lunes, octubre 20, 2008

Choque de trenes; peligro de conflagración

Lilia Arellano

“No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial; pero sí sé con cuáles lo harán en la Cuarta Guerra Mundial: palos y mazas”.
Albert Einstein

La debacle financiera de las últimas semanas requiere para su solución de la conformación de un nuevo orden financiero mundial, que cambie completamente las reglas del juego económico establecidas en Bretón Woods, tras la II Guerra Mundial, en cuya construcción se enfrentan la Unión Europea y los Estados Unidos de América. El bloque europeo ve en la crisis la oportunidad de cambiar las actuales normas y doblegar la hegemonía del dólar, por lo que empuja a analizar y establecer otros cánones con el concurso de los países integrantes del G-8 y la participación de China, India, Sudáfrica, México y Brasil, bajo las nuevas circunstancias, pero el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, se niega a abordar un replanteamiento del sistema financiero internacional y a dejar de ser el líder mundial, objetivo en el que no le importa llevarse a todo el mundo por delante.
Bush anunció en Washington que Estados Unidos albergará una Cumbre internacional para abordar la crisis financiera -la cual se realizará después de las elecciones presidenciales- tras reunirse este fin de semana, en Campo David, con el Presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien tiene la presidencia rotativa de la Unión Europea, y con José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, a quienes les dejó en claro que no renunciarán a su liderazgo y que a lo sumo “tomarán recaudos” para que los desarreglos de la máquina financiera no se vuelvan a producir, es decir, que no irán más allá de una reforma o parche a su propio sistema financiero, que preserve “el capitalismo democrático, un compromiso con el libre mercado, la libre empresa y el libre comercio”.
La posición de los Estados Unidos, culpables de la crisis mundial, contrasta con la que han adoptado el resto de las naciones. Para empezar, el poderoso bloque europeo quiere la “construcción de un nuevo orden financiero mundial”, como lo subrayó Durao Barroso, para lo cual ven en la crisis una excelente oportunidad para el surgimiento de un “mundo nuevo”. Sarkozy lo respaldó al señalar la necesidad de reconstruir todo el sistema financiero y monetario mundial desde abajo, como se hizo en 1944. El mandatario francés fue claro al señalar que “aquellos que nos han llevado hasta donde estamos hoy no se les debe permitir hacerlo una vez más”, por lo que presionó a Bush para realizar el mes que entra la cumbre internacional en Nueva York, precisamente en donde comenzó la actual debacle.
Sarkozy le dijo a Bush que “quienes cometen errores deben asumirlos” al responsabilizarlo de haber dado rienda suelta a banqueros e inversores en nombre del sacrosanto principio de la libre empresa, y le señaló que “no podemos continuar con las mismas líneas porque los mismo problemas originarán los mismos desastres”. También le advirtió que “los fondos hedge (de inversión libre) no pueden continuar operando como lo han hecho en el pasado; ni los paraísos fiscales”, por lo que ya no es aceptable el funcionamiento de instituciones financieras que no estén bajo control de supervisión.
De acuerdo con el comunicado oficial del gobierno de los Estados Unidos, la primera cumbre de jefes de gobierno tendrá lugar en ese país, después de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, y en ella los líderes mundiales “revisarán los progresos que se están haciendo para manejar la actual crisis y conseguir acuerdos en los principios de una reforma necesaria para evitar una reedición (de la crisis) y garantizar la prosperidad global en el futuro” y posteriormente se llevarán a cabo otras “reuniones para llegar a acuerdos sobre pasos específicos para ser tomados y alcanzar esos principios”.
Aunque el bloque europeo y los Estados Unidos coinciden en que el proteccionismo y el cierre de las fronteras sería una catástrofe porque desafiaría los fundamentos de la economía de mercado, la falta de acuerdos puede llevar a empeorar las cosas, a exacerbar los nacionalismo y a convertir la actual “aldea global” en ínsulas económicas interdependientes, de no llegarse a acuerdos sobre un nuevo orden financiero internacional regulado, organizado y “moralizado”.
La Organización de las Naciones Unidas, a través de su secretario general Ban Ki-moon, respalda al bloque europeo para que a más tardar en diciembre se realice la cumbre internacional, cuyos productos dependerán en gran parte de la decisión de los votantes estadounidenses y de quien finalmente llegue a la Casa Blanca, el republicano John McCaine o el demócrata Barack Obama.

Canadá y México salvarían a EU
En la guerra económica que empezaron a librar el dólar de Estados Unidos y el euro de la Unión Europea, México y Canadá son rehenes del gobierno norteamericano, quien lleva a cabo la estrategia de apropiarse de los recursos energéticos de sus vecinos para apuntalar su moneda. Los resultados de la negociación final de la reforma energética en el Congreso mexicano nos señalarán hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno de Felipe Calderón y el PRI, para cumplir con los compromisos asumidos con los petroleros de Estados Unidos, representados por la familia Bush.
Al escribir estas líneas, las mesas directivas de las comisiones de Energía y Estudios legislativos del Senado de la República buscaban alcanzar los consensos en los tres dictámenes pendientes de la reforma energética de Calderón y Beltrones, y avanzar en la aprobación de los mismos en torno a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, la Ley para la transición de Pemex y la reforma a la Ley Orgánica de esa paraestatal.
El plan de los Bush para conservar la predominancia del mundo se piensa llevar entre las patas a todo el mundo. De acuerdo con el analista Alfredo Jalife, el gobierno norteamericano prepara su propia “bancarrota”, antes de un año, para evitar pagar a los tenedores de los Bonos del Tesoro y las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac, lo que afectaría negativamente a quienes poseen “activos en dólares”. Para tal efecto tienen programada la institución de un nuevo dólar para frenar la “bancarrota” y la fuga de capitales.
zembargo, el plan del gobierno estadounidense podría provocar que la guerra económica que ya libran Europa y Estados Unidos, se complique con las graves afectaciones que tendrían otras naciones y, como sucede en estos casos, desembocaría en una nueva conflagración mundial.
La idea no es para nada descabellada, dado el colapso de los mercados bursátiles. Los Estados Unidos han logrado elevar artificialmente al dólar, al forzar la baja del petróleo; mientras que el euro se ha fortalecido y se ha convertido en una alternativa a la divisa estadounidense frente a la crisis. La deuda pública de los Estados Unidos crece en forma incontrolable y es totalmente impagable, por lo que los EU avanzan en su programa de devaluar el dólar, a fin de solventar sus deudas y reducirlas al mínimo. El malévolo plan llevaría a que Europa, Asia y los productores de petróleo, así como los ciudadanos estadounidenses, al amanecer una mañana del verano de 2009 con la noticia de que sus dólares sólo valen el 10 por ciento de su valor, debido a que una nueva moneda ha sido impuesta. El guión es en verdad terrorífico.

De los pzasillos
Merrill Lynch redujo su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto de México (PIB) de 2.3 a 2 por ciento en 2008 y de 1.9 a 0.9 por ciento en 2009, debido a la profunda recesión de los Estados Unidos, menores precios del petróleo y por condiciones crediticias más restrictivas. También señaló que el precio de la mezcla mexicana de petróleo se reducirá de 90 a 80 dólares el año próximo.
El ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador convocó a sus seguidores de todo el país a reunirse el próximo martes 21 en el Hemiciclo a Juárez a las 11:00 horas para, de ser necesario respaldar a los legisladores del Frente Amplio Progresista, a fin de evitar, mediante la resistencia civil pacífica, una presunta privatización del petróleo. Las mujeres del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, conocidas como “Adelitas”, encabezarían las protestas.
Tal y como se demandó en el Senado de la República, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, a cargo de Agustín Carstens y Guillermo Ortiz, respectivamente, deben explicar –de inmediato- al Congreso y al Pueblo de México las medidas que se tomarán para enfrentar el impacto de la crisis de Estados Unidos en nuestro país, y para aclarar la responsabilidad y el monto de las empresas que realizaron operaciones especulativas para beneficiarse con la caída del peso la semana pasada, así como precisar las sanciones a las que se hacen acreedoras.
lilia_arellano@yahoo.com

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