domingo, enero 11, 2009

Barbarie planeada

ANNE MARIE MERGIER

El ataque de Israel a la Franja de Gaza contó con la aprobación de Estados Unidos y Egipto, y con el silencio cómplice de la Unión Europea y de varios países árabes. Su objetivo: destruir la infraestructura militar y civil de este territorio palestino, aniquilar a cuadros y miembros de la dirección política de Hamas y aterrorizar a la población para evitar cualquier resistencia.
Así lo afirma en entrevista con Proceso Michel Warschawski, prestigioso intelectual israelí de izquierda, quien llama la atención sobre un hecho: a tres semanas de que se realicen elecciones en Israel, los políticos que apoyan los ataques repuntan en las encuestas.
París.- "¡Tres horas de tregua cada día para dejar pasar camiones con comida y medicina! ¡Tres horas de calma y después 21 horas de bombardeos aéreos permanentes y cruentos ataques por tierra y mar! ¡Es todo lo que Estados Unidos, la Unión Europea, los países árabes y Naciones Unidas lograron arrancar a Israel dos semanas después del inicio de su operativo Plomo Endurecido contra la Franja de Gaza!", exclama indignado Michel Warschawski.
Después de un breve silencio, admite:
"Eso me recuerda una imagen atroz de la Segunda Guerra Mundial: la de la Cruz Roja Internacional que repartía galletas y chocolates en los campos de la muerte nazis. Por supuesto, no comparo lo que pasa en Gaza con el Holocausto. Pero hay algo profundamente malsano, cínico e hipócrita en toda esa gesticulación israelí e internacional acerca de los convoyes humanitarios. ¡Lo que urge en Gaza no es dar de comer a la gente entre dos bombardeos mortíferos! ¡Lo que urge es detener de inmediato esa carnicería!"Hijo de un famoso rabino, Michel Warschawski vivió en Francia hasta los 16 años. Luego se mudó a Israel, en donde inició estudios talmúdicos. Pero su vida cambió de rumbo. En 1967 empezó a militar en organizaciones políticas de izquierda y antisionistas. En 1984 creó el importante Centro de Informacion Alternativa, con sede en Jerusalén y Ramalah (Cisjordania), que agrupa a varias organizaciones pacifistas israelíes y palestinas. Agudo analista político, Warschawski lleva varias décadas radiografiando sin concesión a la sociedad israelí en numerosos artículos y una quincena de libros considerados como referencia en Europa, pero duramente criticados en su propio país. El título de su obra más reciente, publicada en 2008, es explícito: Programa del desastre: la política israelí en marcha. La corresponsal contactó por teléfono en Jerusalén a este intelectual judío iconoclasta. -Usted tiene muchos amigos palestinos en Gaza, ¿logra mantener el contacto con ellos? -Nuestras comunicaciones telefónicas son breves. Sé que llevan 12 días aterrados, asediados, encerrados en sus casas, preguntándose cuándo los alcanzarán las bombas y los obuses. ¡Hace tantos años que enfrentan situaciones infernales! Sienten miedo, como todo el mundo, pero tienen una fuerza impresionante que siempre les permite resistir. "En realidad, lo que observo con suma atención es el impacto de esa guerra en los propios israelíes. No quiero decir que el destino de mis compatriotas me importa más que el de los palestinos, pero entre más pronto esa guerra se vuelva impopular, más rápido acabará."
-A finales de diciembre pasado, entre 80 y 85% de los israelíes aprobaba los bombardeos aéreos contra Gaza...
-Sí, pero la ofensiva terrestre convenció a muchísima menos gente. Y desde esta mañana (miércoles 7) observo los primeros síntomas de un cambio en la opinión pública. Ya algunos intelectuales que aplaudieron la ofensiva empiezan a decir "basta".
-¿Fue el bombardeo de una escuela administrada por la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) lo que impactó a los israelíes?
-Ciertamente, esa masacre de Jabalia, en el norte de Gaza, que costó la vida a más de 40 personas refugiadas en esa escuela para protegerse de los bombardeos, sacudió a los israelíes. Los obligó a mirarse en el espejo y se vieron muy feos. Ese crimen provocó, además, un electrochoque a nivel internacional. "Siempre pasa igual. De repente, se comete 'la barbarie de más' que traumatiza a todo el mundo y empieza a cambiar el rumbo de este tipo de agresión masiva.
Llevamos dos semanas de matanzas brutales, pero la de Jabalia hizo derramar el vaso dentro y fuera del país. Las primeras bajas en el ejército israelí juegan, además, un papel capital en la evolución de la opinión pública, que no soporta las imágenes de sus soldados muertos y heridos. Es obvio que vamos a empezar a entrar poco a poco en una fase de negociaciones políticas.
-El gobierno israelí se dijo interesado en la propuesta de tregua presentada por los presidentes de Egipto y Francia, el miércoles 7, al tiempo que anunció que iba a reforzar aún más su ofensiva terrestre. ¿Cómo explica esa contradicción?
-No hay tal contradicción.
La administración estadunidense de George W. Bush aprobó la operación Plomo Endurecido. La Unión Europea distó de oponerse. Los llamados gobiernos árabes moderados se quedaron callados. Peor aún, en vísperas de la ofensiva contra Gaza, la ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, viajó a El Cairo y expuso el plan al presidente egipcio Hosni Mubarak, que dio su visto bueno. El hecho fue revelado por el diario Haaretz y fue ampliamente comentado en Israel y en todo el mundo árabe. "Todos estos aliados de Israel le dieron dos semanas para cumplir su meta, a sabiendas de que después de ese lapso tendrían que hacer públicamente presión para interrumpir la ofensiva. Estados Unidos asumió perfectamente su papel: sostuvo incondicionalmente a Israel, impuso su veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas -que quería condenar la operación Plomo Endurecido- y frenó todo tipo de iniciativas a favor de los palestinos. Logró así dar un poco más de tiempo a Israel. Pero ya se va acabando el plazo. Es por eso que Israel habla al mismo tiempo de guerra y de paz. Seguirá haciendo la guerra hasta el último minuto, y después iniciará negociaciones políticas.
-Numerosos expertos europeos confiesan que les es difícil definir cuál es la meta exacta de la operación Plomo Endurecido. Los dirigentes israelíes difieren entre sí. Unos pretenden aniquilar la capacidad ofensiva de Hamas. Otros hablan de desmantelar al gobierno encabezado por Ismael Haniye o de borrar de la faz de la Tierra al Ezzedin Al Kassam, el brazo armado de Hamas.-Allí está el problema. Nadie entiende cuál es el objetivo real de esta agresión. Creo que una de las lecciones que los estrategas israelíes sacaron de la derrota militar de 2006 en Líbano fue la de ser bastante vagos en sus declaraciones. En 2006, las más altas autoridades militares y políticas se jactaban de poder acabar de una vez por todas con Hezbolah. Su fracaso fue rotundo. Ahora no se atreven a hablar de erradicar a Hamas. Conforme pasa el tiempo, se limitan a decir que lo quieren debilitar.
"Manipulaciones"
-Usted lleva cuatro décadas analizando lo que pasa en Israel. Más allá de lo que dicen o no dicen los estrategas israelíes, a su juicio, ¿qué se esconde detrás de su ofensiva?
-Creo que quieren marcar con hierro candente la conciencia de los palestinos y de sus líderes. Esa expresión no es mía. La usan unos generales israelíes. Quieren aterrorizar a la población y a sus líderes para domarlos y matar cualquier intención de resistencia en su seno. Su meta es global: aniquilar toda la infraestructura que puedan, y no solamente destrozar la de Hamas y de sus fuerzas armadas. Quieren dejar puros escombros en toda la Franja. De igual forma, buscan liquidar a todos los miembros de la dirección política de Hamas que puedan y a sus cuadros.
-Hace algunos meses, en ciertos círculos israelíes se analizó la posibilidad de volver a controlar militarmente a Gaza y de dividir la Franja en tres zonas que no podrían comunicarse entre sí. Se presentó ese plan como la mejor forma de aislar y debilitar a Hamas.
-Efectivamente. Se habló inclusive de instalar un gobierno militar israelí en la Franja de Gaza. Ese proyecto me parece descabellado. La realidad del terreno y la coyuntura internacional no permiten llevarlo a cabo.
-Algunos especialistas europeos piensan que la meta de Israel es sacar a Hamas del poder en Gaza para dar las riendas de la Franja a Al Fatah y a Mahmud Abbas (presidente de la Autoridad Nacional Palestina).
-En Israel hay quienes tienen ese sueño absurdo. Imaginan a Mahmud Abbas llegando triunfalmente a Gaza trepado en los tanques israelíes. El silencio de Abbas en las dos últimas semanas le restó la poca credibilidad que le quedaba. Hoy el personaje se ha vuelto patético. Tanto en Gaza y Cisjordania como a nivel internacional, Abbas aparece como una especie de mediador, el mismo título que Mubarak. Tomar el poder gracias a Israel lo condenaría para siempre, tanto en Gaza como en Cisjordania.
-En artículos, entrevistas y conferencias usted se opone a la versión oficial, según la cual Hamas rompió la tregua.-¡Que quede claro! Yo disto de ser partidario de Hamas. Pero creo que es tiempo de denunciar las manipulaciones de gran parte de la prensa occidental. En 2005, la comunidad internacional acorraló a Hamas para que participara en las elecciones legislativas palestinas. El resultado sorprendió a todo el mundo, inclusive al mismo movimiento religioso que las ganó. De inmediato aceptó la formación de un gobierno nacional, en el que Al Fatah estuvo más representado que Hamas.
-Pero algunos meses después, Hamas sacó militarmente a Al Fatah de Gaza.
-Es otra manipulación. Bajo protección del ejército israelí, Abbas intento dar un golpe de Estado en la Franja de Gaza. El golpe abortó y sus tropas huyeron a Egipto. Entonces Abbas decidió retirar su administración de Gaza, rompió todo lazo con la Franja y aceptó que, en 2006, el pequeño enclave palestino fuera considerado por Israel y la comunidad internacional como una 'entidad hostil'. "Durante 18 meses se encerró herméticamente a millón y medio de palestinos en la Franja de Gaza. Los primeros cohetes contra Israel no los disparó Hamas, sino el Jihad Islámico y otros grupúsculos. Hamas se lanzó muy tarde en el uso de estos cohetes. En junio de 2008 se llegó a una tregua entre Israel y Hamas, bajo los auspicios de Egipto. Hamas se comprometió a no disparar contra civiles israelíes, e Israel a abrir 'las puertas' de Gaza hacia Cisjordania, Egipto e inclusive hacia el propio Israel. Nunca se abrieron esas puertas. Por el contrario, se agudizó el cerco de Gaza, asfixiando literalmente a sus habitantes y llevándolos al borde de la crisis humanitaria. Se realizaron varias incursiones militares israelíes. Replicó Hamas, y allí estamos ahora."
-¿Hamas sólo dispone de cohetes para enfrentar el ejército israelí? -Hamas dispone de muchos medios para desestabilizar a Israel. Está bien plantado en Cisjordania y puede transformar los territorios palestinos en un verdadero atolladero para las fuerzas israelíes, porque no se puede aislarlos del mundo. Están totalmente rodeados por colonias judías muy pobladas. Hamas puede decidir el retorno a su estrategia de atentados suicidas en Israel. Abandonó esa arma hace algunos años pero, en caso de necesidad, puede estar de nuevo dispuesto a acudir a ella.
-Entre los elementos que aparecen como telón de fondo de la operación Plomo Endurecido, es difícil no pensar en las elecciones generales del próximo 10 de febrero en Israel.
-Es quizás el componente más obsceno de esta guerra. En los sondeos, Benjamin Netanyahu, que no está en el poder ahora, era favorito para asumir el cargo de primer ministro. Pero 'gracias' a las masacres de palestinos, Tzipi Livni va avanzando, y Ehud Barak, cuyo partido Laborista se había derrumbado, se vanagloria ahora de ir ganando puntos en los sondeos. Hace dos semanas, la muerte de 300 palestinos le aseguró 30 mil intenciones de votos adicionales. ¿Cuántas más habrá ganado ahora que el número de muertos rebasa los 600? "Livni, Barak y Netanyau juegan con fuego. La operación Plomo Endurecido es una bomba que puede explotarles en las manos." l

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