lunes, abril 06, 2009

Usuarios de tarjetas de crédito, relegados mientras legisladores se doran la piel

Carlos Fernández-Vega

Los senadores se fueron de vacaciones y junto con ellos el dictamen para regular las tasas de interés y las comisiones bancarias que ahogan a los usuarios de las instituciones financieras que operan en México. La prioridad, pues, queda más clara que el agua: más importante resulta el asueto legislativo que la solución del gravísimo problema del agio bancario, el cual, eventualmente y si descansaron lo suficiente, sería retomado por los inquilinos de Xicoténcatl una vez concluida la denominada semana santa, tras un cúmulo de retrasos, atorones, pretextos dilatorios y mano negra panista.

Mientras ellos juegan al peloteo, las víctimas de los voraces banqueros siguen sometidas por el agio de los barones del dinero. Mientras los legisladores se doran la piel, los tarjetahabientes deben hacer frente al creciente pago de intereses, comisiones y conexos que indiscriminadamente les cobran los emisores de dinero plástico, que resultan hasta 10 veces superiores a las que cargan a su clientela en sus naciones de origen. A lo anterior se añade los feroces ataques de los perros (léase tinterillos) contratados por los bancos para que acosen a la clientela morosa.

En fin, mientras los legisladores, tirados en la playa, piensan qué van a hacer, si es que finalmente hacen algo, va la numeralia que sobre el asunto de la voraz banca que opera en México y sus tarjetas de crédito elaboró el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, cuyos inquilinos también se fueron a dorar la piel:

De entrada, advierte que la estructura del sistema bancario mexicano presenta rasgos de un oligopolio, debido a que existen múltiples competidores en este mercado, pero los servicios financieros están concentrados en pocas firmas bancarias. “Con el objetivo de maximizar sus utilidades, ha introducido dos factores que ponen en riesgo el sistema crediticio del país: el otorgamiento indiscriminado de esos plásticos y, como consecuencia, el incremento de la cartera vencida. El análisis del otorgamiento de crédito bancario del mercado de las tarjetas de crédito nos revela que las familias y las empresas del país no han gozado de los beneficios de una eficiente intermediación financiera, porque el diferencial entre la tasa de captación del ahorro y la tasa de colocación del crédito permanece en niveles altos, comparados con los observados internacionalmente, es decir, son incompetentes. El mercado de las tarjetas de crédito opera bajo una estructura de mercado oligopólico, que favorece la concentración de la colocación de este tipo de crédito en pocas instituciones de banca múltiple… Adicionalmente, por el factor riesgo, el mercado de las tarjetas de crédito mantiene tasas de interés altas, incompetentes internamente y en comparación con las existentes en el mercado internacional… La barrera a la entrada de nuevos competidores es un factor que también explica la razón por la cual el mercado de las tarjetas de crédito opera con tasas de interés altas e incompetentes, en comparación con las observadas en el mercado hipotecario… La banca es la única que puede emitirlas, porque goza de mucha protección. Si bien existen plásticos de cadenas comerciales, el ámbito de participación vis à vis las bancarias difiere. Esto ayuda a explicar por qué el margen de intermediación financiera de este servicio ha permanecido muy por arriba de los estándares internacionales”.

Así, en 2006 el sistema bancario que opera en el país obtuvo utilidades promedio en el mercado de las tarjetas de crédito, como producto de la intermediación financiera, estimadas en 46 mil 778 millones de pesos; en diciembre de 2008 se incrementaron a casi 59 mil millones. La estructura oligopólica del sistema bancario en México es un factor que explica la alta concentración de esta actividad en pocas firmas bancarias. El proceso de intermediación financiera es realizado mayoritariamente por siete bancos grandes, de los que Bancomer y Banamex son dominantes, al concentrar casi 40 por ciento de la captación total de la banca múltiple y más de 42 por ciento de la asignación del crédito total.

En materia de tasas de interés, en el periodo 2006-enero de 2009 los bancos obtuvieron una utilidad neta promedio de 28.5 por ciento por el proceso de intermediación financiera en el mercado de las tarjetas de crédito. Esta situación implica que los bancos cobran por el crédito al consumo vía tarjetas 470 por ciento más que lo que pagan por captar el ahorro de las familias y los hogares.

Asimismo la tasa de interés promedio cobrada por los bancos por las tarjetas de crédito es 23.7 por ciento superior al cobrado en el mercado hipotecario; esta situación implica que el crédito otorgado al consumo vía dinero de plástico es 290 por ciento más caro que el hipotecario.

En el periodo citado, el sistema bancario mexicano otorgó 277 mil millones de pesos anuales en promedio para el mercado hipotecario, y 212 mil 428 millones para el de tarjetas de crédito, lo que significa que por cada 100 pesos otorgados al segmento de esos plásticos, concedió 130 pesos para crédito hipotecario. En el análisis por institución bancaria se observa que cuatro bancos grandes concentraron 83.26 por ciento de la asignación total de este crédito (dinero de plástico) en febrero de 2009; de los cuales los dos bancos dominantes, Bancomer y Obamamex, concentraron más de 56 por ciento. Los dos bancos grandes no dominantes (Santander y HSBC) concentraron 27.11 por ciento.

Durante enero-marzo de 2006 circularon alrededor de 17 millones de dichas tarjetas; tres años después, casi 26 millones, 53 por ciento de incremento. El otorgamiento indiscriminado de dinero de plástico ha traído como consecuencia el crecimiento de la cartera vencida. Durante el periodo 2006 a enero de 2009, la cartera vencida en el mercado hipotecario fue de 7 mil 628 millones de pesos en promedio anual, mientras el mercado de las tarjetas de crédito prácticamente lo duplicó, al ascender a 16 mil millones. Por medio del índice de morosidad (Imor) en el mercado de las tarjetas mencionadas se concluye que en enero de 2009, por cada 100 pesos otorgados por la banca comercial para créditos al consumo vía tarjetas de crédito, 10 pesos eran incobrables.

Entonces, a ver qué sucede, si sucede, cuando regresen (ídem) de la playa.

Las rebanadas del pastel

Pues nada, que al pastel de México SA hoy le ponemos su octava velita. Un abrazo a la afición.

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