sábado, febrero 21, 2009

Cuba: el círculo íntimo de Raúl Castro

LA HABANA, 20 de febrero (apro).- El presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, cerró su círculo íntimo de poder al nombrar a tres de los hombres de su absoluta confianza --dos de ellos militares y que representan la generación histórica de la Revolución-- como vicepresidentes del Consejo de Ministros.En los hechos, Raúl Castro concentraría el mayor número de responsabilidades del Estado en un reducido grupo personas que le son cercanas. Más aún, con los nombramientos de dos hombres del selecto Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC): Ramiro Valdés (76 años) y actual ministro de Informática y Comunicaciones, y el general Ulises Rosales del Toro (66 años), titular de Agricultura, la generación que combatió en la Sierra Maestra –los llamados "históricos"-- reasume el control de todas las decisiones de gobierno en la isla. Valdés y Rosales del Toro se suman al grupo más cercano del mandatario cubano, entre los que se encuentran otros siete dirigentes políticos, todos los cuales ocupan los principales puestos en el Consejo de Ministros.Ellos son José Ramón Machado, José Ramón Fernández, Ricardo Cabrisas, Otto Rivero, José Luis Rodríguez, Pedro Miret y Osmany Cienfuegos. Valdés es uno de los históricos más cercanos a los hermanos Castro, al lado de quienes combatió desde los inicios de la lucha revolucionaria. Fue jefe y fundador de la Seguridad del Estado en 1959, y primer titular del Ministerio del Interior, de 1961 a 1968. Del Toro, exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, fue nombrado ministro de Agricultura en noviembre pasado, luego de desempeñarse como titular del Azúcar desde 1997. El tercer nombramiento fue el de Jorge Luis Sierra (47 años), ministro de Transporte, uno de los hombres de la tercera generación de dirigentes cubanos que ha logrado tener la confianza absoluta del presidente Raúl Castro, a pesar de no pertenecer a la generación histórica que hoy dirige el país. Sierra es ingeniero mecánico, miembro también del Secretariado del PCC. Los nuevos nombramientos en el Consejo de Ministros confirman el alejamiento del poder de hombres que venían gobernando al lado del exmandatario Fidel Castro y quienes ahora realizan un trabajo más técnico, sin la presencia mediática y política de antaño.Es el caso de Carlos Lage, secretario del Consejo de Ministros y de su Comité Ejecutivo –equivalente a primer ministro--, responsable de la política económica y funcionario clave del gobierno de Fidel en las dos recientes décadas. En abril del año pasado, Raúl Castro dio el primero golpe de timón al regresar a los primeros planos de la vida política nacional a personajes de la generación histórica.En ese mes nombró a siete dirigentes en la cúpula del PCC –"fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", según la Constitución-- para garantizar, dijo en ese entonces, la "continuidad de la Revolución". Raúl Castro propuso la constitución de una comisión de miembros del Buró Político presidida por él y en la que estarían también hombres como José Ramón Machado, el comandante de la Revolución Juan Almeida y los generales Abelardo Colomé y Julio Casas.La comisión es una especie de Contraloría política y Estado Mayor del partido, que habrá de tomar decisiones trascendentales para el país En el grupo también fueron incluidos dos hombres que no forman parte de la generación histórica: Carlos Lage y Esteban Lazo.Sin embargo, ellos han jugado un papel secundario frente al poder que tiene el núcleo de veteranos de la Sierra Maestra. En esa ocasión el Comité Central eligió a tres nuevos miembros del Buró Político: al mencionado comandante de la Revolución, Ramiro Valdés; al general Álvaro López Miera, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y a Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba. La llamada generación histórica, compuesta en su mayoría por septuagenarios, tiene así hoy los principales cargos en el Buró Político del Partido Comunista y en lo Consejos de Estado y de Ministros.Entre estos destacan el activismo en el poder de los dirigentes históricos vivos: Juan Almeida, Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías.

Un año de gobierno

Este martes 24, Raúl Castro cumplirá un año como presidente del Consejo de Estado de Cuba. Desde que asumió el cargo anunció cambios estructurales en la economía de la isla para salvarla de un colapso, así como modificaciones constitucionales para elevar el nivel de vida de la población.Además, abrió las puertas a un posible diálogo con Estados Unidos.Raúl Castro heredó un país con graves dificultades económicas y un contexto internacional adverso.En principio anunció una serie de medidas. Entre ellas: la apertura de los sectores agrícola, comercial y de servicios a empresarios y cooperativistas; la entrega de tierras ociosas a campesinos; la flexibilización en las salidas de cubanos al exterior y la eliminación de prohibiciones excesivas que existen en todo el país. Para muchos analistas, Cuba concluyó hace un año una larga etapa de su vida política encabezada durante casi medio siglo por Fidel Castro, e inició un nuevo ciclo con un gobierno encabezado por su hermano Raúl, un militar de alto rango y combatiente de la Sierra Maestra. Según esos analistas, Raúl está llamado a realizar las reformas necesarias para lograr una economía que genere más divisas y abra a las empresas extranjeras sectores estratégicos, como el petróleo, azúcar o la minería, particularmente el níquel. Durante los 19 meses en que encabezó un gobierno interino, Raúl criticó la "ineficiencia gubernamental" y los "excesos de prohibiciones" para el pueblo cubano. Incluso impulsó un amplio debate en la sociedad sobre el futuro económico de Cuba. Siguiendo los pasos de su hermano, cambió el uniforme militar por el traje y la corbata durante su presentación en actos públicos.Sin embargo, en este primer año de gobierno, Raúl Castro no ha realizado los grandes cambios prometidos.Las principales medidas adoptadas desde el 24 de febrero de 2008, cuando asumió la presidencia en sustitución de su hermano Fidel, se han centrado en la cancelación de limitaciones que tenía la población cubana. En marzo pasado, el presidente cubano autorizó la venta libre en divisas, a partir del 1 de abril, de computadoras, DVD, microondas y otros aparatos eléctricos, cuya comercialización fue restringida a raíz de la crisis energética que enfrentó la isla en 2003. Abrió también la libre contratación de teléfonos celulares en divisas Los hoteles, reservados para extranjeros desde que comenzó el desarrollo acelerado del turismo internacional en 1993, abrieron sus puertas a los cubanos, en igualdad de condiciones, en pago en divisas, así como también se les levantó la prohibición de rentar autos. En abril pasado el gobierno decretó un alza general de hasta 20% a las pensiones a jubilados y a los pagos por asistencia social a familias con escasos recursos, lo que beneficia a más de 2 millones de cubanos.También aprobó un aumento salarial de hasta 55% para trabajadores del área judicial. Así mismo, elevó a "seguridad de Estado" la producción de alimentos y anunció la entrega masiva de tierras ociosas, la concesión de créditos al campo, el pago de mejores precios a los productores de leche, tubérculos, hortalizas, café y tabaco, y la venta de instrumentos y ropa de labor. Sin embargo, las altas expectativas que despertó la llegada de Raúl a la presidencia se diluyen conforme pasa el tiempo, pues existe una agenda de reformas pendientes.Aún está por autorizarse de forma oficial la compraventa sin restricción de automóviles y la revalorización del peso cubano frente al peso convertible (llamado CUC), con la intención de ir equiparándolos gradualmente y lograr una moneda única a mediano plazo. También está pendiente la eliminación de restricciones a la libre empresa y los 'cuentapropistas', lo que permitiría a los ciudadanos abrir pequeños negocios.Igualmente está en espera un tema neurálgico que la población aguarda con ansiedad: la reforma migratoria.Así mismo, el gobierno mantiene detenida la modificación de la Ley de Inmigración de 1976, que permitiría la eliminación del permiso de salida del país (la llamada tarjeta blanca). La comunidad diplomática acreditada en Cuba considera esta reforma como la de mayor trascendencia fuera y dentro de la isla.

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