martes, julio 22, 2008

El menosprecio Hospital Infantil Psiquiátrico


México, D.F., 21 de julio (apro-cimac).- Ante el anuncio de la Secretaría de Salud de que el Hospital Infantil Psiquiátrico Juan N. Navarro, al sur de la Ciudad de México, será reubicado, madres y padres de familia, así como personal del nosocomio, iniciaron un plantón afuera del inmueble para mostrar su rechazo a la medida e impedir el traslado de las y los niños. El hospital da servicio desde 1966 y es único en su tipo en América Latina, especializado en infancia con problemas mentales, niñas, niños y adolescentes de 0 a 18 años de edad. La SS, dicen, pretende llevar a las y los pacientes a un lugar de menores proporciones que el actual, en un edificio no apto para darles atención y con una cantidad menor de camas para la hospitalización. En suma, se reduciría la calidad y cantidad de la atención. El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, envió en mayo pasado un documento al Hospital Juan N. Navarro para informar de su reubicación. La señora Teresa González, madre de un niño con déficit de atención, advierte: “Sabemos que quieren convertirlo en clínica de salud mental”. Por eso se oponen, pero no han sido escuchadas. El pasado 9 de julio, afuera del Senado, unas 40 mujeres y algunos padres con pancartas pidieron “no al cierre del hospital” y ser recibidas para exponer su problemática, sin que obtuvieran resultados. Josefina, madre de un niño con trastorno de aprendizaje, dice que están “desesperadas y preocupadas” y “no sabemos qué hacer”.“Somos tres mil madres que llevamos, algunas a diario, a nuestras hijas e hijos a terapias, y ahora no sabemos a dónde nos van a mandar para que reciban atención”, añade. Armando Villar, padre de otro paciente, señala: “Las más afectadas en la decisión de cerrar el hospital son las madres de los menores de edad. Se paran temprano para llevarlos al hospital; trabajan más del triple por la enfermedad de los niños, en la casa, en su empleo. Yo estoy aquí (protestando) mientras mi esposa está con mi hijo. A ella le tocará mañana y lo haremos las veces que sean necesarias, para que no cierren el hospital”. Afirma que no se puede retroceder medio siglo en la atención a niñas y niños. “No es posible que vuelva a funcionar La Castañeda (hospital psiquiátrico durante el Porfiriato), donde no había división de los enfermos. No pueden estar dando de alta a las niñas y niños para deshacerse de ellos para que así disminuya la población del hospital”. Por su parte, la señora Teresa González denuncia: Bernardo Bidart Ramos, director general de coordinación de hospitales federales “nos dijo que no había presupuesto para nuestros hijos, porque prácticamente son desechos sociales y no merecían apoyo”.El futuro para quienes ocupan el “pabellón de las y los niños olvidados”, donde están los niñas y niños con padecimientos mentales crónicos, cuya familia nunca regresó por ellos y rebasan los 30 años de edad pero siguen estando en la infancia, es también desfavorable, dicen madres de otros pacientes, pues se quedarán en el séptimo piso del Hospital San Bernardino, área psiquiátrica-penal, donde tendrán que convivir con enfermos mentales adultos y agresores.
Graves problemas de salud mental
El nuevo edificio que propone la SS para el Juan N. Navarro fue construido para aulas de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Y aunque las autoridades prometen mejores condiciones, madres y padres de familia, así como personal del hospital las consideran negativas. La necesidad de un hospital como el Juan N. Navarro es incuestionable. Atiende pacientes agudos, que proceden de todas las entidades del país, pues no cuentan con el recurso especializado para su hospitalización en instituciones públicas o bien con servicios psiquiátricos en su sistema de seguridad social.Para la psiquiatría, señala el personal, incluido el sindicalizado, que desaprueba la reubicación del nosocomio y creó un “blog” para discutir el tema (juan-n-navarro.blogspot.com), la población infantil representa casi el 50 por ciento de consultantes en el país y los servicios de psiquiatría infantil en hospitales pediátricos son insuficientes para cubrir las necesidades de este sector de la población. Los problemas de salud mental en México son graves. En los últimos cinco años los suicidios en menores de edad han aumentado entre 15 y 20 por ciento, dicen las doctoras Teresa Díaz Calvo e Inés Nogales Imaca, de ese hospital, debido principalmente a depresión, y actualmente constituye la segunda causa de muerte entre adolescentes y la cuarta en niñas y niños.A nivel nacional se estima que ocurren 3 mil 89 decesos por esta causa, de los que el 8.1 por ciento corresponde a menores de 15 años de edad, según datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).Además, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los próximos años la primera causa de invalidez laboral y ausentismo estará conformada por las enfermedades vinculadas a la salud mental, depresión y estrés, con secuelas psicosomáticas de cefaleas y trastornos cardiovasculares crónicos.
Aumenta el número de hospitalizaciones
En el Hospital Infantil Psiquiátrico Juan N. Navarro, en sólo cuatro años se ha incrementado el número de hospitalizaciones: 10 por ciento en varones y 15 por ciento en mujeres, 20 por ciento de pacientes que se hospitalizan en esta institución provienen del interior del país. Actualmente, el nosocomio ofrece entre 500 y 600 consultas, mil servicios de hospitalización (50 por ciento mujeres, 25 por ciento varones y 25 por ciento fármaco-dependientes varones) y 130 mil intervenciones terapéuticas al año. En 2007, se ofrecieron 25 mil consultas e igual número de terapias y sólo el año pasado hubo mil nuevos ingresos de niñas y niños.Actualmente, el hospital tiene una superficie de 42 mil metros cuadrados. Cuenta con amplios jardines que ayudan a las terapias de las y los niños y 120 camas para hospitalización.Este hospital especializado en la atención infantil atiende padecimientos, como déficit de atención, autismo, trastornos de aprendizaje y lenguaje, trastorno bipolar, depresión severa, ansiedad, menores de edad que fueron abusados sexualmente, que han intentado suicidarse y con problemas de drogadicción.Cuenta, además, con una escuela para formar paidopsiquiatras, en la que se ha formado el 70 por ciento de éstos especialistas del país y a un gran número de Latinoamérica.En enero de 2006 se planteó por primera vez un proyecto de reubicación, así como la disminución de sus servicios, lo que motivó a una fuerte respuesta por parte del personal de dicha institución, madres y padres de familia, lo que permitió no sucediera.Pero el pasado 15 de mayo, autoridades de la SS informaron de la reubicación, porque ampliarán el Instituto Nacional de Cancerología, construirán el nuevo Instituto de Geriatría y un estacionamiento.Anunciaron que, a partir del pasado 15 de julio, se comenzaría a desocupar el nosocomio, por lo que madres y padres de familia se instalaron en plantón en la puerta del hospital. Trabajadores del nosocomio solicitaron mesas de trabajo para solucionar el conflicto y entregaron a la SS una propuesta de mejora para la institución. Diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), del PRD y PRI, pidieron también, el pasado 9 de julio, un diálogo entre las autoridades, personal del hospital, madres y padres de familia y diputados y senadores. Por su parte, la diputada Valentina Batres, del PRD, pidió al Secretario de Salud, mediante un punto de acuerdo, suspender las obras de demolición del hospital psiquiátrico e instale mesa de negociación con las partes afectadas. Las madres y padres de familia de las y los niños coinciden en que, con la decisión de reubicar el hospital psiquiátrico infantil, el Estado estaría violando los artículos 24 de la Convención sobre los Derechos del Niño, 2 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el 10 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos que, conforme al artículo 133 de la Constitución Política del país, son obligatorios en toda la República.El Estado mexicano tiene obligación de utilizar los recursos mínimos disponibles para la atención a la salud mental. Reducirlos viola el derecho a la salud mental de quienes serán excluidos.

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