lunes, diciembre 22, 2008

Salarios mínimos

COMUNICADO DE PRENSA

México, D.F., 16 de diciembre de 2008

SEGUIRA EMPOBRECIMIENTO DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS;
LA CRISIS, UN PRETEXTO PARA LA CONTENCION SALARIAL

• Lamentable la decisión de la CNSM que solo convalida la política de contención salarial del gobierno

El incremento de 4.6% en los salarios mínimos, anunciado este jueves, es una nueva burla, puesto que la cifra está muy por debajo del aumento del costo de la vida, lo cual condena a los trabajadores y sus familias a pagar, de nueva cuenta, los costos de la crisis económica actual y agudiza la debacle del salario mínimo como producto de una política gubernamental dedicada exclusivamente a defender a los más poderosos económicamente.

Si bien es cierto que existe un contexto económico desfavorable, éste lo es para todos, pero son los trabajadores los que tienen que afrontar las mayores desventajas, prueba de ello es que a los empresarios se les dan estímulos y apoyos fiscales, y se les rescata con cantidades estratosféricas salidas de los bolsillos de los ciudadanos, entre ellos de los propios asalariados.. Nuevamente, la crisis se convierte en el mejor pretexto de empresarios y gobierno para contener los salarios, y de hecho expropiar una parte de su valor.

El aumento decretado para el año 2009 significa que los trabajadores recibirán apenas 2.27 pesos más al día, con ello sólo se pagaría un viaje en metro, mientras que los precios de los productos básicos han subido en estos años en porcentajes que van de 10 al 25 por ciento. Sólo el precio de la gasolina ha tenido 37 incrementos en este año con los subsecuentes efectos inflacionarios en los precios de los básicos.

El porcentaje en que crecerán los minisalarios para el próximo año contrasta dramáticamente con el incremento de la inflación, que ya para noviembre de 2008 se encontraba en 6.23 por ciento, de acuerdo con las cifras del propio Banco de México.

Pero la situación se agrava al revisar los precios de la canasta básica que hasta el mes pasado reportaba un crecimiento de 8.28 por ciento, este indicador es el que refiere de manera más directa el comportamiento de precios de los alimentos. Esto, comparado con el irrisorio aumento a los minisalarios ahonda todavía más la ya de por sí amplia brecha entre ambos por el deterioro en el poder de compra de los trabajadores.

Desde hace tiempo el movimiento sindical auténtico ha señalado la inoperancia de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM), pues ha sido un organismo que únicamente ha servido para convalidar la política de contención salarial del gobierno. Es urgente la creación de un mecanismo más efectivo, con la mayor autonomía posible respecto del gobierno para establecer los salarios mínimos y que, verdaderamente, fije una ruta para recuperar el poder de compra de los salarios.

La decisión tomada por la CMSM, en consonancia con la política económica proempresarial del gobierno de Felipe Calderón condena a millones de trabajadores mexicanos a un mayor castigo; las familias se verán obligadas, cada vez más, a enrolarse en el mercado de trabajo informal. Esta situación anterior desdice las promesas de campaña presidencial de Felipe Calderón y sus recientes declaraciones quien aseguró que se protegería el salario y el empleo.


Para este tercer año de gobierno de Calderón todo hace indicar que lo que más se generará es un creciente desempleo, mientras que el salario mínimo se enfila hacia el mayor retroceso en poder de compra de las últimas décadas.

A este escenario complicado para los trabajadores, se suman las decisiones de elevar las tasas de interés por parte del Banco de México, lo que encarece el crédito y eleva el monto de las deudas de de la población, lo que finalmente ocasiona un incremento de la cartera vencida.

Es urgente que el movimiento sindical exija, de manera unificada un aumento de emergencia para resarcir el poder adquisitivo, el cual no tiene por qué ser repercutido en la inflación, dado que los salarios han reducido drásticamente su participación en los costos de producción de las empresas en las últimas tres décadas. Los grandes empresarios y el Estado tienen capacidad de sobra para otorgar ese aumento y en el caso de las pequeñas y medianas empresas deben ser apoyadas para poder otorgarlo también.

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