martes, enero 20, 2009

Columna Asimetrías. Estado Fallido, Obama y México




20 enero 2009




"Cuando Calderón llegó al gobierno se encontró con una situación de mucho deterioro".

Patricia Espinosa, secretaria del despachgo de Relaciones Exteriores.



I

El vector central de la relación bilateral de México y Estados Unidos durante el inminente presidencialado de Barack Obama, que se inicia hoy, es la percepción que éste tendría de Felipé Caldertón y la realidad mexicana.

Para el señor Obama, el Estado mexicano es un Estado fallido, a la luz de lo que sus asesores en matertia de relaciones exteriores de EU y el trato bilateral le ofrecen. Esa percepción, empero, no es gratuita.

Cierto. De hecho, ha trascendido que durante su encuentro con el señor Calderón, don Barack pareció robustecer esa percepción acerca de la condición de Estado fallido con la que se le define al mexicano en EU.

Más esa percepción no existe solamente en los cenáculos de las relaciones exteriores y del poder político en EU ni en los mentideros académicos del trato bilateral, sino también en otros países.

En América Latina y Europa, por ejemplo, en ciertos Estados nacionales se advierten percepciones en el sentido de que el Estado mexicano es un Estado fallido. La clave es la definición misma de Estado fallido (ver glosario).

Cierto. En EU, tanto en círculos militares como en los de las relaciones bilaterales, la definición de Estado fallido responde a los paradigmas estratégicos de cierta vertiente de las ciencias políticas e incluso sociales.

II

Es más, esos paradigmas estratégicos privilegian los imperativos --premisas y silogismos-- de los intereses de la seguridad nacional de un Estado (en el caso, el mexicano) y sus efectos en Estados vecinos/aliados como el de EU.

Desde esa perspectiva, la difusión del estudio del Pentágono, coordinado por el general Barry McCaffrey, responsable hace algunos años del combate al narcotráfico en EU, tiene plusvalía política.

Vero. Pudiere suponerse que la difusión de dicho estudio es la respuesta indirecta del señor Obama a la solicitud de don Felipe de que EU participe directamente en la "narcoguerra" calderonista.

Señálese que don Barack no dióle respuesta al señor Calderón durante el encuentro de ambos, hace una semana en Washington. El mexicano, como sabríase, propuso una "alianza estratégica", para la seguridad binacional.

Ello nos exhibe que el mexicano --o su secretaria de despacho, la señora Espinosa, o el embajador de México en EU-- o ignora y desconoce la cultura del poder político-militar en EU o, si la conoce, está muy desesperado.

La solicitud misma del señor Calderón de una participación directa de EU --equivalente a una intervención militar de hecho de EU en México-- tiene ese móvino abrir esperado, la de asirse al proverbial clavo ardiendo.

Es incluso un principio muy arraigado desde el siglo XIX en EU no abrir frentes de guerra cerca de sus fronteras. La guerra con México (1846-48), si bien redituó un gran botín territorial también dejó moralejas.

III

Esas moralejas se reforzaron durante la Guerra de Secesión (1861-1865). Desde entonces, EU no hace guerras cerca de sus fronteras, sino lo opuesto, mientras más lejos mejor. Esa noción rige su política bélica.

Las intervenciones militares de EU en México, Nicaragua y Dominicana en el siglo XX fueron sólo "demostración de fuerza" con fines disuasorios de objetivos de política exterior, aunque hubo combates (como en Veracruz).

Ello explica en gran medida por qué se privilegia el bloqueo a Cuba y no se le ha sustituido por una guerra contra el gobierno cubano. La isla está muy cerca del territorio estadunidense, aunque el bloqueo sea acto de guerra.

Ello, desde luego, no descarta la demostración de músculo militar estadunidense en países vecinos, para reforzar acciones de política. Pero la narcoguerra en México requeriría escala plena de operaciones militares.

Y, en esas operaciones militares, las probailidades de victoria serían magras. ¿Por qué? Porque las fuerzas armadas estadunidenses (o las mexicanas) no están estructuradas para a un tipo policiaco de acción.

Mayor apoyo de EU podría ser logístico y financiero, como ha sido hasta hoy, pero sobre todo político. Para ello, el Estado mexicano tendría que convencer a los estadunidenses de que no es un Estado fallido.

Pero, ¿es en realidad el Estado mexicano un Estado fallido? ¿Es esa una percepción errónea o correcta? ¿Y hasta qué punto es un Estado fallido? ¿Y bajo qué paradigmas es considerado y descrito así? Será el tema de mañana.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Estado fallido: existen varias teorías político-sociológicas de Estado fallido: una, estrictamnte discernida en términos de la seguridad de los elementos constitutivos del Estado y de éste mismo ante desafíos a su existencia material y moral. Otra, la de que un grupo o facción (v.gr., el hampa de la política) o estrato o clase social dominante pervierte al Estado que lleva a l poder político a atentar contra los demás elementos constituvios, sobre todo el pueblo, como parece ser el caso mexicano. Una tercera teoría es la que describe al Estado fallido como un Estado francamente antisocial. Otra teoría es la de que un Estado es fallido cuandio pierde control parcial o total sobre su territorio o su soberanía, que también aplicaríase al caso mexicano.

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