jueves, abril 16, 2009

Editorial. Nos lo podíamos haber ahorrado.

Año 6, número 2575
Jueves 16, abril del año 2009

Seguramente por cuestiones de seguridad, la “visita” de don Barak Obama a Calderón, que no a México, nos la podíamos haber ahorrado (que buen dinero que va a costar)

Porque independientemente de que la “vista” más se parece al juego aquél de niños de “Una dos tres por mí, y por todos mis compañeros”, lo cierto es que ambos, Obama y Calderón (o Calderón y Obama, pues en esta ocasión el orden de los factores no alterará el producto; aunque por cortesía se menciona primero al invitado) están en manos de las mismas trasnacionales.

Ninguno de los dos puede imponer su criterio propio y todo lo que “acuerden” será solo la voluntad de las poderosas familias que manejan la economía y que cuando gastan de más, les dicen a sus empleados que los rescaten.

Por lo que todo este costosísimo circo en blanco y negro, nos lo podríamos haber ahorrado. Porque la única incógnita que se vislumbra es cuántos modelitos lucirá la señora Obama. Visiblemente deslumbrada por los reflectores.

Porque por lo demás, lo que más pareciera es que los “chicos” que antes eran socios, ahora no solo quieren una rebanada del pastel, sino que lo quieren todo y por eso se han dedicado a perseguir a los narcotraficantes. Solo que por ahí dicen que “zapatero a tus zapatos”.

Olvidando que la gran recesión del Siglo pasado se superó cuando terminaron con la prohibición y dejaron que los traficantes y los contrabandistas de alcohol invirtieran su dinero.

Y su honorabilidad creció a tal grado que no solo salieron en la revista Forbes (que en aquél entonces no existía) sino que a uno de ellos, a John, hijo de Joseph Kennedy, lo hicieron Presidente de los EEUU.

Solo habrá que ver hacia donde van los intereses de los EEUU, que son una nación con una economía de guerra, para inferir el tema de las conversaciones y el resultado que pretenden lograr.

Quizá solo pasan por alto que la Historia ahí está. Y que ya se podrán unir todas las naciones del mundo, que los adictos no desaparecerán.

Solo que se muere más gente en ambos Países a causa del tabaco y el alcohol (en otra ocasión comentamos de los alimentos chatarra y la diabetes, que se consume una tercera parte del presupuesto para salud de nuestro México) que las drogas que hoy persiguen, además a un costo absoluta y totalmente desproporcionado con los resultados que se obtienen.

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