miércoles, junio 04, 2008

Boletín Informativo ISA núm 438

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Sumario:

I. Denuncia AMLO las mentiras de Carstens sobre el destino de los excedentes petroleros

II. La consulta ciudadana, parte imprescindible del debate, señala el Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo

III. Hambruna (2), por Alejandro Encinas Rodríguez

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DENUNCIA AMLO LAS MENTIRAS DE CARSTENS SOBRE EL DESTINO DE LOS EXCEDENTES PETROLEROS

Andrés Manuel López Obrador alertó que es falso que los excedentes por la venta de petróleo al extranjero se hayan destinado para subsidiar las gasolinas en México y, por ello, solicitó “al secretario de Hacienda del gobierno usurpador, Agustín Carstens, que informe públicamente a dónde fueron a parar aproximadamente 20 mil millones de dólares”.

Desde el sureste mexicano, donde inició este día su recorrido semanal para reunirse con brigadistas en defensa del petróleo, el presidente legítimo de México indicó que tiene en su poder un informe de que “el gobierno usurpador, a través de Petróleos Mexicanos, en el primer trimestre del año importó a 7.39 pesos el litro de gasolina magna y lo vendió en 7.08 pesos, lo que significa que no fue subsidiado el precio del hidrocarburo”.

En un documento oficial de Pemex —de fecha 13 de mayo de 2008— “se establece que el gobierno espurio en el mismo periodo compró a 7.44 pesos el litro de gasolina Premium, para venderla en 8.86 pesos, lo cual quiere decir que en ningún momento fueron destinados recursos para subsidiar las gasolinas”, precisó.

López Obrador subrayó que en ningún momento se otorga un subsidio a las gasolinas. De acuerdo con la Dirección Corporativa de Finanzas de la Subdirección de Planeación Económica de la Gerencia de Precios de Pemex, el precio de importación de la gasolina magna fue de 6.42 pesos por litro en 2007 y el combustible se vendió en nuestro país a razón de 6.91 pesos por litro.

En el caso de la gasolina Premium, el precio de importación, en 2007, ascendió a 6.69 pesos y tuvo un precio de venta de 8.51 por litro, detalló.

Ante los brigadistas de Chetumal, el presidente legítimo de México preguntó: “¿Qué creen que declaró el sinvergüenza del secretario de Hacienda del gobierno espurio? Que no habría excedentes porque estaban comprando la gasolina a precios más altos”, mencionó.

Asimismo, expresó que México no tendría necesidad de importar 40 por ciento del consumo nacional de las gasolinas si el gobierno usurpador construyera las refinerías para obtener dicho combustible.

En otro orden de ideas, López Obrador afirmó que desde hace 25 años los gobiernos, tanto priistas como panistas, han aplicado una política económica neoliberal contraria a los intereses del pueblo y para beneficio de una minoría rapaz. Desde hace 25 años, señaló, no ha habido crecimiento económico ni empleo, tampoco bienestar social para millones de mexicanos.

“Ahora en tan sólo 18 meses, desde que usurpó Calderón la Presidencia, aumentaron los precios de los artículos de primera necesidad, como la tortilla, que anteriormente costaba 6 pesos el kilogramo y ahora tiene un costo de 12 pesos, mientras que el salario solo aumentó 4 por ciento”, expuso.

Comparativamente, los precios aumentaron 60 por ciento en relación con el incremento salarial, añadió.

El presidente legítimo de los mexicanos dijo que si se sigue aplicando la misma política económica antipopular, irá en aumento la delincuencia y la violencia en el país, porque en los últimos 25 años se le ha quitado el futuro a millones de jóvenes que han sido orillados a tomar los caminos de las conductas antisociales.

“Para que México —propuso— salga adelante, es necesario invertir en el campo y volver a ser autosuficientes en la producción de alimentos, en vez de importarlos a precios más caros”.

Tanto en Xpujil como en Escárcega, Campeche, López Obrador mencionó que desde hace 25 años se entregaron más de mil empresas públicas, entre las cuales destacan Teléfonos de México, los ferrocarriles, las minas, los aeropuertos y los bancos. “Ahora, los que se creen amos y señores de México quieren quedarse con el petróleo”, agregó.

Aclaró que ninguna privatización ha beneficiado al pueblo de México y la entrega del petróleo al extranjero no será la excepción, porque “privatización es sinónimo de corrupción”.

Recordó que Calderón Hinojosa envió un paquete de iniciativas al Congreso de la Unión para que empresas extranjeras puedan explotar y refinar el petróleo; sin embargo, reiteró que “los mexicanos no permitiremos que empresas multinacionales se queden con el porvenir de millones de ciudadanos. Con el petróleo, se puede sacar adelante a México, se puede volver en palanca del desarrollo nacional”.

Acompañado por dirigentes estatales y municipales del Frente Amplio Progresista, aseguró que el grupo defensor del petróleo va ganando 7-0 al equipo privatizador en los debates que se realizan en el Senado sobre la denominada reforma energética.

Manifestó que solicitará a los gobiernos estatales que promuevan una consulta pública, para saber si los mexicanos están a favor o en contra de la privatización del petróleo.

Adelantó que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, ya tomó la delantera y anunció que someterá a una consulta popular las iniciativas de Calderón.

En entrevista que concedió en Chetumal, se dijo incrédulo de la posición asumida por México, en el sentido de rechazar cualquier condicionamiento del gobierno de Estados Unidos en la entrega de recursos para combatir al narcotráfico, “porque en la Secretaría de Gobernación del gobierno espurio se encuentra un delincuente confeso de la talla de Juan Camilo Mouriño”.

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LA CONSULTA CIUDADANA, PARTE IMPRESCINDIBLE DEL DEBATE, SEÑALA EL COMITÉ DE INTELECTUALES EN DEFENSA DEL PETRÓLEO

El debate sobre la reforma energética ha sido un paso positivo en la vida de la República, pues ha permitido, como en muy pocas ocasiones, que un tema de tal trascendencia sea analizado y discutido por expertos y legisladores en forma pública. En una democracia moderna no puede ser de otra manera.

Hace unos días solicitamos al Senado de la Republica organizar una consulta pública para conocer la opinión de los ciudadanos antes de que se decida esta reforma. En caso de que los senadores no acepten nuestra propuesta, extendimos la invitación a los gobiernos estatales para que la hagan posible. Como hasta el día de hoy las fracciones parlamentarias no han formalizado su postura frente a esta demanda, compartida por muchísimos —según encuestas recientes, 80 por ciento de los ciudadanos quieren una consulta— insistimos en que se pronuncien.

Saludamos la decisión del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, quien ha convocado a una consulta en la capital del país para el próximo 27 de julio. Esperamos que este ejemplo cunda en otras entidades del país.

La consulta directa a los ciudadanos no es una táctica dilatoria o una maniobra política, es la forma más civilizada de dar voz y conocer las distintas posturas de la sociedad. Frente a un tema de la importancia como el del petróleo, la mayoría de los mexicanos quieren ser tomados en cuenta y no ser simples espectadores.

Atentamente.

Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo: Marco Antonio Campos, Rolando Cordera, Arnaldo Córdova, Laura Esquivel, Bolívar Echeverría, Víctor Flores Olea, Luis Javier Garrido, Héctor Díaz Polanco, Antonio Gershenson, Margo Glantz, Enrique González Pedrero, Hugo Gutiérrez Vega, David Ibarra, Luis Linares Zapata, Guadalupe Loaeza, Lorenzo Meyer, Roberto Morales, Carlos Monsiváis, Jorge Eduardo Navarrete, Carlos Payán, Carlos Pellicer López, José María Pérez Gay, Sergio Pitol, Elena Poniatowska, Ida Rodríguez Prampolini, Enrique Semo, Víctor Manuel Toledo, Héctor Vasconcelos y Javier Wimer

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HAMBRUNA (2)
por Alejandro Encinas Rodríguez
(publicado en El Universal el 3 de junio de 2008)

Una de las principales causas de la actual crisis alimentaria es el destino que se ha dado a los alimentos para producir biocombustibles, término que se utiliza para denominar cualquier tipo de combustible que se derive de la biomasa, es decir, de organismos recientemente vivos o de sus desechos metabólicos.

A la par del impulso que ha tomado la producción de biocombustibles, se ha presentado un debate el que sus defensores han insistido en que éstos permitirán mitigar el uso de hidrocarburos y sustituirlos paulatinamente; que se trata de combustibles menos dañinos al ambiente; que si bien pueden generar riesgos, presentan oportunidades de desarrollo en las zonas rurales y fortalecen la seguridad energética para los países y hogares.

Lo cierto es que al igual que los hidrocarburos, los biocombustibles, pese a ser una fuente de energía renovable, tienen impactos ambientales negativos, tanto en materia de contaminación atmosférica como en la destrucción de espacios naturales para crear plantaciones, para las que se utilizan grandes cantidades de fertilizante y agua.

Pero el mayor impacto se da en la competencia entre producir alimentos o producir biocombustibles, lo que ha traído consigo desabasto, disminución en las reservas y aumento en los precios de la comida.

Por ejemplo, en Argentina destinar la producción de pastos para biocombustibles ha ocasionado el aumento de precios en la carne; en España se incrementó el precio del pan tras el aumento en el precio de la harina, y en México, la compra de maíz para la producción de biocombustibles en Estados Unidos subió el precio de la tortilla.

Otro riesgo que se presenta es que la promoción en gran escala de una energía que dependa de monocultivos intensivos puede llevar al dominio de ese sector por unos pocos gigantes de la energía agrícola, mientras los pequeños productores no obtendrían mayor beneficio.

Es el caso, como señala el Grupo ETC en el estudio Ingeniería genética extrema, de las empresas Syngenta, Monsanto, Dupont, Dow, Bayer y Basf, que producen cultivos transgénicos y que cuentan con sembradíos para la producción de etanol y biodiesel, que mantienen convenios comerciales con Cargill, Archer, Daniel Midland y Bunge and Born, transnacionales que dominan el comercio de granos.

Al mismo tiempo, la expansión de los monocultivos a gran escala ha llevado a la destrucción de bosques, selvas y vida silvestre; encarece los precios de la tierra y de los alimentos e impacta en las comunidades rurales que son expulsadas de sus tierras para dar lugar a las plantaciones, como ha denunciado en Brasil Amigos de la Tierra.

De esta forma, la producción de biocombustibles amenaza la posibilidad de garantizar la alimentación de las personas. Por ejemplo: se requieren 200 kilogramos de maíz para producir 50 litros de etanol y llenar un tanque de automóvil, lo que sería suficiente para alimentar a una persona durante un año. A ello se suma, de acuerdo con el coordinador de la Conabio, José Sarukhán Kérmez, que producir un litro de etanol necesita entre 1.3 y 1.5 litros de gasolina al emplear tractores, fertilizantes y agua, proceso en el que se consumen combustibles fósiles.

Existe además un rendimiento diferenciado en el tipo de cultivos para producir biocombustibles. De acuerdo con el BID, para producir 16 mil 500 millones de litros de etanol al año, Brasil utiliza cerca de 2.7 millones de hectáreas (la mitad de caña de azúcar), que representa 0.5% de su área agrícola cultivada, producción suficiente para reemplazar casi la mitad de la gasolina en ese país. Por su parte, Estados Unidos necesita, para la misma cantidad de etanol, casi 6 millones de hectáreas, que representan 3.5% del área total agrícola y 15% del área cultivada con maíz, con lo que llega a sustituir apenas 2.5% de su consumo de gasolina.

La situación es grave y afecta severamente a la población vulnerable en los países en desarrollo; en nuestro país son ya más de 18 millones los mexicanos que viven en condiciones de pobreza alimentaria. Por ello, como lo ha propuesto el Consejo Económico Mundial de Naciones Unidas, es necesario reconsiderar el desvío de cosechas agrícolas para producir biocombustibles, a fin de no poner en peligro la seguridad alimentaria, pues el aumento en la demanda de biocombustibles produce escasez e incremento en los precios de los alimentos y otros cultivos.

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