lunes, febrero 16, 2009

Editorial. De la democracia de alto riesgo.



Año 6, número 2524
Lunes 16, febrero del año 2009

En medio de declaraciones triunfalistas por ambos bandos, como ya es costumbre en todas las democracias y pseudo democracias del mundo, terminó la vigilada votación que llevaron a cabo los venezolanos.

Cuya finalidad era aprobar o rechazar que quienes tengan cargos de elección popular puedan ser reelectos de manera indefinida.

Enmienda constitucional que lógicamente beneficiaría a su Presidente, quien sin reservas ha dicho que necesita más tiempo para dejar consolidado su proyecto de nación socialista.

En el que ha privilegiado la economía estatal y social, en menoscabo de la iniciativa privada, con la que triunfalmente se ha enfrentado desde el inicio de su mandato.

Pero sin que faltaran las denuncias de violaciones y fraudes electorales, lo que también es casi necesario en las modernas democracias, el sistema automatizado que se utilizó para las votaciones fue efectivo, evitando que casi 17 millones de votantes tuvieran que hacer largas colas para emitir su sufragio.

La tranquila jornada terminó, al parecer, con un triunfo oficialista. El que esgrimió como campaña que habiendo “Revocación de Mandato”, la reelección indefinida no debía porqué bloquearse.

Solo resta el fallo de las Autoridades correspondientes para oficializar el triunfo de los chavistas en contra de los oligarcas; pero todo indica que el carismático y sin duda popular Mandatario, se ha salido con la suya.

Lo que evidentemente a algunos, como a los EEUU, no les va a gustar; pero ese es el alto riesgo que lleva implícito la Democracia.

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