martes, mayo 06, 2008

Martita todavía da
Pankowsky. "empoderada"

Amás de un año de haber concluido el sexenio foxista, el personaje de Martita Según, interpretado por la actriz Raquel Pankowsky, sigue siendo un éxito de taquilla en el teatro de parodia política, de ahí que ahora se haya estrenado ¡Aaayyy mis hijos! Pulpos chupeteadores, la séptima obra en que la comediante satiriza a Marta Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox.La obra vuelve a llamar la atención sobre la impunidad que sigue cobijando a la llamada pareja expresidencial, por lo que en ella se menciona a sus actuales protectores: el presidente Felipe Calderón, su secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y Germán Martínez, líder nacional del PAN, entre otros.Pankowsky, quien desde 2006 está despidiéndose de su popular personaje, señala que no lo ha logrado debido a las peticiones de libretistas y empresarios teatrales, que quieren mantener en escena a este símbolo de la corrupción panista:“Al concluir el gobierno de Fox, yo dije: ‘Ya me voy, no vuelvo a interpretar a Martita, el sexenio se acabó’. Sin embargo, el escritor Manuel Rodríguez Ajenjo me llegó con un nuevo libreto, mientras que el dueño del bar Los Cántaros, donde trabajaba, me pidió que lo presentara ahí. “Así surgió la obra Lo que el rancho se llevó, donde ya Martita aparece como exprimera dama, ordeñando la vaca en su rancho San Cristóbal, toda emprozacada y vuelta loca. Pensé que sólo se presentaría unos dos meses. Pero no, gustó tanto la obra que tuve que salir de gira al país durante todo el 2007”.
–Y este año lo inicia con ¡Aaayyy mis hijos!
–Sí. Y nuevamente por culpa de Rodríguez Ajenjo, que volvió a insistirme en representar a Martita. Acepté su propuesta porque a él se le homenajea este año por sus 40 años de escritor. Y además porque la obra se presenta, desde febrero pasado, en el Teatro Wilberto Cantón, que es el teatro de los escritores y donde mi personaje tuvo su primer éxito. Por su lado, Rodríguez Ajenjo comenta que sigue representando a los Fox porque todavía tienen presencia en los medios: “Empecé a escribir mi libreto justo cuando Vicente Fox acusó al senador priista Manlio Fabio Beltrones de tener cuentas pendientes con la justicia estadunidense... Nadie podía callar al expresidente, que andaba muy alebrestado promocionando su libro. Y al no callarse seguía en los medios.“Ahí está hoy la comisión de legisladores que investiga sin ningún resultado a los jóvenes Bribiesca, los hijos de Marta. O la hipocresía de Germán Martínez, quien prometió castigar a los corruptos cuando era secretario de la Función Pública. Los Bribiesca siguen en la impunidad.”
Plegaria celayense
La obra teatral está dividida en “dos tandas” que le dan su título: ¡Aaayyy mis hijos! y Pulpos chupeteadores, en ésta última aparece el personaje de Jesús Martínez, Palillo, uno de los cómicos emblemáticos de la parodia política mexicana, y quien solía referirse a los funcionarios corruptos justamente como “pulpos chupeteadores”, “sátrapas” y “perniciosos”.La primera tanda se centra en la educación que Martita Según, desde que vivía en Celaya y vendía quesos para subsistir, les da a sus hijos Manuel y Jorge Bribiesca (personificados por los actores Christian y Herson Andrade) para que se conviertan en prósperos empresarios. Martita les pone como ejemplo a su primo Francisco Sahagún Baca, el expolicía que presuntamente anda prófugo por sus nexos con el narco.
Al crecer los chamacos, Martita y Fox –interpretado por el actor Benito Castro– los protegen de quienes los investigan por sus corruptelas. Ella encomienda a sus hijos a sus santos:
San Felipe Calderón, con tus poderes divinos, atiéndelos, pues nosotros te pusimos en Los Pinos.
San Juan Camilo Mouriño, santo dueño de Campeche, te ruego que con mis niños olvides tu mala leche.
Santo Germán Martínez, santo patrono del PAN, no toleres que a mis hijos los chingue cualquier patán.
Santo Lozano Alarcón, tú que estuviste en aquello, si no copelas hay cuello.
Santa maestra Elba Esther, virgen de la cirugía, no permitas que mis hijos caigan en una crujía.
Santo Medina Mora, ampáralos a toda hora.
San Olegario Vázquez Raña, refúgialos en España.
Santa Ruth Zavaleta, que a la Cámara gobierna, permíteles a mis hijos que te agarren una pierna.
Santo Santiago Creel, santo patrono del bingo, socórrelos o te chingo.
Santo Roberto Madrazo, santo de buena madera, enséñales un atajo para ganar la carrera.
Santo Mario Marín, santo tan amoroso, defiéndelos hasta el fin, mi héroe, góber precioso.
Santo Carlos Salinas, tú que libraste las rejas, tápalos con tus orejas.
Pinche Lino Korrodi, González Schmal y Beltrones, a ustedes no les pedimos, por ojetes y cabrones.
En la segunda tanda, Palillo –interpretado por Benito Castro– le pide a San Pedro que lo mande por un tiempo a la Tierra. Y éste le concede el deseo, enviándolo al rancho San Cristóbal, a donde llega justo cuando Marta está hablando con la maestra Elba Esther sobre el gobierno de Felipe Calderón, mejor conocido como “el tractor”, porque “sustituyó al buey”.Las menciones a ‘Felipe Calde-ron’ –porque le encanta tomarse “sus copitas”– tienen como fondo musical la voz engolada de Pedro Infante interpretando El muñeco de cuerda… Y de Andrés Manuel López Obrador se dice que “hubiera sido un buen presidente los primeros 18 años”.El personaje estelar sigue siendo Martita Según, interpretado por Pankowsky desde 2001, en seis obras teatrales anteriores: Marta Según, la Doña; Marta en vivo, Marta contigo; La Marta del zorro; Marta con… ¿votas?; Ya nos vamos, México y Lo que el rancho se llevó.
Harta de la impunidad
En su amplio departamento que desde un quinto piso mira al oriente de la ciudad, Pankowsky dice que esta sí es la última vez que interprete a Marta: “Espero que esta temporada teatral no se alargue. Quiero acabar con el personaje lo más pronto posible. La verdad es que ya estoy asqueada. ¡Estoy harta! Los Fox y los Bribiesca siguen tan campantes como siempre. Calderón jamás los va a tocar. La impunidad ha llegado a extremos increíbles”.
–¿Para usted la sátira política va más allá de la diversión y el desahogo?
– Por supuesto que es un desahogo y una válvula de escape, pero también debe tener un sentido. No se trata sólo de decir leperada y media y mentar madres. La comedia está para decir las cosas que la gente quiere expresar, pero no puede hacerlo porque no tiene un micrófono en mano. “Mire, con mi personaje intenté despertar conciencia, hacer sentir a la gente que la clase gobernante no es la dueña de este país, sino todos nosotros. Los políticos son gente como cualquier otra, no están hechos de oro ni tienen más neuronas. Eso sí, son más ricos y corruptos porque su voracidad es ilimitada. Los países cuyos gobiernos no son tan corruptos, no es porque tengan mejores gobernantes, sino porque el pueblo sabe unirse y no permite ser víctima de estas prácticas”.
–¿Entonces siente que su personaje no hizo ninguna aportación en ese sentido?
–Podría decirle que sí valió la pena interpretarlo para mi vida artística y personal, porque a través de él dije lo que quería decir. Logré expresarme. Pero políticamente creo que no valió la pena. Si los escritores y la prensa independiente no pueden cambiar las cosas, pues mucho menos una obra teatral.
“¿Sabe cuál es la pregunta que más me han hecho en estos años? Si gracias a mi personaje logré conocer a la señora Marta Sahagún. Como si yo fuera una esclava, una súbdita, cuyo trabajo tuviera por finalidad el poder conocerla. Otros me preguntan: ‘¿Y pediste permiso para interpretar el personaje?’ Caray, si la libertad de expresión no es una dádiva”.
–¿Y conoció a Marta?
–En una ocasión. Mi encuentro con ella se dio en las siguientes circunstancias: resulta que en 2002, cuado yo interpretaba La Marta del zorro, me telefoneó el director de la revista Época, Guillermo Mora Tavares, a quien no conocía y sigo sin conocer, para pedirme que entrevistara a Marta para su publicación. Yo me negué porque no soy periodista y no quería entrar en ese juego. Pero después volvió a llamarme Mora Tavares para decirme que Marta me esperaba en su oficina de Los Pinos.“Elaboré un cuestionario de diez preguntas y fui a verla. Con ella había mucha gente en sus oficinas. Había un silencio terrible. Ella lo rompió al preguntarme: ‘Así que tú eres Marta bis’. Le contesté: ‘Soy su versión pirata’. Todos se rieron. Y comencé la entrevista. Al terminar, le pregunté si podíamos hablar a solas. Ella me llevó a su privado.“Ahí le dije que sabía que mi personaje no le hacía ninguna gracia, pero que, lamentablemente, yo me parecía mucho a ella y debía interpretarla en el teatro, porque de alguna manera quería despertar conciencia. Le aclaré que yo no era corrompible y no quería que me marcaran línea. Me dijo que yo era una mujer muy ‘empoderada’ y que siguiera adelante”.Pankowsky y Rodríguez Ajenjo calculan que, a más tardar para mediados de este año, concluirán las presentaciones de ¡Aaayyy mis hijos!, y con ellas el personaje de Martita Según, que marcó un hito porque nunca antes se había satirizado a tal grado a la esposa de un mandatario mexicano. Rodríguez Ajenjo, quien también dirige la obra, comenta: “En este momento Marta y Fox están muy calladitos. De seguir así, no se podrá exprimir más a estos personajes. La obra podría permanecer cuando mucho hasta mediados de año”.
–¿Qué personajes del actual sexenio podrán sustituirlos?
–Bueno, la dupla Calderón y Mouriño ya amenazan con convertirse en otro éxito de taquilla. L

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