domingo, noviembre 30, 2008

Noticias Mojadas-La Voz de Mexico

Little Mexico’ en Nueva York
Desprecio, insultos y asaltos fue el precio que pagaron miles de connacionales para crear su comunidad en la urbe de hierro; hoy, pese a la crisis, se aferran a esa ciudad
Alberto Cuenca

NUEVA YORK.— Las banderas tricolor ondean orgullosas en el barrio mexicano de esta ciudad, el “Little Mexico”; permanecen aquí desde el pasado 15 de septiembre, cuando se celebraron las fiestas patrias.
Los compatriotas que organizaron ese festejo calculan que aproximadamente 35 mil mexicanos abarrotaron ese día la calle 116, para bailar y cantar al ritmo de música duranguense, norteña y mariachi.
Pero así como estas banderas, que cuelgan por encima de los árboles y de un edificio a otro, el barrio está lleno de expresiones y costumbres que han traído los migrantes desde finales de los 80, cuando el lugar era dominado por los puertorriqueños.
Todos somos Marcos”, se lee en un graffiti de la segunda avenida y la calle 117. Junto, una imagen de la Virgen de Guadalupe complementa este cuadro del neozapatismo neoyorquino, del México que no se olvida pero al que pocos pretenden regresar, al menos en el corto plazo.
Juan Cáceres, presidente de la organización Comunidad Mexicana del Centro de Nueva York, explica que la creación del “Little Mexico” fue un proceso muy difícil, que se pagó con insultos, golpes, asaltos y desprecio hacia los primeros connacionales que llegaron al lugar.
Proveniente de Tabasco, Juan Cáceres fue de los primeros migrantes. Hace 19 años dejó su tierra natal.
Él recuerda que cuando los mexicanos se asentaron en la calle 116, la zona era de las más inseguras en la urbe de hierro. La actividad económica era mínima, pues la mayoría de las accesorias o locales comerciales estaban abandonados.
“Cuando llegamos nos trajimos a vender los tamales, los elotes, los mangos y los nopales; nuestras costumbres se vinieron con nosotros”, dice el tabasqueño, fundador del periódico comunitario La Voz de México, que en su portada de noviembre presentó una gran fotografía del presidente electo de Estados Unidos, acompañada del título: “Obama, la esperanza de muchos migrantes”.
La esperanza es un término muy acuñado en este barrio mexicano; es el asidero de los connacionales que no se regresarán a su tierra a pesar de la discriminación y el desprecio. No habrá vuelta a casa por un buen tiempo, sin importar que aquí la crisis económica ya comienza a dejarlos en el desempleo o a mermar sus ingresos.
Para ellos es más soportable enfrentar la crisis aquí que del lado mexicano. “Si aquí está difícil, va a estar peor allá”, es la expresión común de los compatriotas que han hecho su vida en el barrio latino, donde las historias de sobrevivencia se multiplican en cada tienda, restaurante o puesto de comida callejero, en busca de un sueño americano que se diluye ante el escenario de recesión.

“La vida en esta ciudad es como un imán, nos jala”

El Universal

NUEVA YORK.— Para morir, Francisco García Vivar prefiere que sea aquí, en la urbe de los rascacielos. Le ha tomado tanto o quizás más cariño a esta tierra que a Tulcingo de Valle, Puebla, donde nació.A 35 años de haber llegado como un indocumentado más, Francisco tiene una casa de dos pisos en un complejo habitacional en el Bronx; es suya una abarrotera en la segunda avenida y su esposa es dueña de otra tienda en Connecticut.
Hace tres décadas y media trató de cruzar 17 veces la frontera y fracasó. En el intentó 18 lo logró y a partir de entonces trabajó como auxiliar en tiendas y mesero, hasta que instaló su propio negocio en 1990.
Hoy este comerciante tiene la ciudadanía estadounidense. “Yo voté por Obama”, dice orgulloso el dueño de la tienda México Lindo, para quien el hoy presidente electo de EU representa un liderazgo con ideas nuevas y sobre todo la prueba de que algún día un ciudadano de origen mexicano será el mandatario de esta nación.
Risueño, muy abierto al hablar, García Vivar deja en claro que no regresará a México. “Se oye feo, pero no; con lo que uno ve en las noticias y si es así la inseguridad, sorry, pero no, y mira muchos de los que estamos acá, se oye feo pero ya no se va uno. Es que, probando lo bueno ya no se acostumbra uno allá”, reconoce el hombre.
Él solía viajar cada mes a Tulcingo de Valle, donde hay hermanos y primos, pero ya no más. Hay muchas cosas y pendientes aquí, pues están los dos hijos, ciudadanos estadounidenses por supuesto, además de la tienda, los pagos y los créditos por cubrir. “Esto es un imán, nos jala”, señala.

Atrapada en el limbo

El Universal

NUEVA YORK.­ El de Rosalba Lima es uno de esos casos de mexicanos que viven en un limbo; es indocumentada en este país y por esa razón no puede tomar un avión para volver a México.
Rosalba no tiene documentos de identificación oficial para comprar un boleto de avión y el viaje por carretera no es opción para volver a Huejotzingo, Puebla, pues sólo llegar a la frontera le tomaría cinco días.
Así, ella permanece como atrapada, debatiéndose en un dilema generado por la urgencia de ganar dólares para mandar cada mes para la manutención de su hijo de 10 años, y también por la crisis que ha provocado bajas en sus ingresos.
Desde hace tres años Rosalba es mesera en un restaurante de comida mexicana de la calle 116. Antes ganaba 600 dólares semanales de propina, con ello pagaba la renta, se mantenía y enviaba 400 dólares cada mes a Puebla para su hijo.
Pero el número de comensales ha bajado a la mitad. Ahora gana 350 dólares a la semana sin embargo, ella seguirá en la urbe de hierro porque su familia le dice que en México “la cosa se pone muy difícil”.
A veces pienso en traerme a mi hijo, pero es difícil, sería un cambio duro por el idioma.

Rosalba aún trata de conseguir el pasaporte mexicano, aunque en el consulado ha encontrado muchas “trabas”.

Los inmigrantes en la era Obama

Raúl Dorantes y Febronio Zatarain

Desde que a mediados de los noventa se aprobara la Operación Guardián , han muerto alrededor de seis mil inmigrantes latinoamericanos a lo largo de la frontera México-Estados Unidos. Como parte de dicha Operación –establecida, cabe decir, durante la Administración Clinton– se incrementó el número de agentes fronterizos y se mandaron construir muros en la parte oeste de California, obligando con eso a los inmigrantes indocumentados a internarse en el extremoso desierto de Arizona para llegar a su destino estadunidense.
Pese a las críticas y a las demandas en los ámbitos internacionales, el gobierno estadunidense –sin importar el partido en el poder– no sólo ha fortalecido la Operación Guardián , sino que también ha establecido operaciones similares en otras partes de las casi tres mil millas de frontera. Por ejemplo, en 2006 se aprobó el envío de 6 mil efectivos de la Guardia Nacional y la construcción de 728 millas de muro. Como consecuencia, ya en 2007 la muerte de mexicanos por año en la faja fronteriza casi rebasaba la cifra de quinientos, esto según el ombudsman mexicano José Luis Soberanes.
Y, seguramente, la muerte de centro y sudamericanos tanto en su travesía por México como por la llamada frontera norte alcance un número similar. A esto hay que agregar a los salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que día con día pierden una o varias de sus extremidades al ser arrollados por los trenes de carga en territorio mexicano.
MUERTE GLOBAL
Al otro lado del Atlántico quizás llegue al millar la cifra de inmigrantes africanos que mueren ahogados cada año en el Estrecho de Gibraltar. Como sabemos, decenas de inmigrantes se arriesgan en pateras inseguras que acaban naufragando en las aguas del Mediterráneo. En muchas ocasiones las patrullas navales de Marruecos y España no alcanzan a detectar los naufragios. Citemos sólo una nota de la Agencia Efe del 9 de octubre pasado: “Las fuerzas de seguridad marroquí encontraron ayer, en una playa a unos cuarenta kilómetros al norte de Rabat, el cuerpo de un joven marroquí que iba a bordo de una embarcación que tenía previsto llegar a las costas españolas y volcó con cerca de cincuenta personas a bordo a la media hora de partir.” Si la marea no hubiese arrastrado el cadáver de este inmigrante hasta la playa, seguramente el mundo no se habría enterado de la tragedia. Y como ésta, ¿cuántas más habrá?
Este tipo de decesos de inmigrantes –no registrados en su mayoría– también acontece a diario en el estrecho de Adén que separa a África de la Península Arábiga. De acuerdo con un reporte de la organización Médicos Sin Fronteras, más de 32 mil africanos, principalmente de Somalia y Etiopía, cada año intentan llegar al territorio de Yemen. No se sabe exactamente qué proporción muere. La organización de médicos afirma que en los meses de septiembre y octubre se ahogaron más de 120 africanos en el estrecho.
La suerte de los inmigrantes africanos la comparten también decenas (o quizás cientos) de dominicanos y haitianos en el canal de la Mona , en su intento por llegar a la isla de Puerto Rico.
DARWIN Y LOS INMIGRANTES
Es importante recalcar que alrededor de 400 mil inmigrantes mexicanos no autorizados sí logran su objetivo cada año, es decir, cruzan la frontera y se establecen en algún centro laboral de la Unión Americana. Pareciera que los gobiernos estadunidenses, europeos y, en menor medida, las economías prósperas de Asia, no dejan de manejarse a partir de la teoría darwiniana de la lucha por la existencia, en la que sólo logran llegar a salvo a su territorio los más fuertes.
Para explicar esta teoría, pongamos como ejemplo el caso de México. Durante el último año del gobierno de Vicente Fox, el periódico La Jornada publicó que el sesenta por ciento de los mexicanos estaba dispuesto a emigrar a Estados Unidos si lo hubieran podido hacer legalmente. Es obvio que de estos 60 millones de mexicanos, sólo una pequeña porción (alrededor de 400 mil por año) da el salto para pasar a “la siguiente fase evolutiva”. Los 400 mil que dejaron su pueblo o ciudad de origen, y que arribaron a la frontera, muy posiblemente fueron asaltados por los mismos polleros o las pandillas que pululan en la parte sur de la frontera, y sin duda algunas las mujeres fueron violadas. Un mínimo porcentaje de estos 400 mil inmigrantes morirá en su intento de cruzar: .01 por ciento. Desde el punto de vista del gobierno estadunidense, o sea desde su teoría darwiniana, estas muertes mínimas son necesarias para que la gran mayoría –que está considerando venir a este país– por fin desista y se quede en territorio mexicano.
Cabe señalar que el trato inhumano que vive el latinoamericano en la frontera México-Estados Unidos es realmente atroz, pero es mucho más atroz el trato al que se exponen los senegaleses, los argelinos y cualquier otro grupo africano que intente subirse a una patera para llegar a tierras europeas. O bien la suerte que corren los somalíes y etíopes que en ocasiones son forzados a lanzarse al mar por los mismos traficantes, cuando temen haber sido descubiertos por los guardacostas. Todavía recordamos el incidente reportado por diario El País en septiembre de 2005, cuando más de setecientos inmigrantes subsaharianos trataron de librar las mallas con cuchillas que separan a Marruecos de Ceuta. Debido a las cortaduras, hubo un saldo de cinco muertos y más de cien heridos. Como castigo, muchos de los detenidos fueron abandonados a su suerte en medio del desierto por la policía marroquí.
LA VIDA COTIDIANA
Dejemos atrás las fronteras e internémonos en las vidas cotidianas de los inmigrantes que habitan en las ciudades estadunidenses y europeas. En esta primera década del milenio, el mundo ha vivido un retroceso en lo que tiene que ver con los derechos humanos de los inmigrantes.
Veamos el caso de Estados Unidos. Ante las agresiones continuas que estuvieron recibiendo desde el 11 de septiembre de 2001 hasta fines de diciembre de 2005, a los inmigrantes y a sus hijos no les quedó otra que la de tomar las calles y exigir respeto a su dignidad, y una reforma migratoria que incluyera la legalización de todos los indocumentados. Recordemos que entre los meses de marzo y mayo de 2006, más de 12 millones de personas (en su gran mayoría inmigrantes) mostraron su descontento por la propuesta de ley del congresista de Wisconsin, James Sensenbrenner, que era la síntesis de todos los ataques padecidos tanto por los inmigrantes como por sus hijos.
La tragedia del 11 de septiembre de 2001 afectó a los inmigrantes de todas partes. En Estados Unidos, la actitud antiinmigrante se percibió desde la Ley Patriota , aprobada semanas después de los ataques a las Torres Gemelas. En un principio, las detenciones realizadas respondían al propósito de detener a supuestos terroristas o a proteger la seguridad nacional, como la Operación Aeropuerto , que se realizó en Chicago a finales de 2002 y en la que resultaron detenidos decenas de indocumentados y ningún terrorista. En esta redada fue detenida una madre soltera que se volvió símbolo de la lucha de la familia inmigrante: Elvira Arellano.
No es sino hasta la primavera de 2004, con la publicación del ensayo “The Hispanic Challenge”, de Samuel p . Huntington, en que prácticamente se cambia de objetivo: de la búsqueda de células de Al Qaeda o de rastreos de inteligencia en áreas estratégicas, se pasa a la búsqueda directa de indocumentados. Para Huntington, la identidad estadunidense –en esencia protestante– estaba en peligro debido a la presencia de tantos mexicanos. Y han influido tanto las ideas de Huntington, que en el contexto actual de Estados Unidos decir “mexicano” es prácticamente decir “indocumentado”. Es sabido que cuando en la Casa Blanca de la administración Bush se pone sobre la mesa la problemática de los inmigrantes indocumentados, se le refiere como the mexican case.
Bajo el paraguas ideológico de Huntington, el ya mencionado congresista Sensenbrenner inicia en 2005 una lucha frontal contra los inmigrantes, primero con la aprobación de la propuesta Real id Act –que exige que solamente los residentes legales y los ciudadanos reciban licencias de conducir o cualquier otro tipo de identificación oficial. A fines del mismo año, el mismo congresista pisa el acelerador y con la hr 4437 propone la criminalización del indocumentado y de toda persona que le proporcione ayuda; este proyecto de ley fue aprobado en la Cámara Baja , pero rechazado en el Senado.
EUROPA Y SUS INMIGRANTES
El 11 de marzo de 2004, España sufrió un atentado por parte de una célula de Al Qaeda del que resultaron muertas 191 personas. Dicho ataque acrecentó la xenofobia ya existente, llevándola en algunas ocasiones al extremo.
Es importante aclarar que España y toda Europa se han caracterizado por no tener conciencia de su racismo. Es muy común escuchar en boca de un español, una francesa o un alemán comentarios de asombro por la intolerancia que se da en Estados Unidos hacia los inmigrantes o hacia las minorías étnicas. A pesar de todo, el trato que reciben los inmigrantes y las minorías en Estados Unidos es menos denigrante que el que estos mismos reciben en toda la Unión Europea. Basta recordar que hay zonas en Alemania en las que no pueden internarse personas de color, porque simplemente corren el riesgo de no salir vivas.



Ilustraciones de Gabriela Podestá

Veamos el caso de los dos adolescentes franceses de origen árabe que en 2006 murieron electrocutados al tratar de esconderse de una persecución policíaca. Estas muertes provocaron más de tres semanas de disturbios en los barrios de inmigrantes de París, lo que puso en claro que los hijos de los inmigrantes no están recibiendo el mismo respeto y la misma atención que reciben los jóvenes galos. Es de destacar que el ministro del interior de ese entonces, Nicolas Sarkozy, que aplicó una política de bomberos para mitigar el conflicto, meses después fue elegido presidente de Francia.
Pero el hecho que más sorprende es la agresión que sufrió una inmigrante ecuatoriana de dieciséis años en un vagón del tren metropolitano de Barcelona, en octubre de 2007. Después de haber agredido verbalmente a la jovencita, el muchacho español –de nombre Sergi Xavier– se sintió con todo el derecho de soltarle varios puñetazos y una patada en el rostro mientras hablaba por el celular. Fue detenido y liberado horas más tarde sin ningún tipo de cargos, y además fue visto como héroe por un sector de la sociedad española. Pero la historia de Sergi Xavier no termina ahí: seis meses más tarde fue detenido por conducir bajo la influencia del alcohol. Por este delito sí recibió una multa de mil 080 euros y la prohibición de manejar durante diez meses. El mensaje de la justicia española es clara: “Si quieres alocarte, puedes salir a la calle y golpear inmigrantes; no te va a pasar nada. Pero por favor no conduzcas bajo la influencia del alcohol.”
Lo que llama la atención es que el Estado español –administrado en estos momentos por el psoe , caracterizado en tiempos no muy lejanos por la defensa de los inmigrantes– permita que se sigan repitiendo estas actitudes xenofóbicas. Sólo en abril del presente año, el ecuatoriano Juan Cristóbal fue molido a palos en Madrid al tiempo que los agresores lo insultaban bajo el estribillo de “viva España”.
Por último, ¿cómo considerar a la Unión Europea por encima de Estados Unidos en términos de los derechos de los inmigrantes, si en junio pasado aprobaron su propia hr 4437 en el recinto del Congreso Europeo con el aval de gobiernos de derecha (que no sorprende) y de izquierda (como el español)?
MÉXICO: EL MAYOR EXPULSOR Y CON ACCIONES ANTIINMIGRANTES
Como mexicanos y como inmigrantes, hacemos un breve paréntesis para hacer un llamado de atención a la clase política mexicana y a su sociedad civil por las atrocidades de que son objeto miles de inmigrantes centro y sudamericanos al cruzar el territorio más peligroso en toda su travesía: México.
Es inaudito que el ombudsman del país que más fuerza laboral expulsa en el mundo, tenga que insistir que se deroguen leyes federales que siguen viendo al inmigrante sin documentos como una cosa y no como un ser humano. El pasado 30 de octubre, Soberanes denunció ante el Senado la política represora hacia los inmigrantes, y exigió la derogación del Artículo 67 de la Ley General de Población “para que los inmigrantes sin papeles puedan ser considerados víctimas de delito y tengan la protección del Estado mexicano”.
Esperemos que el Poder Legislativo por fin tome conciencia de que alrededor de 30 millones de personas que viven en Estados Unidos (inmigrantes e hijos de inmigrantes) se autodefinen como de origen mexicano.

OBAMA

En su intento por sacar una reforma migratoria bipartidista que sólo beneficiará a un poco más de la mitad de los indocumentados que vive en este país, el actual presidente electo Barack Obama aceptó que se construyera un muro a lo largo de 722 millas de la frontera, sin duda una extensión del muro que la administración Clinton aprobó que se construyera en California.
El senador Obama explicó en algunas entrevistas que hacer política es negociar: conceder algunas cosas para obtener otras. En este caso, el sector demócrata que apoyó en 2006 aquella reforma migratoria esperaba conseguir, en dicha negociación, que alrededor de siete millones de indocumentados obtuviera su permiso de trabajo y, con el tiempo, su residencia permanente. Esta actitud de Obama, y de muchos otros legisladores demócratas, generó fuertes críticas de parte de los activistas pro inmigrantes.
Aquí es importante señalar la diferencia entre el activista y el legislador: el activista no debe negociar (su fin es que todos los indocumentados reciban su residencia), es una lanza que debe estar punzando en todos los territorios sociales para lograr que la mayor porción de su utopía se vuelva realidad; el legislador, en cambio, debe negociar, y esta transacción debe tener un cuerpo ético, que tanto el debate como los resultados de su negociación se den a conocer ante la sociedad civil, todo para que quede claro que fue una negociación política entre dos o más grupos que representan diferentes perspectivas de la vida social.
El hecho de que el político ceda en algunos aspectos para conseguir ciertos beneficios para el inmigrante indocumentado, no lo vuelve automáticamente enemigo del movimiento pro inmigrante. Hay que criticar la actitud, pero no hay que olvidar que ese político sigue siendo un aliado.
Con el discurso de Berlín –dicho el pasado 24 de julio– quedó claro que Obama no solamente está en contra de los muros físicos, sino también de los muros mentales: los muros entre los blancos y los negros, entre los musulmanes y los cristianos, entre los europeos y los asiáticos, entre los ciudadanos y los inmigrantes. En Berlín, Obama le estaba hablando al mundo. Por eso, ante más de 200 mil personas, afirmó que tenía dos ciudadanías y dos responsabilidades: como ciudadano estadunidense (el bienestar de su patria) y como ciudadano del mundo (el bienestar del orbe).
El 4 de noviembre del presente año, la sociedad estadunidense rompió una infinidad de muros al elegir a su primer presidente afroamericano. Es un suceso que se vuelve un parteaguas en la vida política estadunidense y mundial. En Estados Unidos ya se sentó el precedente: un hijo de inmigrante africano ha sido electo presidente. Si bien en los debates presidenciales Obama, por cuestiones tácticas, tuvo que omitir –entre muchas cosas– la mención de una reforma migratoria, en su primer discurso como presidente electo en el Grant Park de Chicago recuperó una de las consignas más escuchadas durante la Primavera del Inmigrante de 2006: “Sí se puede.” Al final de su discurso, Obama volvió mantra la traducción al inglés de esta frase. ¿Habrá en ese Yes we can alguna una buena nueva para los inmigrantes?
Los tamales no podían faltar

El Universal
NUEVA YORK.— Heliodora Vera Carrizal prepara y vende tamales. Durante 18 años, sin descanso ni vacaciones, ha realizado la misma rutina. Cada uno de los 365 días del año, los siete días de la semana, ella se ha levantado a las 5:30 de la mañana para salir antes del amanecer del departamento que renta en el quinto piso de un edificio ubicado en la calle 120.
En un diablito lleva varias ollas y en su interior hay 250 tamales de dulce, rajas, mole rojo y salsa verde, sin olvidar un recipiente con champurrado y otro de arroz con leche. Toda la materia prima la compra en un ‘market’ cercano a su departamento.
A diario camina cuatro cuadras con ese diablito para llegar al crucero que por casi dos décadas le ha generado sentimientos tan encontrados como pena y esperanza. Aquí padece constantemente a la policía y a las autoridades sanitarias de Nueva York que le han impuesto multas de hasta 3 mil dólares por no contar con un carrito adecuado para vender, por ejemplo.
A Heliodora se le descompone el rostro y los ojos se le llenan de lágrimas con una sola pregunta ¿qué hay de su familia, de sus hijos?; la señora ha sido una mamá a distancia, que llama constantemente por teléfono a Zilacatipan, Oaxaca, para hablar con sus hijos y escucharlos crecer.
Pero 18 años no son suficientes para regresar a México. Se quedará aquí a pesar de la crisis y la recesión que ya pegan de lleno en este país. “Aunque sea poco, pero tengo con qué mantenerme y mandarle a mi familia; allá nos morimos de hambre”.
Demandarán parar deportaciones y redadas
Grupos religiosos de Chicago, Ilinois iniciarán el 4 de diciembre una campaña para en pro de la reforma migratoria con los nuevos integrantes del Congreso
Notimex El Universal
Chicago, Ilinois, Grupos religiosos de Chicago iniciarán una serie de actividades para exigir el cese a las redadas y deportaciones antes de la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama.
La campaña en favor de los inmigrantes se iniciará el 4 de diciembre con una manifestación frente al Capitolio, en Washington, en coordinación con agrupaciones religiosas de otros estados.
Al respecto, Juan Soto, director del grupo religioso Gamaliel of Metro Chicago, informó que se espera la participación de tres mil personas en ese mitin, que incluye también el inicio del cabildeo con los congresistas recién electos.
"Arrancamos con las actividades el día cuatro, precisamente cuando se cumple un mes de la elección del próximo presidente, para recordarle que los inmigrantes esperamos ver señales de que no se olvida de sus promesas", dijo en entrevista.
Comentó que los obispos que integran el grupo Justicia para Inmigrantes, iniciarán ese día su cabildeo por la reforma migratoria con los nuevos integrantes del Congreso, quienes aún carecen de una posición definida.
"Estaremos participando con los obispos, quienes tienen previsto encontrarse con 12 congresistas. En ese encuentro se planteará una agenda sobre la reforma, con temas como salud y trabajo", agregó.
Soto expresó que los organizadores de este movimiento hicieron una invitación al presidente electo para que asista al encuentro con legisladores, a fin de formalizar el trabajo legislativo en favor de una reforma migratoria.
"No estamos seguros de que asista, pero con ello estamos avisándole que nos vamos a movilizar antes del 20 de enero, y que esperamos atienda el reclamo de la comunidad inmigrante", expuso.
La Fundación Gamaliel, que trabaja junto con organizaciones de 21 estados en obras de caridad y servicio a las comunidades católicas, tiene previsto también participar en la manifestación de los activistas pro inmigrantes del 21 de enero.
Por su parte, Salvador Cervantes, presidente del grupo Proyecto Resurrección, comentó que las actividades previstas, incluyendo la manifestación del 21 de enero, "es una mezcla de apoyo y recordatorio a Obama".
"Vamos a celebrar la victoria, porque los inmigrantes en general, y los latinos en particular somos parte de la historia que se escribió el pasado 4 de noviembre, y a recordarle al presidente electo su compromiso con nuestra comunidad", expresó.
Aseguró que una vez que asuma Obama la presidencia, los grupos pro inmigrantes seguirán ejerciendo presión para obtener de la Casa Blanca la orden ejecutiva que pare las redadas y deportaciones, y del Congreso el inicio del debate sobre una nueva legislación.
"Lo principal es la unidad y consenso sobre lo que queremos, estamos reflexionando esa victoria, cómo tomar ventaja de la misma, y cómo saber usar el poder que hemos adquirido. La legalización tendrá que ir poco a poco", enfatizó.

Organizaciones de migrantes.

Anteriormente se ha descrito la importancia de las redes en la transnacionalidad, y en esta parte se mencionan sus características más acentuadas. Las primeras organizaciones de migrantes detectadas y estudiadas en los años 60 y 70 tenían estructuras organizativas informales, sin vida estatutaria, con una membresía inestable, y con más actividades y de convivencia social. El especialista Moctezuma (2005), señala que las redes sociales son inherentes a las comunidades de los migrantes, e indica que aquéllas se inician originalmente de forma individual y/o familiar, sin llegar a integrar alguna comunidad transnacional. Es decir, el hecho de que en los lugares de destino nazcan redes sociales, marcan indicios, pero sólo eso, de que se encuentra en proceso de formación la comunidad transnacional.
Falta entonces que se formen las llamadas comunidades hijas, que se convierten en la base donde surgirán los comités sociales, sin que necesariamente evolucionen por ese mismo rumbo; puede que otros, por caminos distintos, desarrollen otro tipo de redes mucho más extensas que deriven en asociaciones o clubes de migrantes.
Primero, los migrantes integran las comunidades filiales, entendidas como el núcleo de migrantes establecidos (de origen y destino), aunque no toda comunidad filial puede dar origen a la organización migrante. Es decir, que las primeras organizaciones de migrantes (léase: comunidades filiales) no contenían alguna formalidad, ni estatutos. Más bien se inclinaban por las actividades cívicas y de convivencia social. Sus objetivos eran explícitos, donde sus prácticas se diferenciaban muy poco de lo que efectuaban los equipos deportivos, los amigos y familiares. Aquí, la vida comunitaria sobresalía (y sobresale) de la estructura organizativa, lo cual sigue ocurriendo hasta nuestros días. Las comunidades filiales de los Estados Unidos comparten su cultura de origen con la de destino
De las comunidades filiales se derivan los comités de pueblos: es en esta formación donde pasan de la acción comunitaria a la propiamente participativa, caracterizándolos el involucramiento y compromiso con las prácticas binacionales, metas, proyectos y utopías. Es esto último lo que hace posible que se eleven de agentes a sujetos sociales (Moctezuma: 2005). Lo que caracteriza permanentemente a los comités de pueblos son las obras sociales que realizan en sus lugares de origen, pagadas íntegramente por los propios migrantes en forma de remesas. Los primeros migrantes destinaron muchos recursos a la fiesta del pueblo, del santo patrono, donando ambulancias, autobuses, a personas de la tercera edad e incluso a indigentes. En sus inicios sus acciones eran “esporádicas, escasas, poco formales e invisibles para la sociedad y el Estado” (Moctezuma, 2005: 66). En síntesis, eran relaciones culturales, de reforzamiento de la identidad.
Este proceso, tiene un mínimo de formalidad y de legitimidad que les permite negociar con las autoridades de los municipios, y excepcionalmente con el Estado, sin pasar desapercibido en este nivel la alta significación de las remesas en su monto e impacto. Pese a ello, sus prácticas aún son muy locales.
Las organizaciones que han trascendido a la comunidad, son aquéllas que han madurado y rebasado a los comités: cada asociación de migrantes se encuentra referida no sólo a la entidad mexicana del lugar de origen de los migrantes, sino al radio de acción que tiene en los Estados Unidos, incluyendo además a varios clubes o comités que ya han adoptado la denominación de sus comunidades de origen. “Es decir, se trata de estructuras permanentes con un alto grado de formalización, reconocimiento y legitimidad social, basadas en la colectividad y la práctica binacional de sus miembros” (Moctezuma, 2005: 69). Esto configura lo que el autor denomina migrante colectivo u organizado, en tanto que es sujeto social transterritorial.
Actualmente, las asociaciones han pasado a una etapa de maduración, integrando a varias organizaciones de segundo nivel en diferentes localidades de Estados Unidos, dando cuenta este procesos de tres aspectos distintivos: 1) el establecimiento de varios circuitos poblacionales previos (Durand: 1988) ; 2) transición de los clubes a las asociaciones regionales en los Estados Unidos, y 3) la conformación de la asociación de asociaciones, es decir, lo que viene a ser una confederación. Éstas vienen a definir, en sus procesos maduros y evolucionados una diferenciación de sus actividades organizativas y comunitarias, distinguiendo con claridad las actividades de inversión empresarial y de organización política. Así han salido iniciativas pioneras en lo empresarial como los programas zacatecanos de Uno por Uno, Dos por Uno y Tres por Uno, mientras que en el aspecto político, el Frente Cívico Zacatecano, haciendo alianza con el AFL-CIO, protagonizó la defensa en California de las licencias de manejo; además fue protagonista único en la promoción de la Primera Iniciativa de Reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, que viene a ser nada más ni nada menos que una iniciativa de Ley Migrante. En ella, de modo muy general se plantea brindar apertura a la participación de los migrantes zacatecanos en las decisiones políticas, que incluyen las de naturaleza ciudadana.
- Las organizaciones de migrantes, desde la óptica de la migración (Castellanos, 2006) afirma que las organizaciones de migrantes podrían clasificarse en:
- Redes de inmigración cuyo objetivo principal es el movimiento de personas, unidades familiares y la migración en cadena.
- Redes que tienen un enfoque más transnacional, pues sus actividades (en los ámbitos económico y político), se dirigen principalmente hacia su país de origen.
- Redes que actúan principalmente en el ámbito local en el país de destino.
Lo que debe precisarse es que estas redes son multidimensionales y cambian según su tipo. Por un lado, la ayuda que éstas prestan puede ser esencial y con una duración larga y estable, mientras que en otras, sus prácticas pueden ser secundarias y con un carácter de tiempo limitados.
Al inicio, los migrantes se organizan en redes pequeñas de conocidos y paisanos, lo que les permite afrontar el ambiente hostil que muchos inmigrantes perciben a su llegada. Los migrantes que se incorporan a las distintas asociaciones buscan superar las dificultades cotidianas; sin embargo, al transcurrir el tiempo las organizaciones adquieren múltiples dimensiones, tornándose sus relaciones más complejas debido a los contactos que tiene con sus comunidades de origen, llevándolos a construir prácticas transnacionales por sus constantes relaciones económicas, sociales y culturales. Los vínculos iniciales con sus comunidades de origen se limitan al contacto que mantienen con sus familias mediante el envío de remesas, entre otros. Pasado algún tiempo, las organizaciones crecen y sus mismas necesidades hacen que sus relaciones y acciones reivindicativas se trasladen del terreno de lo local al transnacional, pues se enfocan en aspectos de la defensa de los derechos civiles (derecho al voto o la legalización de su situación, por ejemplo), y protección y denuncia por discriminaciones.
Las organizaciones mexicanas en Estados Unidos son un ejemplo de las prácticas de la inmigración, pues han consolidado una extensa red que cuenta con más de 583 organizaciones en 30 ciudades, permitiéndoles fortalecer sus vínculos con sus lugares de origen. Las continuas luchas han llevado a las organizaciones mexicanas a transformar sus formas organizativas en otras más complejas como las federaciones, que incluyen asociaciones de diversas regiones mexicanas, lo que representa una afiliación de miles de migrantes.
Según Castellanos (2006), citando al Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) con cifras de 2004, la comunidad mexicana en Estados Unidos se encuentra concentrada fundamentalmente en los Ángeles, ciudad en la que se encuentran “218 clubes y federaciones de oriundos; le sigue Chicago, con casi 170 organizaciones; mientras que los estados de origen con mayor número de clubes son Zacatecas (132), Jalisco (99), Guerrero (49), Guanajuato (48), Michoacán (35), Puebla (34), Oaxaca (31) y Nayarit (25). Dentro de éstas por ejemplo, se encuentran organizaciones como el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, que tiene entre sus principales objetivos la defensa de la salud y los derechos humanos de los pueblos indígenas”. A estas prácticas deben sumársele consecuencias como la formación de identidades colectivas más amplias a escala técnica y regional.
oikos mailing listoikos@lists.yumka.com

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