jueves, mayo 01, 2008

Trabajando nadie se hace rico

Por: Ing. Leopoldo Peña del Bosque, ME
Don Juan Sandoval Íñiguez, el importunado Cardenal de Guadalajara, abundó en torno a su discutida declaración: “Que los ricos no son honrados” , explicando que su crítica la dirigió a los multimillonarios que figuran en la revista Forbes,, con lo que les aventó el balón hasta la herradura, para que los lobos asoleados que lo acechan dejaran de joderle, porque a la fecha varios ateos y come curas le sacaron a relucir sus trapos sucios; entre otros muchos, que lleva una vida de potentado, y que es general de estado mayor en el arte de hacer de la limosna industria que progresa a costillas de la fe de los creyentes y de perdonar los vicios y pecados de ricos y pobres sin distinción, más en tratándose de políticos que reparten como Lázaro Cárdenas lo que no es suyo.

Al respecto el avispado Cardenal declaró a los medios: “Yo me refería a los ricos. A los que se llaman ricos, los que entran en la revista Forbes. De los que sacan millones y millones de los pueblos, a eso me refería yo", metiendo más al fango sus ennegrecidas sandalias de pescador de limosnas por la pedrada que le arrojó sin querer a Don Carlos Slim y a una decena de magnates mexicanos que han aparecido alguna vez en este vergonzante pasquín que mide la virtud de los hombres según el caudal material que acumulen; publicación petulante que seguido los mete en problemas con los que roban o expolian, puesto que hasta San Agustín de Hipona apuntaba que: No hay beneficio que no provenga del perjuicio ajeno, y en tratándose de robar al pueblo las compañias telefónicas, las cerveceras, las cigarreras, las vitivinícolas, los banqueros y las cementeras, son verdaderos príncipes de las tinieblas.
La altercación con los potentados y por definición rateros según San Agustín, se inició el pasado domingo durante la celebración del “Día del Voceador” , allí claridoso como lo es, Sandoval Íñiguez consternado al ver tanta necesidad y miseria en jóvenes y niños que por su negra expectativa de vida, plena de limitaciones y carente de esperanzas, dijo con voz de Santo: "No hay rico, rico, rico, que sea honrado; porque trabajando nadie se hace rico, porque si trabajando se hiciera uno rico, los burros serían los más ricos. Trabajando nadie se hace rico", esto es, que son pocas las personas normales, aunque sean profesionistas, que trabajándole a otro, lograrán aparecer en las listas de FORBES. Luego son generalmente quienes heredan imperios o quienes progresan a costillas del prójimo, los que en su caso alcanzaran esa acumulación de riqueza que como un castigo casi siempre nos alejan de Dios.

Al día siguiente, algunos empresarios de Jalisco divergieron de tan preclara opinión y cuestionaron que el jerarca de la Iglesia viviera como un príncipe cuyo báculo es y ha sido un palo de golf, porque no se recuerdan que Jesucristo haya andado transitado del hoyo uno al diez y ocho en el pregón de su doctrina; lo que no saben estos crápulas que lo injurian es que gracias a estos -roces de gran señor- que aún no logran ellos, es como se han hecho más templos y obras pías para la gente pobre que ellos expolian, porque algunos patrones con darles seguro social a sus obreros, ya se piensan que merecen el cayado papal.

El Arzobispado de Guadalajara, transgrediendo la nítida verdad externada en la homilía del cuestionado prelado, saltó innecesariamente en defensa del Cardenal tergiversando que lo dicho de que "no hay ricos honrados", fue un ataque, pero no para "todos" los adinerados, lo cual resulta una verdad a medias y éstas no existen, porque lo que el cardenal sermoneó es un axioma divino: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos”

Luego echaron los del Arzobispado más dulce meladura en el paladar de los jumentos que rebuznaban para contentarles del agravio al decirles en sus peludos oídos que: "No era la intención del señor Arzobispo, Juan Sandoval, abarcar a todos los ricos que, sin duda, existen, y que han llegado a serlo de manera honrada, sino a aquellos que se han allegado de bienes, gracias a una acción ilícita y opresora de la persona", -destacó el Arzobispado- en un comunicado que visto fríamente no hace sino contradecir lo dicho por San Agustín el Santo, al poner en tela de duda el apotegma agustino que reza que “no hay beneficio que no provenga del perjuicio de otros, lo cual es tan cierto como la luz del sol que no logran ver los ciegos, porque si no medraran más allá de lo debido con las utilidades que obtienen de sus negocios, no tendrían la acumulación de caudales, tierras, fábricas y patrimonio que ostentan,; luego es cierto que en algún momento sus utilidades excedieron lo que cristianamente necesitaban sus familias para llevar una vida material similar a la de sus semejantes.

Según estos lame huevos: "Las palabras del purpurado tapatío fueron dirigidas a aquellos que han adquirido sus riquezas de una manera ilícita, que han creado grandes monopolios (nacionales o internacionales) en base a la injusticia, sin ninguna ética de por medio y que, por lo tanto, merecen la desaprobación de las demás personas, y están lejos, por supuesto, de la esperanza cristiana que ignoran, que desprecian o que no toman en cuenta" lo cual disiente de una apreciación más rigorista de San Agustín e incluso hasta de la beata Teresa de Calcuta, quien decía: “Hay que dar hasta que duela” y no observamos que a los ricos de Jalisco les duela nada, más que los codos, por lo que la encomienda de Dios no la siguen a pie juntillas.

Al respecto, Luis Reyes Ceja, experto en Teología y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), aseguró que las declaraciones que hizo el Cardenal en la homilía son fieles a las escrituras, teología, y enseñanzas de la Iglesia católica; agregó que la lectura del Cardenal corresponde a la Primera Carta del Apóstol San Pedro, que habla de la esperanza cristiana, la cual va más allá de la riqueza y los bienes materiales. Sin embargo Reyes Ceja al igual que todos los medrosos de sus compañeros religiosos que temen comprometer el futuro de las limosnas al ahuyentar a los ricos, refirió torcido de su voluntad con falsedad , que no hay que generalizar a todos los ricos, ya que incluso en el Nuevo Testamento se describe que Jesús convivía con personas ricas y las exhortaba a abrirse y dar a los demás, lo cual es cierto, pero no tiene por que referirse en la discusión que nos ocupa, porque si bien les hablaba a los ricos, lo hacía bajo el enfoque de dialogar más con los pecadores que con los justos, para enderezarles hacia la virtud y disuadirlos de concentrar sus esfuerzos en la acumulación perniciosa de lo material.

Después agregó Reyes Ceja: "Él (Sandoval) se refiere pues a esos casos extremos en los cuales tal parecería, y podría en cierta manera ser comprobado, de que esas personas han dedicado toda su vida a acumular riquezas y se han olvidado de lo básico, que es voltear a ver a los pobres"; lo cual no es cierto, porque el justo Cardenal se refería a la generalidad de los ricos, porque no es de cristianos el acumular riquezas y desviar el ánimo y los sentidos hacia el goce material de esta vida transitoria sino el adentrarse en la perfección del ser y en servir a Dios y a nuestros semejantes, esta es la verdadera enseñanza.
Antonio Gutiérrez Montaño, el ladino vocero de la Arquidiócesis, matizó para contentillo de los indignados ricos jaliscienses, las declaraciones hechas por el Cardenal, en el sentido de que “no fue una acusación, sino una alerta preventiva para que los católicos busquen a Dios y no a los bienes materiales” lo cual no es cierto, porque a los viciosos de lo material ha de amonestárseles vigorosamente en sus vicios, como lo hacía Jesucristo, y que si bien les cayó de empacho que se los haya dicho el Cardenal Magnate, no por eso esta mal que se los haya dicho o que este precario de verdad su discurso, porque ya verán al tiempo, para castigo de todos, que el propio Cardenal con su birreta, les abrirá las puertas del infierno si ambos no enderezan a tiempo de sus vicios y se alejan del proceso equivocado de acumulación de capital.

"Para aquellos que su única finalidad son los bienes materiales, pues entonces van a hacer cualquier cosa por conseguirlo sin tener ninguna cosa que los limite, ese es el riesgo del que quiso prevenir el Cardenal en su homilía”. Aunque por su encargo como Cardenal, Sandoval Íñiguez convive diariamente con empresarios y políticos, el vocero dijo “que se refirió a uno de los nuevos pecados”, -el que habla del enriquecimiento ilícito- cosa discutible, por lo corto del precepto pontificio, porque es de todos sabido que cualquiera acumulamiento de riqueza que exceda en demasía del que ostentan los demás ciudadanos proviene sin duda del perjuicio ajeno, lo cual lo dijo un santo y el mismo Jesucristo.

Es decir que si una persona se ha enriquecido, es muy probable que para llegar al dinero haya tenido que cometer algún delito o pecado, expresó Gutiérrez Montaño y lo cual incurre en falsedad y distorsión de la verdad, porque al existir acumulamiento de riqueza, existe por natura un despojo ilícito de una u otra forma, ¿o de dónde sacan los ricos que sus porcentajes de utilidad son lícitos por razonables?, o más allá en alcance si no repartieron la utilidad al menos entre quienes la generaron; luego por sabido se descuenta “que los ricos son ladrones de lo ajeno por natura” . ¿Será acaso por ello, que por echarle pestes a los ricos, Dios me castigó y me convirtió en uno dellos, para que no llegue al cielo?
Sin embargo como el claridoso sermón trascendió leguas de distancia y llegó a oídos de otros ricos y eclesiásticos perdidos, el pobre Cardenal Sandoval Íñiguez insistió a los medios (que le agobian de día y de noche ) que sus declaraciones sobre que “no existen ricos honrados”, realizadas el domingo anterior, fueron mal interpretadas, cuando que no tiene por que disculparse y menos rectificar esta soflama pastoral siendo cierta, lo que si ayudaría a la reputación de la Iglesia, es el comportarse de hoy en delante como si fuere un humilde franciscano y alejarse del modelo pecaminoso de vivir con opulencia como acostumbran hacerlo los políticos mexicanos de quienes ha adoptado sus vicios.

"Fueron mal interpretadas mis palabras, mal interpretadas. Las sacaron de contexto", se defendió al ser entrevistado en un resquicio del Cuarto Congreso Eucarístico Nacional, que acaece en Morelia.

Sin querer abordar otro flamígero asunto que lo trae casi atado a una pira incendiaria como las que usaba Tomás de Torquemada , porque ya no quiere queso sino salir de la ratonera, el mercantil Cardenal de las millonarias dádivas, aseguró que la controversia generada por los donativos del Gobierno de Jalisco es un capítulo cerrado, cuando que la ASF y la Cámara Baja apenas empiezan la crucifixión del dilapidador Gobernante de Jalisco, quien en vez de calles y escuelas alza templos con el erario del pueblo; empero y ante la insistencia de los medios, el dignatario religioso aceptó explicar su visión sobre la división de la Iglesia con el Estad no sin antes hacerle patente los periodistas que “la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la separación de la Iglesia y el Estado”, y por supuesto el evitar el pensamiento mercantilista de que a la Iglesia se le trate como a una Industria que hace negocio con la fe del pueblo y con el turismo, aunque esto implique la generación de empleos y bienestar de unos cuantos; menos si se pretende hacer estas obras con los escasos dineros que el Gobierno tiene para cubrir las necesidades básicas de sus gobernados.
"Claro, claro", -respondió- , "es decir, cada araña por su hebra. Cada institución tiene sus propias autoridades, sus propias finalidades; ellos no nombran Obispos, tampoco yo nombro Diputados, Gobernador, ni nada, cada quien tiene sus fines", declaración que dejó asombrados a los periodistas, quienes maravillados por la ilustre alegoría que define a cabalidad la naturaleza consubstancial ambos tipos de mercenarios, apacentaron de inmediato sus sanguinarios instintos y le dejaron explayarse, al estar charlando con un arrepentido Cardenal que define a su Santa Institución como una araña que va por su hebra , mientras que a las Autoridades los ubica como otra ralea de arácnidos parecidos, pero quizá más ponzoñosos por lo vulgares, porque trabajo cuesta pedir limosna y alzar imperio de ello, mientras que los desvergonzados políticos se lo roban para si, asignando contratos a las empresas de sus amigos o prestanombres, si no es que los adjudican a sus mismos parientes, cuando pecan de desvergonzados, como acaeció con los entenados de Don Botas y con los familiares de Iván El Terrible en la pesadilla amarga que nos tocó vivir.

Hugo Álvarez Bloom, Presidente de la Asociación de Importadores de Productos Forestales de México y que medran al perjudicar el ecosistema de nuestros hijos , opinó sin verse la cola negra que tiene, que el Cardenal no predica con el ejemplo. "Vive como un Príncipe, como un Monarca. Entonces si él dice que los ricos no son honestos, entonces ¿él qué es? Porque también vive como rico", -cuestionó Álvarez- a quien de seguro le negaran la comunión este domingo, a menos que se retracte de tan insultantes confrontas que evidencian el gusto por la buena vida que apasiona al Cardenal.
El insidioso empresario preguntó por qué el Cardenal acepta donativos de los hombres ricos."¿Y todos esos donativos que le han hecho? “Entonces él también está recibiendo dinero de gente que no es honrada”, “que no reciba dinero de gente que dice que deshonestamente ha hecho su dinero", y en lo cual esta pendejo el empresario, pues de no quitárselos el Cardenal para dárselos a medias a los pobres, después de comprar sus palos de golf, sus coches, y edificar más propiedades para ampliar el imperio de la Iglesia, de seguro que no alcanzarían los pobres ni la comida que les procuró el Cardenal a los Voceadores, ¿Qué no sabrá este contumaz pecador que “Ladrón que roba a Ladrón tiene 100 años de perdón”?

Otro superlativo hereje llamado Juan Arturo Covarrubias, quien funge como Consejero Nacional del Consejo Coordinador Empresarial se vio sorprendido por sus declaraciones.

"Mucha gente que ganamos el dinero, como es mi caso, lo ganamos con toda honestidad y generamos riqueza y fuentes de empleo. No me parece que el mensaje de Jesucristo sea que los ricos no tienen entrada en el cielo, es un mensaje donde hay una responsabilidad social del empresario con el dinero, y con los pobres", empero no se sabe hasta la fecha que a este hijo de Luzbel sus trabajadores estén pensando en levantarle un pedestal con su gloriosa efigie en agradecimiento a su bondad palmaria, sino que en contrario se le siente engolfado en el perfume de la vanagloria y del falso orgullo, por lo que de seguro también será expulsado de las filas de la Iglesia o al menos castigado con rezar 50 veces seguidas el “Yo Pecador” la próxima vez que vaya a la Iglesia y pagando una fianza en la sacristía de $5,000 pesos por blasfemo y boquiflojo.

El Presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, José María Andrés Villalobos, que no se roba a si mismo porque no completa para pagar el IETU que pretende sacarle de sus faldriqueras la SHCP, se dijo francamente desconcertado:
“No me cae el veinte con esa declaración del Señor Cardenal. No puede generalizar", -expuso lastimero- "Hay mucha gente en Jalisco y empresarios que trabajan honradamente. Estamos en total desacuerdo"; gemido que no resulta relevante por lo ordinario, luego que los comerciantes tienen fama ganada de plañideras oficiosas (para tragar a puños de lo ajeno y seguir echándose a la bolsa los impuestos que no declaran) , luego tienen potestad y nombradía como evasores consumados y vendedores de chueco.

El apóstata Coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Javier Gutiérrez Treviño, no dejó pasar la oportunidad para blasfemar y manchar de su mismo lodo al mancillado clero mercantilista de Jalisco, al recordar un pasaje bíblico que dice: "De todo hay en la Viña del Señor",… -Hijo de Jonás, que alegoría de cabrón- a éste singular Talibán de mente tan despierta, por lo atinada, debieran nombrarlo Secretario de Hacienda, para que disponga una auditoria al Cardenal y a todos los Industriales del país para ver si reúne las inversiones que demanda PEMEX para salir del hoyo negro en que lo dejó Fox.

Pablo Lemus, Presidente de Coparmex Jalisco, conocido a sus espaldas por sus modos de “Pontius Pilatos”, prefirió no hablar sobre el penoso asunto, lo cual refleja indubitablemente su grande y tibia inteligencia; y es que no puede uno andar escupiendo al cielo a lo baboso, so pena de enfrentar después la consecuencia amarga de tener una lengua desenfrenada como el resto de sus colegas, al cabo en el peor de los casos su apático mutis propicia la aplicación por “defoult” de la máxima: “Quien calla otorga” , luego peca de omisión este Directivo al no defender al Cardenal ante los medios, y esto le costará el rezar 10 rosarios y $1000 pesos de limosna en cada uno.

El propietario de Dulces de la Rosa, Don Enrique Michel, no ve deshonestidad en generar riqueza exponiendo para acallar su negra conciencia de dulce de tamarindo pasado que: "He tenido esa inquietud sobre qué tanto es correcto hacer riqueza, pero cuando uno ve la riqueza como medio para distribuir dinero para que la gente aspire tener su casa, seguro social, empieza a ver las cosas diferentes", -señaló el empecatado- quien no sabe con cuantas tortillas llena y que es lo que en justicia le ordena Dios repartir a los pobres obreros que expolia, y que por mucho, no viven en una casa como la suya.

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