martes, marzo 17, 2009

Oligarquía y elecciones


Y mientras a nivel federal se rumoran las intenciones mediocres del panismo para intentar desmantelar la UNAM, lo que es evidente que está lejos de toda posibilidad que no sea por la violencia de una imposición militar y aún en ese supuesto estaría por verse que se consiguiera la derecha los militares apátridas a modo para lograrlo, que termine no sólo con la Universidad Pública, sino con la máscara misma del Estado de Derecho (que no somos) pero que se presume exteriormente es México. Las oligarquías hacen sus apuestas y unifican sus intereses para sacar al PAN del poder político del Estado en todos los niveles ante un priísmo “renovado” que les oferta la continuidad de sus fechorías y la garantía de sus privilegios; una serie de traiciones públicas que se entretejen y salen a la luz para desenmascarar el rostro fraudulento de la derecha panista, el que siempre fue lo mismo, pero ahora ha dejado de ser útil a los intereses oligárquicos del conservadurismo. Liquidada la universidad pública, desmantelado el debate universitario, aniquilada prácticamente la oposición electoral de izquierda y con un Ejecutivo en constante campaña (populista) de “desarrollo social” y al cobijo de los grandes intereses capitalistas, llegó la hora para, las oligarquías con su muy doble y muy moral inmoralidad, de expulsar al único obstáculo de “desarrollo” que significa la división política entre la corriente panista y la corriente priista del PRIAN.Y un ejemplo lo tenemos en Yucatán, con la alcaldía de Mérida y el gobierno estatal, donde las oligarquías, rapaces como siempre y ciegas invariablemente, se reparten cada fracción de la vida política, social y económica para garantizar su inmoral nivel de vida y los privilegios de un sistema populista que reparte asistencialismo ante cada eventualidad en lugar de analizar y proponer soluciones de mediano y largo plazo, soluciones que además estarían, como debe ser, íntimamente ligadas a la sustentabilidad y equilibrio ecológico, que hoy se encuentra en puntos de quiebre irreversibles, justamente por una política que en los últimos años sólo ha respondido a los usureros intereses del capitalismo local o trasnacional. Yucatán se convertirá en el laboratorio del priísmo a nivel federal, la derrota del PAN después de los seis desastrosos y corruptos años de Patrón Laviada y lo que se antoja la próxima expulsión del PAN del Ayuntamiento de Mérida, después de gobernarla por más de 18 años, para tornar a manos de un nuevo y neoliberal priísmo; lo que ensalzará a un priísmo que al parecer no aprendió nada de ser oposición y que regresará con toda la soberbia y la estupidez que lo caracteriza. La derrota del PAN en Mérida es obligatoria; sus últimas dos administraciones son un desastre plagado de sospechas de corrupción. Pero la derrota del PAN, sin acciones contra la IMPUNIDAD, de la que ha hecho su rentable negocio, tampoco significa un cambio, baste ver la forma en que los ex funcionarios panista se siguen burlando de la ciudadanía yucateca ante un Ejecutivo priísta que prometió limpiar la casa y que no sólo no lo ha hecho sino que ha brindado cobijo a muchos de los presuntos corruptos panistas quienes hoy cobran en la nómina del gobierno de Ivonne. Mientras otros se aprestan a participar en las campañas electorales del PRI con la esperanza de alcanzar el fuero en pago a sus fechorías con una curul en la Cámara de Diputados o a comprar su corrupto y fraudulento silencio a cambio de una bien segura plurinominal.

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