jueves, julio 10, 2008

Una dulce pobreza

Por: Ing. Leopoldo Peña del Bosque,ME
9 de julio de 2008
Finalmente para la zafra 07/08 los productores cañeros se vieron forzados a aceptar una reducción en el precio de la caña del 5.6 %.
Cínicamente el Ing. Alberto Cárdenas, nuestro inepto Secretario de Agricultura, comentó a la sazón, que los acuerdos en la agroindustria fueron avances relevantes y que ahora afinarán los detalles.
Al respecto cabe comentar en justicia y en razón que ni el Ejecutivo Federal ni el Secretario de la SAGARPA les explicaron a los cañeros como diablos le van a hacer para absorber los incrementos en el costo de la vida; pues mientras la inflación nacional avanza en 5%, sus ingresos por ventas de caña se verán disminuidos en -5.6%, luego esto quiere decir que sus ingresos reales se vendrán abajo en -10.88%
Aquí la injusticia para los hambreados cañeros es el absorber los incrementos en los precios de los combustibles, de la mano de obra, de los fertilizantes, y del costo de la vida en general por los efectos perniciosos de la globalización, y por el descaro de nuestro Gobierno Federal al no apoyar a los campesinos como lo hacen los Gobiernos de muchos otros países (USA y CANADÁ por ejemplo), que subvencionan el cultivo de la caña de azúcar y de la remolacha azucarera; pero en México no tenemos Gobierno que se preocupe por ellos, así que no nos asombre que los más pobres hayan resultado los más perjudicados.
La solución ante la apatía de nuestro Gobierno y ante la actitud medrosa de nuestros líderes cañeros que viven y medran de las cuotas que les sangran a sus agremiados, es la migración de la siembras de caña hacia otros cultivos; la caña esta condenada a la muerte.
Necesariamente se requiere que muchos migren para que el precio repunte, y ni así, porque nuestra infame Secretaría de Economía se encargará de traer azúcar del mercado mundial para satisfacer la demanda y mantener los precios artificialmente bajos para los refresqueros, porque en los demás países nacionalistas si se sabe apoyar a los cañeros para que los ingenios exporten azúcar por debajo de sus costos. Así es la vida, así es la cosa, tan injusta como asquerosa; es por eso que desde junio no escribo, porque no hay a quien contarle estas cosas…

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