jueves, septiembre 18, 2008

Setenta años de la fundación de la IV Internacional (I)

En septiembre, hace 70 años, poco más de 20 delegados de diversos países -incluyendo un latinoamericano, el brasileño Mario Pedrosa-, se reunían en un suburbio de París para fundar la IV Internacional. León Trotsky no pudo asistir, confinado en su reciente exilio mexicano. El mundo se encontraba en vísperas de la II Guerra Mundial, luego de que el nazismo, de un lado, y el stalinismo, del otro, hubieran barrido de la escena al proletariado europeo, que apenas veinte años antes se había lanzado a la conquista de una Europa socialista. La IV Internacional "ha surgido de las más grandes derrotas del proletariado mundial", dijo el programa aprobado por los delegados reunidos clandestinamente en Francia.

La cuestión de fundar una nueva Internacional se encontraba desde hacía mucho en la agenda de los debates políticos, porque eran muchos los que habían advertido que la dirección (stalinista) de la Internacional Comunista era un obstáculo para la revolución. Trotsky, sin embargo, seguía una línea de reformar a la Internacional Comunista, mediante una crítica implacable del stalinismo. Es que no se podía despachar de la escena de la historia a una organización de inspiración revolucionaria antes de que hubiera agotado todas las posibilidades de rectificación política, lo cual suponía, naturalmente, una lucha sistemática en su seno. Trotksy formuló juicios muy severos contra quienes no acompañaron su política reformista en la Internacional Comunista y 'saltaban' a lo que sería una nueva etapa sin haber verificado el destino de esta Internacional a la luz de los acontecimientos históricos decisivos. Todavía en diciembre de 1932, Trotsky escribió un largo documento que incluía un capítulo titulado: "Fracción, no Partido", es decir, recuperar la Internacional y cada una de sus secciones. En ese mismo documento, sin embargo, una advertencia indicaba ya la eventualidad de un nuevo rumbo: "Una catástrofe histórica como la caída del Estado Soviético arrastrará a la III Internacional. Análogamente, una victoria del fascismo en Alemania y el aplastamiento del proletariado alemán difícilmente permitiría a la Internacional sobrevivir a las consecuencias de su ruinosa política".

Trotsky vio ese giro histórico en la capitulación del partido comunista de Alemania ante el nazismo, luego de tres años de una orientación ultraizquierdista de provocación contra las tentativas de organizar un combate unificado de los partidos y sindicatos obreros contra el hitlerismo. Pero lo que formó su juicio definitivo fue, meses más tarde, la aprobación completa, por parte de todas las secciones de la Internacional Comunista, de la política criminal de Stalin frente al ascenso nazi. La derrota del proletariado alemán no había provocado ninguna reacción de supervivencia en el seno de la Internacional Comunista. Un plenario de la Internacional declaró que la política seguida por el PCA "había sido totalmente correcta". A partir de ese momento se inicia el trabajo de preparación para fundar una nueva Internacional. 1933 fue para la Internacional Comunista lo que el 4 de agosto de 1914, cuando votó los créditos de guerra, había sido para la Internacional Socialista: el pasaje a la contrarrevolución. "La política de reforma había perdido todo realismo"1.

El 15 de julio de 1933, Trotsky, bajo el seudónimo de G. Gurov, envió a las secciones de la Oposición un artículo titulado: "Es necesario construir un nuevo partido comunista y una Internacional". La perspectiva de una reforma fue definitivamente abandonada: "Lo más peligroso en política -decía- es convertirse en prisionero de las propias fórmulas, que eran adecuadas para ayer pero están privadas de todo contenido hoy". Conclusión: "Hablar de reforma y reclamar la readmisión de los oposicionistas en los partidos oficiales debe ser definitivamente dejado de lado como utópico y reaccionario". Pocos días después volvió a la carga: "No es posible permanecer más tiempo en la misma Internacional con Stalin". Un cambio de orientación tan drástico no dejó de provocar sorpresas e incluso resistencias. Se terminaba todo un largo período de lucha de la Oposición y se planteaba un nuevo horizonte. La consigna de diciembre de 1932 quedaba formalmente invertida: "partido, no fracción". La necesidad de la IV Internacional fue lanzada de hecho, un lustro antes de ser fundada de derecho.

Otra etapa

"La gran autoridad de Trotsky permitió efectuar el cambio de línea rápida y cohesionadamente. Sin él, las lecciones de los acontecimientos de Alemania seguramente habrían sido asimiladas en nuestras filas, pero ¿después de cuántos meses de discusión?... La discusiones no versaron acerca de una nueva Internacional sino más bien sobre los caminos y los medios para llevarla a cabo: ¿como construirla, como construir nuevos partidos?"2.

"Toda la atmósfera política, nuestra orientación en favor de una nueva Internacional, el arribo entonces de Trotsky a Francia, atrajeron efectivamente sobre nosotros los ojos de organizaciones que, en diferentes circunstancias, habían roto con la Segunda y la Tercera Internacional. La excitación provocada por la vergonzosa bancarrota de las dos internacionales en Alemania fue tan grande que por lo menos catorce organizaciones que no pertenecían a ninguna de las dos internacionales decidieron unirse. No obstante, estaban lejos de tener un programa común. Criticar a las organizaciones oficiales en artículos y discursos es una cosa. Emprender la construcción de una nueva Internacional es otra cosa. Nuestra organización decidió participar en la Conferencia de los catorce grupos realizada en París a fines de agosto de 1933. Nuestra política era clara: sacar las conclusiones de los acontecimientos hasta el final, proponer nuestro programa de construir una nueva Internacional, denunciar a quienes pretendían permanecer equívocos y ambiguos".3

No era para conciliar el agua con el aceite sino para clarificar el panorama y las tareas de la construcción de una imprescindible nueva dirección para el proletariado que Trotsky y las hasta entonces secciones de la Oposición de Izquierda se lanzaron a trabajar en las circunstancias del momento.


1, 2, 3: Jean Van Heijenoort: "Cómo fue concebida la Cuarta Internacional", artículo publicado en su versión integral en Prensa Obrera Nº 238 del 24 de agosto de 1988, en ocasión de celebrarse medio siglo de la fundación de la IV Internacional.
Pablo Rieznik
¡Luchar y Vencer!
Grupo de Acción Revolucionaria
http://www.grupodeaccionrevolucionaria.cjb.net

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