sábado, mayo 03, 2008

Otro palo ciego de la corte

Satiricosas

Manú Dornbierer

Lydia Cacho obtuvo el premio UNESCO a la Libertad de Prensa. Esa misma Lydia a la que la vergonzosa Suprema Corte de México no quiso darle la razón en su valiente cruzada contra la pederastia y la prostitución infantil. En tanto que Lydia gana ese premio internacional, dicha Corte queda también internacionalmente exhibida como lo que es, un lamentable artefacto del gobierno en turno que en vez de hacer justicia, como es deber de los ministros que ganan más de 50 mil dólares al mes, prefirió ayudar al espurio presidente panista Calderón a pagar la factura por su apoyo al fraude electoral de 2006 al priísta gobernador del estado de Puebla, Mario Marín y a sus aliados ¿quizás patrones? los pederastas internacionales Jean Succar Kuri, sujeto a proceso en México, y a su protector, el rey de la mezclilla, Kamel Nacif, y a las inconmensurables redes que hacen de la infancia pobre mexicana la materia prima del más repugnante negocio mundial. Si la Corte hubiera fallado por Lydia Cacho, hubiera fallado a favor de millones de niños de México y del mundo. Su responsabilidad en el caso es global y esto es gravísimo.
Pero la Suprema Corte de México está integrada por gente a la que la justicia le importa un pepino y que obedece a intereses políticos y económicos. Por ejemplo la ministra Olga Sánchez Cordero llegó al puesto porque era la compañera de tenis de Nilda Patricia, la mujer del presidente Ernesto Zedillo. De modo que vota de acuerdo a sus simpatías y compromisos personales. Así, en el caso de Humberto Hernández Haddad la ministra tenista votó contra él esta semana, porque HHH ha pedido reiteradamente la expulsión de Zedillo del PRI y la consignación penal de Gurría. El zedillista chiapaneco Sergio Valls, aliado sino criatura del falso perredista gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, uno de los principales lambiscones de Calderón, completó la tarea de encubrir y proteger a Gurría desde la Corte.
La Suprema siempre falla a favor de los poderosos se llamen como se llamen. Mario Marín, “el góber precioso” de Nacif, verdugo de Lydia Cacho.
Vicente Fox, al que la Corte presidida entonces por Mariano Azuela, el genuflexo y mocho amigo de Chente, lo apoyó como primer mandatario en su intento de desafuero a Andrés Manuel López Obrador. La Familia Aguirre de Radio Centro en el caso de José Gutiérrez Vivó que habiendo ganado su causa en un tribunal internacional, se vio frenado por la Suprema Corte de México, cuando la tenista Olga explicó que había votado contra JGV porque es amiga de la infancia de Ana María Aguirre, una de las dueñas de Radio Centro, que debía pagar 21 millones de dólares al comunicador.
Y ahora, Valls y Olga protegen a Angel Gurría, el secretario general de la OCDE, al que Humberto Hernández Haddad ha exhibido con las más contundentes pruebas por su conducta delictiva cuando Gurría fungía como secretario de Relaciones del presidente Zedillo, el que transformó la Banca mexicana en totalmente extranjera, el del criminal Fobaproa-Ipab, el que por órdenes imperiales transmitió la estafeta neoliberal a Fox, etc. Cumpliendo con su deber en aquel aciago 1994 de los asesinatos de Colosio y de Ruiz Massieu, el cónsul general HHH transmitió una información a México entregada por las autoridades estadunidenses, señalando la presencia en esa ciudad del buscado Manuel Muñoz Rocha, mano derecha de Raúl Salinas, sospechoso de haber asesinado en 1994 a su cuñado José Francisco Ruiz Massieu. Se enojó el canciller Gurría por la información, pues aparentemente era parte del complot para sacar del país a Muñoz Rocha y hacer de él un testigo protegido de los gringos y le pidió a Enrique Loaeza Tovar que fuera a San Antonio a relevar a Humberto Hernández Haddad, donde Loaeza quedó bajo investigación de los fiscales federales que le tenían su propio expediente por participar en el ocultamiento del citado Muñoz Rocha. Por lo visto la desinformada Primera Sala de la Suprema Corte desconoce que durante muchos años HHH ha denunciado el abuso de poder y conducta delictiva de Gurría. Un juez y un Tribunal Unitario fallaron en su favor y condenaron a la Secretaría de Relaciones a pagar a Humberto Hernández Haddad una indemnización por reparación de los daños que le causaron. Pero la Primera Sala de la Suprema Corte acaba de conceder un amparo para que esas sentencias no se cumplan.
¿QUIEN ES ANGELGURRIA, EL PROTEGIDO DEL DIA DE OLGA Y VALLS EN LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE? En mi personal opinión Gurría, conocido cuando era funcionario priísta como el “Angel de la Dependencia”, es uno de los más cínicos y abusivos parásitos que haya producido el PRI y ahora el PRIAN. Obtuvo con apoyo de Fox y Derbez el puesto de Secretario General de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Pero vayamos por partes. En el salinato Angel Gurría fue subsecretario de Hacienda, y tuvo otra chamba hiperlucrativa como Director General durante 11 meses de Nacional Financiera, NAFINSA, de la que ¡se jubiló a los 43 años! Es el jubilado más joven del mundo. Pero desde su OCDE ahora pontifica contra una jubilación más temprana que pretenden los latinoamericanos. A la fecha, el Estado Mexicano le regala una pensión vitalicia jugosísima “de vejez”, de la que podrían salir muchas otras para ayudar a los paupérrimos jubilados de México que se están muriendo de hambre. Se publicó por ahí la tabla oficial de pagos de esta jubilación que hará las delicias de Ripley ahora que la lea aquí:
Cuando Gurría se jubiló a los 43 años en 1994, empezó a cobrar su pensión vitalicia. Ese año le dimos -ese dinero proviene por supuesto del erario- 246,131.- pesos. En 1995 la pensión subió a 361,494 pesos. En 1996 cobró 431,774 pesos. En 1997 disfrutó de 522,965 pesos. En 1998, 596,875 pesos. En 1999 fueron 680,040 pesos. En el 2000 cobró 707,427 pesos. Fue ese año cuando le organizó al panista Fox un fideicomiso para la transición. En el 2001 Gurría siguió recibiendo su pensión vitalicia que subió a 855,263 pesos. En 2002 fueron 818,088. Del 2003 al 2006 al pobre angelito se le estancó la pensión en 845,580 pesos. Pero se recuperó en el 2007 cobrando 870,947 pesos. Y en 2008, de enero a marzo, lleva ya cobrados 224,268 pesos. Pero además esa pensión le regala a Gurría estupendas prestaciones como subsidio de gastos alimentarios, servicios médicos, caja de ahorros, membresías en clubes deportivos y facilidades para préstamos.
En general las pensiones se otorgan por cesantía o por vejez, y se dan cuando el individuo ya no puede trabajar o no puede obtener otros empleos, pero a Gurría, el jubilado de oro de Nafinsa, Zedillo lo nombró primero Secretario de Relaciones Exteriores y luego Secretario de Hacienda y Crédito Público, con sueldazos que habrá que buscar para tener el cuadro completo de la riqueza que este individuo le ha sacado al pueblo de México. Y a eso habrá que agregar lo que gastó el ex Canciller Ernesto Derbez, quien por cierto hoy trabaja en El Vaticano, para que fuera lo que es, Secretario de la OCDE en París. Se gastaron, siempre con cargo al erario, más de 200 mil dólares para pagar los boletos de avión de Gurría y su equipo a 30 países para cabildear para que saliera electo. La OCDE es una organización -quasi-privada- integrada por los 30 países más ricos del mundo. Nos metió a ese Club de los Macpatos, el hombre más rico del mundo, Carlos Salinas, al firmar el TLC, sacándonos del Grupo de los 77 países en desarrollo, en el que nos encontrábamos. Ahora nuestro glorioso país pertenece al Club de los Ricos y es el único que cuenta con 60 millones (cuando menos) de pobres.
El objetivo que dice buscar la OCDE es coordinar políticas económicas, sociales, ecológicas y ¡anticorrupción! Este organismo fue fundado en 1961 con sede en París. Y cuando llegó al puesto el Angel de la Dependencia gastó un millón de euros para acondicionar a su modo y grandeza el departamento en el que debía alojarse, según denunció The Economist. Lo explotador no se le quita al Gurría de París. Recibe 300 mil euros al año, pero “exige” siempre una serie de “cortesías” para sus parientes, así se trate de boletos para los partidos de fútbol, al más puro estilo del “embajador Dormimundo” que marcó el gusto chabacano mexicano ante la OCDE, con aquellos gastos suntuarios que ocasionaron su salida.
A gente como Gurría es a la que ampara la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por eso no es de extrañar el galopante descrédito de México en el mundo.

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