martes, abril 14, 2009

Columna Asimetrias.¿A qué Vendrá Barack Obama?







14 abril 2009




“¿Cuál es la Regla de Oro? El que tiene el oro pone la regla”.

Dicho de la política estadunidense.

I

Como bien sabríase, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará el jueves próximo al Presidente de Facto de México, Felipe Calderón. La visita se caracterizará por la pompa y el esplendor y gran cobertura mediática.

Esa pomposidad esplendorosa son inherentes, por un lado, a una visita de Estado de alguien muy importante; por otro, a un propósito distractor deliberado, diseñado para aplicarse con esos fines. La visita ya se anticipa espectacular, de “glamour”.

Al dignatario visitante le han precedido tres secretarios de su gabinete de colaboradores y un ejército de agentes de seguridad –éstos ya llevan tres semanas en México-- y hombres y mujeres de los medios de difusión de todo el mundo.

Ello ha colocado a los motivos de la visita a un segundo plano de interés. Los motivos oficiales de la visita son los estrechar la relación bilateral, en lo general, independientemente de cual sea –y es— ésta.

Empero, en lo específico y particular, don Barack tiene un móvil poderoso: asegurar los términos y el alcance de la dependencia histórica de México como abastecedor de materia prima –incluyendo mano de obra migrante— y mercado de ida y vuelta.

Esos móviles, discernidos así, son sin duda estratégicos para el Estado estadunidense y su naturaleza vera, la imperialita, que ya en retirada --como lo manifiestan las crisis económica y sociopolítica planetarias-- se repliega a sus líneas de defensa próximas.

II

Cierto. El Imperio está en retirada, aunque sus tentáculos políticos, económicos, financieros, comerciales, culturales --científicos y tecnológicos incluso—y, sobre todo, miltares (libra varias guerras en confines distantes) son todavía muchos.

La retirada, sin duda, se advierte en lo que respecta a la esencia filosófica que inspira y nutre al imperialismo estadunidense, como inspiró y alimentó en el decurso de la historia a imperialismos antecedentes inmediatos: el romano, el español, el inglés.

Ese imperialismo estadunidense siempre ha sido mala noticia para Mèxico, desde la independencia de Texas en 1836 (y posterior anexión estadunidense en 1847) hasta el brutal cercenamiento del entonces vasto territorio mexicano en dos partes en 1848.

Pero la retirada actual es también mala noticia para México, pues aumentará el control estadunidense sobre el poder político –de espuria nacencia—del Estado mexicano, emblematizado en la propiedad washingtoniana de Banamex.

Los móviles, señálese, sufren metamorfosis de atuendo, cosmética, precisamente para disfrazarlos u ocultarlos. Ese disfraz es la fanfarria que rodea a la visita de Estado del señor Obama y las expresiones jubilosas de adhesión a los valores de la buena vecindad.

Mas el falso júbilo de los formalismos diplomáticos se convierte en un telón de fondo contrastante. Lo que el estadunidense quiere sin ambajes ni ñañiguismos del Espuriato local no es condicionable a imperativos estratégicos mexicanos. Don Felipe lo tiene claro.

III

Muy claro, reitérese: no en vano el Fondo Monetario Internacional –es decir, EU— le dio a don Felipe una proverbial y mexicanísima “mordida” de 47 mil millones de dólares para reforzar, supuestamente, las finanzas del poder político del Estado.

Don Barack, bien asesorado por quienes leen entre líneas las expresiones historicistas del pasado mexicano, tienen muy presente que nadie resiste la muy probada fórmula de Álvaro Obregón: los cañonazos de 50 mil pesos de la época, allá por los veinte.

Con esa “mordidota” –muestra táctica persuasiva del interés estratégico de EU--, don Barack llegará a México y, guardando las formas de la diplomacia, exigirá gajes de geopolìtica. Don Felipe accederá sin resistencias, pues ya fue comprado.

¿Y qué logra a cambio como ñapa o pilón don Felipe, además de esos 47 mil millones de dólares? Pues sólo triunfos pírricos, que sólo acentúan su condición presente de cabeza de playa del imperialimo en Nuestra América, a saber:

1) Tecnología contrainsurgente y control coactivo sobre la sociedad mexicana bajo la guisa de combatir al narcotráfico y la seguridad nacional. Más narcoguerra y, ergo, mayor inseguridad pública, zozobra social agudizada y, sobre todo, temor y terror.

2) Apoyo político y logístico a las políticas del Calderonato para reprimir discrepancias y disidencias de grupos sociales de laya política al margen del sistema de partidos: desaparecidos, presos políticos con penas de hasta 112 años de cárcel.

A EU le preocupa la ingobernabilidad políica aquí. Al replegarse el imperialismo a trincheras en su patio trasero, lo que menos desea es una insurgencia societal y política. La narcoguerra mantiene a la gente aterrorizada y sin organizarse políticamente.

La interrogante que encabeza la entrega de hoy --¿A qué vendrá Barack Obama?-- tiene para no pocos mexicanos conscientes una respuesta nítida: vendrá a reclamar lo que ya compró en 47 mil millones de dólares. Y a exigir la garantía correspondiente.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Ñañiguismos: de ñáñigo. En México, lenguaje ambiguo y conductas incomprensibles. Dícese de ciertas modos de hablar en ciertas zonas de la cuenca del río Papaloapan, Ver., y la Costa Chica, Gro. En Cuba, perteneciente a un grupo de ascendencia africana que sólo admite hombres; éstos tienen un habla incomprensible para los extraños.

Ñapa: añadidura, regalo.

Pírricos: dichyo de un triunfo o una victoria con aparente o falsa, con más daño para el vencedor.

No hay comentarios.: