sábado, marzo 21, 2009

La Reforma Energética calderonista tiende a privatizar formalmente las instalaciones de Pemex: Antonio Gershenson

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LA REFORMA ENERGÉTICA CALDERONISTA TIENDE A PRIVATIZAR FORMALMENTE LAS INSTALACIONES DE PEMEX: ANTONIO GERSHENSON

Discurso del integrante del Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, Antonio Gershenson, durante la ceremonia conmemorativa por el LXXI Aniversario de la Expropiación Petrolera, en el Monumento al general Lázaro Cárdenas del Río el 18 de marzo de 2009.

Vamos a ver un panorama de la industria petrolera, cómo la están manejando y algunos ejemplos importantes.

Contratismo

El contratismo es una de las formas más importantes de introducir a las empresas privadas, en especial a las transnacionales, a la industria petrolera. Este contratismo puede ser más abierto, menos sujeto a la legalidad, con la incorporación de los Consejeros Profesionales del Consejo de Administración de Pemex. Ahora fueron designados los titulares de estos puestos, con un criterio de repartición entre los principales partidos y el gobierno federal.

“El Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Obras y Servicios será presidido por un consejero profesional”, dice la nueva Ley de Petróleos Mexicanos. El Consejo de Administración, controlado mayoritariamente por el gobierno federal, decide cuál de ellos.

Entre sus funciones está “dictaminar sobre la procedencia de no celebrar licitaciones públicas, en términos de las disposiciones aplicables, y definir, con base en la justificación que para tal efecto presente el área requirente, el procedimiento para la contratación, que puede ser a través de invitación restringida o de adjudicación directa”.

El artículo 134 de la Constitución, por el contrario, establece que “las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública”, y que las otras formas se darán por excepción.

Normalmente, si el costo del contrato estaba debajo de ciertos límites, si era pequeño, se permitían la invitación restringida o la adjudicación directa. Para Pemex, todo eso se va a la basura, el Comité en cuestión decide y autoriza y ya, aunque se vayan a contratar obras por millones de dólares.

El contratar cada vez más obras, a menudo con empresas sin la experiencia necesaria, ha producido accidentes graves.

El pasado 19 de febrero la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió su recomendación número 14/2009 a Pemex y la PGR, que confirma violaciones a los derechos humanos en agravio de los trabajadores de PEMEX y las empresas subcontratadas por esa paraestatal, con motivo de los hechos ocurridos el 23 de octubre de 2007 en la plataforma Usumacinta de PEMEX en la Sonda de Campeche y que motivó que perdieran la vida 22 trabajadores.

Dice la citada Comisión que “se desprende la existencia de violaciones a los derechos humanos a la vida, a la legalidad, a la seguridad jurídica y a la integridad física, con motivo del incumplimiento a las normas y reglamentos de seguridad que se requieren para laborar sobre plataformas petroleras, así como por la deficiente capacitación y equipo proporcionada a los empleados que laboran sobre las instalaciones marinas de PEMEX, aunado a que no se cuenta con embarcaciones de salvamento en las cercanías de esas plataformas oceánicas”.

Pemex rechazó la recomendación. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos consideró infundados los argumentos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para rechazar la recomendación, pues considera que evade su responsabilidad por el accidente en la plataforma Usumacinta.

Privatización de gasoductos y otras instalaciones

Se ha publicado que Pemex Gas y Petroquímica Básica, a partir de 2010, entregará a empresarios privados, para que se encarguen de ellas, la producción, almacenamiento, distribución y comercialización del gas, además del Sistema Nacional de Gasoductos.

La llamada reforma energética de Felipe Calderón, aprobada por el Congreso de la Unión en octubre pasado, por un lado tiende a convertir a la paraestatal en una administradora de contratos. Pero en otros casos la intención es la de “desincorporar”, o sea privatizar, las instalaciones formalmente.

Se ha publicado también que los proyectos y contratos que operará Pemex Gas (abreviamos en adelante) entre 2009 y 2030 fueron planteados en un documento que se presentó ante el Consejo de Administración el 7 de octubre de 2008. Esto abarca el procesamiento y endulzamiento de gas y condensados, así como de la recuperación de azufre en los 10 centros procesadores.

El Sistema Nacional de Gasoductos es conocido como la columna vertebral del aparato de distribución de Pemex Gas. Ya antes se permitió que los empresarios gaseros instalaran redes privadas o en modelos de asociación con Pemex Gas.

Al Sistema Nacional de Gasoductos se conectaron ocho sistemas de gasoductos privados. Son de una longitud equivalente al 39 por ciento de la que tiene el Sistema. Ahora se plantea la desincorporación, la privatización, del Sistema Nacional de Gasoductos completo, con lo que las empresas privadas operarían todo este Sistema: 8 mil 980 kilómetros de la red de ductos de gas natural, además de las 28 terminales de distribución.

Un caso que debemos considerar es el del etileno. Hasta el momento, los intentos de privatizarlo han fracasado y toda la producción de etileno sigue siendo de Pemex. Desde hace 8 años se ha intentado entregar y privatizar este producto, hasta el momento, los intentos han fracasado.

El caso más reciente, durante el gobierno de Fox, fue el proyecto Fénix. Una de las causas básicas del fracaso es que se quiere que rijan en México los precios del gas natural de Estados Unidos, mucho más caros que el costo real de producir el gas aquí. Y entonces así como no ha sido “rentable” la producción de muchos derivados del gas natural por parte de Pemex, también era incosteable para empresas privadas.

El actual gobierno quiere lograr esta privatización con el proyecto Etileno XXI. Las plantas existentes de etileno las opera Pemex Petroquímica, pero ellos quieren que esta entidad siga pagando el gas caro, pero darles a las empresas privadas un precio barato. Lo que se les entregaría es un derivado del gas natural, el etano. Y lo que quieren es hacer una subasta para un contrato de largo plazo, pero por Pemex Gas.

Como ahora el gas esta relativamente barato, la empresa privada que resulte premiada con el contrato va a pagar menos por el etano de lo que paga Pemex Petroquímica. Y esto haría rentable, para la empresa “ganadora”, la producción de etileno, pero Pemex Petroquímica no le podría competir con sus plantas existentes porque seguiría pagando el precio caro por el etano, sobre todo a medida que el precio del gas en Estados Unidos se vaya recuperando, como ya empieza a suceder con el petróleo. El gas natural no debería ser caro, el costo de producción en México permite mejores precios.

La quema de gas en la Sonda de Campeche

En el primer trimestre de 2007, la quema fue del 5 por ciento de la producción total. En el mismo primer trimestre de 2008, ya fue el 17 por ciento de la producción total. En el tercer trimestre de 2008, ya fue el 19 por ciento de la producción total.

En el cuarto trimestre de 2008, en que supuestamente ya se iba a resolver el problema, la quema siguió subiendo para llegar a casi 23 por ciento de la producción total de gas natural.

Esto sucedió, según un reporte de Pemex, “principalmente como resultado del incremento en producción de gas con alto contenido de nitrógeno en la Región Marina Noreste, al haberse rebasado la capacidad instalada para el manejo de gas natural.

Adicionalmente, trabajos de mantenimiento y fallas en equipos de compresión contribuyeron al aumento del envío de gas a la atmósfera durante el trimestre.” Y ese nitrógeno es comprado a una transnacional, contra todas las experiencias técnicas, con un contrato por 15 años.

Los reportes e informes de Pemex han dicho, una y otra vez, que “ahorita sí” ya lo estamos resolviendo, pero los datos que ya mencionamos indican que se quema más, y más, y más gas.

El reporte que cubre hasta el 30 de junio de 2007, dice: “el programa para el segundo semestre de 2007 contempla lo siguiente: ...entrada en operación de dos trenes de la planta recuperadora de nitrógeno (NRU) en Ciudad Pemex, cada uno con capacidad para procesar 300 MMpcd.”

El reporte final de 2007 dice: “el programa para el primer trimestre de 2008 contempla la instalación de la planta eliminadora de nitrógeno de Ciudad Pemex. Al 31 de diciembre de 2007, el proyecto presentó un avance de 94%”.

En el reporte de Pemex que corresponde al primer trimestre de 2008, se dice que “Es importante señalar que para el cuarto trimestre de 2008 se espera reducir significativamente el nivel de gas enviado a la atmósfera, debido a la instalación de equipos de compresión y de inyección al yacimiento en plataformas de la Región Marina Noreste, así como a la entrada de la planta eliminadora de nitrógeno, cuyas pruebas iniciaron en abril.

Durante el segundo trimestre de 2008 continuarán las pruebas de arranque, una vez finalizadas, la planta entrará en operación.” En otros reportes posteriores hay anuncios similares. También los hay por parte del Director General del propio Pemex.

En el reporte que corresponde al cuarto trimestre de 2008, se dice que “la meta es reducir el envío de gas a 3% al final de 2009.” Ya nos corrieron la fecha otro año, y con una meta que evidentemente no van a alcanzar.

Debemos hacer otra observación adicional. Las importaciones de Pemex de gas natural durante el cuarto trimestre de 2008, fueron de 397.5 MMpcd (casi 400). Del gas quemado en el cuarto trimestre, 1,640 MMpcd, como este gas incluye nitrógeno (alrededor del 37 por ciento, no es baja la contaminación), el gas natural quemado fue de aproximadamente 1000 MMpcd.

O sea que si se procesa en la planta toda la capacidad de la misma, que terminada debería procesar 630 MMpcd de gas “sucio”, el ahorro de 400 MMpcd de gas natural evitaría las importaciones. ¡Y, sin esa quema, podríamos tener el gas natural a su costo de producción en México, y no pagarlo carísimo!

Nueva refinería y uso eficiente de combustibles

La construcción de una nueva refinería por Pemex fue una conquista. Fue en lugar de las refinerías de empresas transnacionales que, todavía hace unas semanas, añoraban.

La ampliación del presupuesto se presentó, además, como una medida contra la crisis. Pero, ¿qué se está haciendo en realidad? Ni siquiera se quiere seleccionar un sitio, o revelar el que se escogió, y por lo tanto ni siquiera se ha comprado el terreno, ni se le ha aplanado, ni se ha construido ni lo más sencillo de la obra civil, etc.

Tampoco se ha anunciado el proceso de elaboración de proyectos ejecutivos. Lo que se ha ayudado a contrarrestar los efectos de la crisis no se ve por ningún lado.

Lo peor es que buena parte el trabajo ya estaba hecho por Pemex, y no se ha usado por lo menos en los casos que acabamos de mencionar. El 30 de julio de 2008, hace más de 7 meses, Pemex envió a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión un “estudio de viabilidad para construir una nueva refinería en México”. Vamos a mencionar algunos de los elementos que contiene, ya desde entonces, este trabajo.

Al determinar el tamaño óptimo para la refinería, en estudio llega a la conclusión de que es más económico instalar una refinería para procesar 300 mil barriles diarios de petróleo crudo que una menor. Pero también concluye que es más económico llegar a 600 mil barriles mediante un segundo tren de refinación, que podría empezarse a construir poco después de iniciado el primero.

El estudio compara los costos relacionados con el sitio, y llega a una escala de lo más caro, redondeando, de 2 mil 600 millones de dólares en Cadereyta, Nuevo León, a lo más barato, 637 millones en Tuxpan.

El primer costo es más de 4 veces mayor que el segundo. Si el director general de Pemex ha repetido una y otra vez que el criterio de selección de sitio sería sólo técnico económico, ¿cuántos meses necesitan para la “selección”?

Ahora, se dice también que no se haría una nueva refinería, sino una ampliación de la Refinería de Tula. Mientras tanto, pasan los meses y no se ha hecho nada de nada.

Hace unas horas, por si fuera poco, se nos dice desde el acto del 18 de marzo en Chicontepec, que se haga un debate sobre el sitio en que deba estar la nueva refinería. ¿Era indispensable esperar meses para apenas ahora convocar a un debate? ¿Se acuerdan de los retrasos con la planta eliminadora de nitrógeno, y de las nuevas fechas? Pues ahora la nueva fecha para el sitio es el 15 de abril.

El estudio incluye un plano de ubicación de cada instalación de la refinería, que suma aproximadamente 500 hectáreas. ¿Qué tanto más van a necesitar para localizar y comprar el terreno?

Hay también un estudio de balance de gasolinas y de diesel. Y resulta que, con el actual aumento de la demanda, aún con los dos trenes de refinación no alcanzaría para eliminar la importación de gasolinas. Con el diesel no hay problema. Plantean reconfigurar todas las refinerías “viejas” que no lo están ya, algo carísimo y de poco rendimiento cuando que parte de los refinados que se dejarían de producir sí se están usando y necesitando. Aún así, seguiríamos importando gasolinas.

Es indispensable, de todos modos, racionalizar el uso de los combustibles. Entre 2004 y 2008, las importaciones de gasolinas aumentaron de 95 mil barriles diarios a 336 mil: un aumento de 254 por ciento, a más del triple. Con esto y la declinación de la producción, si no se toman medidas puede cumplirse la predicción del Fondo Monetario Internacional de que a partir del año 2013 podemos ya ser importadores netos de petróleo, o sea que con lo que compramos de gasolina y otros productos petroleros nos acabamos lo que entra por exportar crudo y hasta salimos perdiendo.

El uso del etanol (alcohol), en primer lugar como aditivo, sustituye a una parte de la gasolina. El uso de coches con motores híbridos reduce el consumo de gasolina hasta a la mitad. Hay que sustituir coches con motor de gasolina con los de motor diesel, más eficientes, además que el diesel sí nos puede alcanzar. Las flotillas de gobiernos y organismos públicos deben ser convertidas a éstas y otras alternativas. Hay que ir eliminando camionetas y otros vehículos “tragagasolina”.

Se debe volver a construir el sistema ferroviario y aprovecharlo para mover la carga en vez del transporte por carretera, y también para mover pasajeros. Se debe aumentar el uso del transporte público en las ciudades. Con medidas como éstas, contenemos la expansión salvaje en el consumo de gasolina que ya vimos que existe. Y dejar de importar gasolinas. Esto sería un apoyo para la necesaria reducción de los precios de gasolina, diesel, gas y electricidad, de la que ya se ha hablado en movilizaciones anteriores.


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