lunes, febrero 09, 2009

Tribunal Electoral: recursos públicos, fines privados

Ernesto Villanueva

La crisis financiera de México está dejando sin empleo a varios mexicanos. La devaluación del peso empieza a impactar en el bolsillo de casi toda la población. En ese contexto, el uso indebido de los recursos públicos lastima doblemente a la sociedad. Peor todavía, si quienes lo hacen son los vigilantes de que la democracia electoral funcione razonablemente. Se trata del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y existen elementos probatorios que sustentan mi afirmación. Veamos.
Primero. De entrada, el artículo 47 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos establece en su fracción III que es obligación de todo servidor público: "Utilizar los recursos que tengan asignados para el desempeño de su empleo, cargo o comisión...para los fines a que están afectos". Como parte de un ejercicio de investigación aplicada, se solicitó acceso al TEPJF para conocer el historial de navegación a través de Internet en las computadoras de ese órgano jurisdiccional. La respuesta ofrecida en el folio 00000708 indica que si bien el Tribunal carece de obligaciones para almacenar ese tipo de información "en aras de la transparencia", proporcionó datos que se obtuvieron "de todos los servidores de Internet actualmente en uso". Se entregaron 2,628 fojas con la bitácora de navegación correspondiente a 30 minutos de un periodo y fecha escogida por el propio Tribunal. De esta suerte, es posible pensar que se trata de una información que fue sometida a una revisión previa, habida cuenta que en su respuesta el TEPJF no argumenta por qué 30 minutos y no 29 ó 31 minutos y por qué en una hora determinada y no en otra. Aún así, la información es reveladora de un caso que ofrece una muestra de corrupción sin consecuencias.
Segundo. Al analizar una muestra representativa consistente en 29,327 páginas web los resultados muestran cómo se usan indebidamente los recursos públicos en el TEPJF, el cual está dotado de un gran presupuesto y goza de la nómina más alta del mundo en órganos similares (www.revistatransparencia.com). Y ello es así porque son los propios magistrados los que deciden por sí y ante sí el monto de sus sueldos al amparo de su autonomía. El análisis se dividió en 13 rubros. El primero se refiere a imágenes y representa el 5.4 % del tiempo. El segundo está dedicado a videos y películas, con el 5.8 %. El juego imperiaonline es recurrentemente consultado por quienes integran el Tribunal. El tercero, se refiere a chats, con el 6.2 %. El cuarto, a compras, con el 11.3 %. Aquí, las páginas de ticketmaster, viajespalacio son altamente consultadas acaso para combatir el stress del trabajo judicial. El quinto también se catalogó como compras un poco más íntimas, con el 7.8 %. Aquí aparecen además de mercadolibre.com, páginas que ofrecen estimulantes sexuales masculinos a bajo precio. El sexto, se refiere a los Facebook con el 4.2 %. El séptimo, a páginas deportivas con el 5.3 %. El octavo a otros, con el 17.4 % donde los garantes de la legalidad electoral revisan páginas desde aquellas dedicadas a recetas de comida como otras para encontrar pareja e incluso páginas con contenidos eróticos. El noveno, dedicado a consultar periódicos, con el 21.9 %. El décimo, está dedicado a consultas de correos electrónicos no institucionales, fundamentalmente gmail, con el 5.1 %. El décimo primero a bancos, con el 1.9 %. El duodécimo a transparencia judicial, con el 2.3 % y el décimo tercero, a páginas del poder judicial y relacionadas, con el 5.4 %.
Tercero. Como se puede apreciar, quienes laboran en el TEPJF en el 92.3 % utilizan estos recursos públicos para objetivos distintos a los que la ley señala. Nadie podría estar en contra de que magistrados, secretarios de estudio y cuenta y el personal de las áreas de apoyo consulten por Internet las páginas por las que decidan navegar. El problema, en este caso, es que lo hacen en sus horas de trabajo y con el equipo del Tribunal pagado por el pueblo. Lo más grave es que se trate de una conducta consentida por acción u omisión del pleno de la Sala Superior del Tribunal que es, en última instancia, el responsable de poner orden en casa. Esa muestra ofrece indicios, además, de cómo están las cosas por dentro en este órgano garante supuestamente de la legalidad electoral. ¿Cómo puede el TEPJF garantizar el cumplimiento de la ley afuera, si no lo hace dentro de la institución? ¿Cómo es posible justificar salarios de lujo que rebasan decenas de veces el sueldo mínimo a personas, que no sólo violan la ley sino que ni siquiera cumplen su trabajo en plena crisis financiera del país? El TEPJF en nada abona a su credibilidad con estas acciones lamentables que no deberían permitirse más.

PD. Mi solidaridad a Isaín Mandujano, corresponsal de Proceso en Chiapas, ante la campaña de desprestigio y amenazas auspiciada aparentemente por el gobernador del Estado, Juan Sabines, por publicar hechos de interés público sobre Chiapas en estas páginas.

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