martes, febrero 17, 2009

Columna Asimetrías¿Proyecto de Nación?


Por Fausto Fernández Ponte


17 febrero 2009
ffponte@gmail.com

"En México y concretamente en Nuevo León la democracia está de luto".
Mauricio Fernández, prominente panista.


I

Los personeros del poder político del Estado mexicano --emblematizado de facto en la investituda del Presidente de la República-- hablan no sin frecuencia somnífera, del "proyecto de nación" que precononizan y que, sin duda, construyen.

Mas ocurre que esos personeros del poder político del Estado representan, con arreglo al marco legal, los intereses de los partidos políticos y, dentro de éstos, los de las facciones, corrientes --o grupos o "tribus"-- y no de los de la sociedad.

Éstos últimos intereses --los de la sociedad-- sson los de las entidades adheridas al pacto político-jurídico (o constitucional) que encuerpa a los Estados Unidos Mexicanos y a sus habitantes distribuidos en 300 distritos electorales.

Dado ese contexto, ¿cuál es el proyecto de nación que preconizan y construyen los personeros del poder político del Estado mexicano, que son el titular del Ejecutivo y los miembros del Legislativo y el Judicial?

La interrogante sugiere otras, pues el titular del Ejecutivo es de un partido político con su propio proyecto de nación, en tanto que los miembros del Legislativo y ministros del Judicial insisten en tres, si no es que cuatro, proyectos de nación, todos ellos antipodales., por plutocráticos.

¿Cuál sería el proyecto de nación que concite y convoque mayor consenso y, adhesión social mayoritaria? Ninguno, sería la respuesta. Incluso, los gobernadores --verdaderos sátrapas de sus baratarias-- tienen proyectos de nación dispares, que son antagónicos.

II

O carecen de ellos. Muchos legisladores carecen también de proyectos de nación; lo mismo pudiérese decir sin hipérbole acerca de los ministros judiciales. Su proyecto de nación sería, si acaso, el de tener asegurado sus altísimos salarios y gajes.

Seguir viviendo del presupuesto de ingresos del poder político del Estado. No en vano el ya fallecido político y diplomático veracruzano César Garizurieta, autor de un libro filosófico-humorístico titulado El Apóstol del Ocio, acuñó el aforismo de que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

Así, desde el proyecto de nación crematístico --el de no vivir en el error si se está fuera del presupuesto de ingresos-- hasta la cosmovisión panista (para muchos muy similar a la vaticana, la priísta e incluso a la de ciertos perredistas), lo vero es que el país tiene dilemas. Grandes dilemas.

Por atañer éstos dilemas a la existencia misma de México --como entelequia que se concreta filosófica, jurídica, política y culturalmente en el Estado mexicano--, éstas disyuntivas causan conflictos hondos. Como abstracción sábese qué se querría o habría querido, más no qué se quiere.

No sabe el mexicano cómo verbalizar para fines de concreción sus abstracciones acerca de lo que querría, para qué lo querría y cómo lo querría. Nótese que el verbo querer es conjugado aquí como condicional simple pospretérito. Querría no quiere querer o que quiere ni que querrá.

Pero más allá de los matices del verbo para identificar un anhelo popular, lo que emerge como verismo es que los mexicanos parecen no saber con axactitud y certeza si poseen, en un sentido colectivo y contractualista --de contrato social-- un proyecto de país.

III

El tema es asaz atinente, a propósito del proceso electoral convocado para el 5 de julio para renovar la Cámara de Diputados -- cuerpo colegiado que conforma el poder político del Estado--, pues los aspirantes a curules no preconizan ni remotamente salidas a la crisis ocurrente.

Esos aspirantes --o precandidatos--, si se analizan sus trayectorias públicas respectivas, han tenido --y tienen-- responsabilidad como autores intelectuales y materiales de la crisis; ésta deviene de la hibridación de un proyecto de nación demostradamente inviable.

Esa responsabilidad, si bien puede comprenderse en términos estrictos de la moral política y la ética social, es criminógena, contribuyendo a la comisión de una forma de genocidio que antojaríase perversa. El proyecto actual es acusadamente antisocial; antipueblo.

¿Y por qué es antisocial la mixtura de proyecto de nación que trátan de instrumentar los personeros del poder político del Estado? Porque fomenta la corrupción y la ineptitud y ha creado más pobreza y desempleo (desigualdad e injusticia) y estilos inicuos de ejercer el poder.

Los aspirantes a representar a los mexicanos en la Cámara de Diputados son abanderados de los proyectos de nación cuya hibridación es ajena y hasta opuesta a los intereses sociales. ¿Por qué votar por ellos, si proponen más de lo mismo y por añadidura empeorado?

No es de sentido común votar a favor de quienes nos mantienen en la crisis y cuyas promesas electorales son las de profundizar ésta. Esos precantidatos responden precisamente al interés de reforzare un proyecto de nación que tiene a México sin crecer desde hace 27 años.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Contratualista: dícese de aquello adherido a un contrato social entendido éste como norma deontológica.

Hibridación: de híbridar. Se dice de todo lo que es producto de elementos de distinbta naturaleza. Proceso de hibridar. Convertir en híbrido algo.

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