿Aquí en Cuba? ¿Donde la jerarquía eclesiástica católica apoyó en su momento y sin reservas cualquier aventura contra mi revolución? ¿Dónde el Secretario del Vaticano se atreve a proponer su apoyo para los cambios en mi revolución? ¿Dónde nuestro buen canciller tuvo que brillar más que nunca frente a sus solapadas críticas? ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué nos has abandonado? Casi grito, como aquel que murió en la cruz.
Rezaba yo porque Jesús se desprendiera del madero y con azotes revolcara al Papa y a su séquito... A ver si por lo menos se daban cuenta que también tomó armas en la mano para defender la verdad en que creía, cuando despachó a todos los mercaderes de la casa de Dios... A última instancia por este acto fue que estuvo en la cruz. Como siempre la verdad más sencilla se convierte siempre en la más molesta.
Y allí en los televisores cubanos estaba la procesión en Roma.... ¿Por qué no trasmitieron las actividades que al respecto celebraron las comunidades cristianas y revolucionarias en mi patria? ¿Qué tiene Roma que no tenga La Habana o la isla de Cuba? ¿Si Cuba tiene mucho más derecho a defender al militante Jesús? Ha sido mucho más consecuente con él. “El que traiciona al pobre traiciona a Cristo”, dijo Fidel Castro a la Iglesia Cubana que apoyaba a la dictadura y a los yanquis. El Vaticano es el primer traidor de Cristo, tan sólo con el lujo de la procesión que vi en la tele, muchos niños del mundo no tendrían que ser crucificados por el hambre en Semana Santa.
Nuestros cristianos revolucionarios merecen mucha más atención que los trogloditas de Roma... sólo ellos pueden hacernos ver que las enseñazas del cristianismo son concordes con las revolucionarias...Ellos saben esa verdad Sin embargo la Roma inhumana, pervertida y capitalista hasta la médula no tiene nada que mostrarnos de Jesús.
De veras que me crucificaron ese viernes con la desdichada visión de Ratzinger y todos esos anticientíficos, que todavía humillan a nuestro amadísimo Galileo Galilei, el cual por fortuna fue defendido por mis colegas físicos en la Sapienza de Roma.
Fue absolutamente desafortunado que se trasmitiera ese espectáculo extranjerizante. Si quería volverse religioso el canal educativo, el que día a día enseña ciencias a nuestros hijos...debiera entonces buscar a nuestras comunidades cristianas honestas y no al desautorizado, científica y moralmente, Vaticano.
Si es que, en contra de cualquier pronóstico, vamos a institucionalizar también la religión..., cosa que sería absurdo, mucho más derecho tienen las iglesias revolucionarias, cristianas o afrocubanas que han estado todo el tiempo a nuestro lado. En las malas y en las buenas.
Pero por fortuna, en Cuba todavía existe el milagro de la Resurrección y no fue en domingo, sino el propio sábado y esta resurrección me llegó precisamente de Italia, que no de Roma...me llegó de la vieja Perugia y de manos de dos callados y entrañables camaradas de rebeldía: Froilán González y Adys Cupull.
En una linda presentación llena de amigos comprometidos de Cuba, Italia y el mundo....auspiciado por jovencitos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba se presentó el documental “Canción a Gastone Sozzi”; con motivo del 105 Aniversario de los nacimientos de Julio Antonio Mella y de Gastone Sozzi. El asesinato en la cárcel de Gastone constituyó el primer crimen bajo tortura del fascismo italiano y por el cual Julio Antonio Mella protestó desde México. Gastone Sozzi fue compañero de lucha de Antonio Gramsci, con un compromiso revolucionario a prueba de torturas que los fascistas no lograron vencer.
Nos llenamos de lágrimas y aplausos al saber que nuestro Julio Antonio Mella salió en defensa del joven comunista y que Froilán y Adys le devolvió esta perla histórica a los buenos italianos, por seguir de cerca la pista de la vida del que yo llamo el más intenso de todos los cubanos (y el más guapo también), el empinado Julio Antonio.
Entonces ese sábado preciso después del funesto programa llegado desde Italia, cuando perdía la fe y odiaba a Roma desesperadamente...llegó la Italia partisana y alegre, comprometida y revolucionaria de mi físico preferido el gran Galileo, del patriota internacionalista inmenso que fue Giuseppe Garibaldi; el que luchó por la unificación de Italia, precisamente porque era un internacionalista consumado. Que ser internacionalista es la única manera seria de ser patriota. Y finalmente la Italia marxista, por supuesto la de Antonio Gramsci de pensamientos exquisitos y radicales que es manipulado por la estructurada izquierda de hoy.
Vamos a tener que salir en defensa del comunista italiano frente a las intenciones expresas de convertirlo en la triste bandera del reformismo moderno. Mas esa linda tarde de Sábado Santo nos acompañó el Gramsci batallador y radical.
Y quiero detenerme un poco...precisamente porque el fundador del Partido Comunista Italiano, camarada de Gastone Sozzi, me ayudó mucho a librarme de las incursiones del Vaticano en mi revolución y a no sentirme mal (como a veces me sucede, cuando me llaman extremista).
Antonio Gramsci no escribió “los Cuadernos de la cárcel” solamente, no estuvo preso por hablar de sociedad civil, la superestructura, o por sus inéditas contribuciones a la teoría marxista, la concepción del partido o la subjetividad.
Gramsci fue ante todo un revolucionario comprometido con el socialismo. Por eso estuvo preso, por eso murió en la cárcel. Su obra trasciende, como la de Carlos Marx porque supo asumir la práctica militante. A los revolucionarios sin compromiso práctico, los condena Dios a ser superficiales, vacuos e innecesarios.
Aunque mucho más habrá que defender a Antonio Gramsci de las garras de la intelectualidad orgánica, me limito aquí a expresar lo que felizmente, entre otras cosas, me ayudó a superar el Viernes Santo:
Dijo Antonio Gramsci:
“Los maximalistas rusos son la continuidad de la revolución, son el ritmo de la revolución: por eso son la revolución misma.
Ellos encarnan la idea límite del socialismo Quieren todo el socialismo Y tienen esa tarea: Impedir que se llegue a un compromiso definitivo entre el pasado milenario y la idea, es decir seguir siendo el símbolo viviente de la meta última que se debe tener, impedir que el problema inmediato del qué hacer hoy se dilate hasta ocupar toda la conciencia y se convierta en la única preocupación (...)
Ese es el mayor peligro de las revoluciones, el formarse una convicción de que un momento determinado de la vida nueva sea definitivo y que hay que detenerse para mirar hacia atrás para consolidar lo hecho, para gozar finalmente el éxito propio. Para descansar (...)
Los maximalistas, los extremistas son el último anillo lógico de este devenir revolucionario (...)
Así la revolución no se detiene, no cierra su ciclo, sustituye a un grupo por otro más audaz y por esta inestabilidad por esta perfección jamás alcanzada es verdadera y solamente revolución”. (1)
No sé si Antonio Gramsci habrá leído La Revolución Permanente, pero aunque no lo haya hecho, es sin dudas un seguidor de ella... Lo quieran o no los moderados actuales que esgrimen su figura como estandarte.
Así que hasta el exquisito Gramsci odiaba que lo perentorio se convierta en estrategia, nadie podrá convencerme entonces que en virtud de la triste diplomacia de salón era “prudente” o “sensato” escuchar aquella triste procesión del Papa utilizando a nuestro amado Jesús para sus tenebrosos fines, mucho menos por el canal televisivo que se sustenta para cultivar a nuestros jóvenes.
Y fue así que el comunista Gastone Sozzi y su camarada Antonio Gransci y Julio Antonio Mella remediaron lo que había desbaratado en unas horas el reaccionario e inquisidor Joseph Ratzinger y mi buen canal televisivo que se hizo eco de esa pantomima.
Y esta verdad luminosa y coherente vino de manos y voz amorosa de Froilán González y Adys Cupull que siempre tratan de calmar mis angustias para que no me desborde. Esta vez me hicieron un regalo sin ellos saberlo.
Estos investigadores cubanos de gran rigor científico, que se han acercado a las grandes figuras revolucionarias con una dedicación profunda y permanente constituyen un ejemplo de intelectuales revolucionarios para sus lectores, alumnos y sobre todo sus amigos entre los cuales aspiro a estar.
Entre las muchas virtudes quiero resaltar tres de ellas:
Su absoluto apego a la verdad histórica. Eso me consta de muy cerca, sobre todo con la figura de Julio Antonio Mella de la cual somos devotamente enamorados los tres, las andanzas de Mella por la URSS y su simpatía por el Programa de Oposición de Izquierda, que le fuera entregado meses antes de su muerte por el comunista español Andrés Nin, asesinado a manos de Stalin en la Revolución española Sin simpatizar con León Trotsky , Froilán y Adys lo sustentan. No todos lo hacen, casi ninguno más bien. Muchas de las cosas de Mella, que no se decían, ellos la han dicho con serenidad y paciencia, convirtiéndose en fuentes de investigación imprescindibles.
Su búsqueda en los nexos entre revoluciones y revolucionarios. Un ejemplo claro de esto fue este mismo documental que presentaron sobre Gastone Sozzi. Julio Antonio Mella los llevó hasta este comunista italiano y allá en Perugia desempeñaron una actividad investigativa sobre este comunista italiano. Así vinculan a todos entre sí y olfatean las esquinas poco revisadas, ofreciendo a los historiadores una divisa de incalculable utilidad.
Pero sobre todas las cosas, su irrenunciable compromiso militante. Su capacidad de fundir amigos y colaboradores entre sí. Su pasión conspirativa y de combate. Se diferencian de muchos intelectuales, incluso de mi país los que se refugian en el calor opaco de la academia...Son académicos por ser militantes comunistas de primera línea.
Esta pareja, símbolo del amor aquel que apuntó Mario Benedetti, (“Si te quiero es porque sos, mi amor mi cómplice en todo... y en la calle codo a codo somos mucho más que dos”) y que de alguna manera sigue representando para mí el ideal del verdadero amor de pareja.
Confieso abiertamente haber contraído eterna envidia hacia ellos, que han fundado su amor en la causa de los humildes y ser tan felices en su lucha juntos, desde hace muchas décadas de revolución.
Froilán y Adys han convertido a la revolución mundial y a sus héroes en el altar de su unión sentimental y su consagración definitiva.
Por eso es que Gastone Sozzi , Julio Antonio Mella , Gramsci, de la mano de Froilán González y Adys Cupull hicieron resucitar al camarada Jesús de Nazaret, después que fue pisoteado de manos del que dice que lo representa en la Tierra y que fuera trasmitido desafortunadamente por mi canal educativo.
Y gracias también a la bella Italia inteligente y comunista, por haber compensado con creces la oscuridad anticristiana del Vaticano ruin, conservador y retrógrado (Rebelión).

Referencias
(1) Antonio Gramsci Il Grido del Popolo, 28 de julio de 1917. Antonio Gramsci Escritos Políticos. (1917-1933) Editorial Siglo XXI Sexta edición (1998) pág. 85 (primera edición, 1977)

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