domingo, septiembre 21, 2008

Gil Díaz, un ladrón más que gozará de impunidad

Sique

Que Gil Díaz ayudó a eludir pago de $35 mil millones de impuestos en la venta a Citibank como lo señala Juan Guerra, que hay documentación que confirma su participación en favor de Roberto Hernández, su ex jefe y amigo de Fox es vieja noticia
. Se ha ventilado una y otra vez de diversas formas y por distintos actores. ¿Y qué sucede? Nada, las corruptelas de Gil Díaz cubren las noticias unos cuantos días, luego los espacios mediáticos se llenan con otras noticias que igualmente vinculan a funcionarios con prácticas corruptas, para regresar dentro de unos cuantos meses a que Gil Díaz es un ratero. Sólo que entonces ya habrá prescrito todo posible cargo contra el ex titular de Hacienda y se repetirá mediáticamente lo que hizo mientras él goza de sus millones y frecuenta a sus amigotes asesorándolos de cómo es fácil robarle a la nación impunemente porque el próximo 30 de octubre queda libre de la posibilidad de ser sancionado. Curioso sistema en donde los delitos prescriben, es decir, basta con que pase el tiempo para eludir la responsabilidad de los actos delictivos así sea traición a la patria.

Se van alternando entre Fox, los Bribiesca, Martha, Gil Díaz, Mouriño, Peña Nieto, Bours, Ulises Ruiz, Mario Marín, Elba Esther, Roberto Hernández, etc... Tenemos muchos para que no les toque tan seguido. Y así nos la vamos llevando. No cabe duda que vivimos en un paraíso de delincuentes de cuello blanco que roban a todo lo que da con la seguridad de que se mantendrán impunes al peso de la ley, porque esta es una nación sin ley, sin instituciones y sin el menor respeto por el pueblo. Así que a robar y a asesinar sin temor.

¿Y el pueblo? Bien gracias, sólo un sector denuncia y resiste pacíficamente, el resto ve las novelas de Televisa y TV Azteca a falta de empleo, se alimenta de los spots de Fecal a falta de alimento, y como si toda esa mierda no le bastara admite más escuchando a los merolicos de la radio. En esas circunstancias es difícil que un pueblo luche por sus derechos. ¿Cuándo tomará conciencia de que si no defiende sus derechos cada vez se estrecharán más sus posibilidades de bienestar? ¿Cuándo una mayoría se unirá a las fuerzas que luchan por transformar el país? ¿Años, meses, días...? Es cuestión de tiempo...


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