miércoles, mayo 27, 2009

Ex presidentes suicidas

Francisco Rodríguez
Indice Político
Matarse por no morir es ser igualmente necio y cobarde.
-Francisco de Quevedo-

ALEJANDRO CASONA FUE tajante: Prohibido Suicidarse en Primavera, escribió a principio de la década de los 30’s del siglo anterior. Sin embargo los hechos pasan por alto esa veda y una epidemia de autoinmolaciones recorre al mundo justo a la mitad de la estación de este 2009. Para no variar, el brote que afecta principalmente a ex jefes de Estado surgió en México. Y su primera víctima mortal literalmente cayó en Seúl, República de Corea, el fin de semana anterior.Roh Moo-hyun, quien hasta hace quince meses “encabezara los destinos de los coreanos”, cual suele leerse en la cursilería discursiva, se lanzó desde un acantilado cercano a su casa, al no resistir la presión ejercida sobre él y sus familiares, luego de hacerse público que estaba sujeto a una investigación sobre presuntos actos de corrupción.Moo-hyun, quien durante su mandato preconizara la honestidad, había sido señalado en efecto cual receptor de una cantidad equivalente a poco más de 6 millones de dólares de manos de un empresario zapatero que, por supuesto, esperaba ver devuelta con creces su “inversión”. Para ello, como intermediarios, se habrían prestado su ahora viuda y el esposo de una de sus sobrinas.Tal suicidio conmovió por supuesto a la sociedad coreana.Distinta reacción, en cambio, ha producido en México el “suicidio” de dos de sus expresidentes. El de Miguel de la Madrid, para empezar, quien en el lapso de dos semanas ha firmado dos notas “póstumas”. Ambas dirigidas a la periodista Carmen Aristegui. La primera alcanzó incluso la costosa notoriedad de la inserción pagada en no pocos periódicos diarios de la Ciudad de México. En ella –ya se ha dicho—, el inquilino de Los Pinos de 1982 a 1986, se dejó caer a la fosa y, presionado, con resignación permitió que sus ex colaboradores e incluso sus vástagos lanzaran sobre él las primeras paletadas de humus: las de la ignorancia, sí, pero también las de la ignominia.Una segunda carta de MMH a la conductora de radio y TV dada a conocer apenas ayer, podría interpretarse cual intento de resurrección que, no obstante, llega demasiado tarde. Justo después de que el firmante se encuentra three feet under.La autoinmolación de Carlos Salinas, empero, es la más llamativa. Digna de la nota roja, como son aquellos episodios en los cuales el suicida se lleva por delante a la persona –ya amante, progenitor, vástago, etc.— que le ha arrastrado a tal estado de depresión y soledad que lo único que desea es acabar con su vida.Se sabe ahora que Salinas y De la Madrid se encontraron —¿en catacumbas?— a “tomar un cafecito” este fin de semana. Que en su reunión hablaron de la cloaca que, con su muy difundida entrevista, destapó la periodista. Y que de ahí, seguro, surgió no la idea, sino la orden, de que el antecesor hiciera precisiones sobre el desempeño “histórico” del sucesor.Nadie lo cree. Para todo efecto, ambos están políticamente muertos. Sus dichos y misivas valen hoy lo mismo que las palabras de una médium que se publicite cual transmisora de mensajes del “más allá”.Enoja, eso sí, que los respectivos suicidios no tengan como leit motiv las acusaciones de corrupción que sobre ambos desaparecidos pesan. Eso convierte a sus cadáveres en los más cínicos del cementerio, pues no obstante todo lo sucedido aún se cantan loas entre sí.El coreano Roh dejó una nota antes de suicidarse. En la misma señalaba que había sufrido mucho por las acusaciones de corrupción contra él y su familia: “Lo que queda de mí para el resto de mi vida es solamente una carga para otros”, podía leerse en una nota escrita en su computadora antes de lanzarse al vacío. “No se pongan tristes. ¿Acaso no son la vida y la muerte parte de la naturaleza? No lo lamenten. No culpen a nadie. Es el destino”.Destinos muy distintos los de Corea del Sur y México.Que no panda el cúnico. ¿Que no cunda el ejemplo?
Indice Flamígero: Bravucón el ocupante del Palacio de los Covián. “Calderón no está solo”, salió a retar, frente a imaginario puesto de jícamas y pepinos, a los adversarios políticos que en los últimos días han divulgado videos de su jefe en los que se pone de manifiesto su errática y fallida gestión. Cuidado, pues el señor Gómez Mont es peso pesado. Muuuy pesado.
+ + + Aquí critican la idea, pero el periódico más influyente del mundo califica cual un acierto el crear un monumento a la influenza porcina cual atractivo turístico. Este ornato llevaría la imagen del llamado “niño cero”, Edgar Hernández, de Perote, Veracruz.
+ + + Eliseo Barrón, reportero duranguense, es la enésima víctima del gremio periodístico cuya vida ha sido cobrada por el crimen organizado. Descanse en paz.
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