viernes, mayo 29, 2009

Vitral. ¿A quién creerle?


Por Javier Solórzano















29 mayo 2009


Sería lamentable e imperdonable que el gobierno estuviera utilizando a Michoacán y Morelos como factor para influir en las elecciones. Los operativos de estos días confirman que la narcopolítica está entre nosotros. Bajo la doble moral, muy típica de los políticos, recordemos que hace no mucho tiempo el director del Cisen dijo que no sería extraño que hubiera dinero del narco en las campañas políticas, lo que provocó una reacción desbocada, la cual vista a la distancia sólo puede entenderse como parte de las hipocresías en las que vivimos.

No puede haber contemplaciones en casos como el de Michoacán. La clave está en cómo se hace y en si tienen amarrado el asunto. Si el gobierno supone que los “testigos protegidos” le van a resolver sus problemas, seguirá por la ruta de la incertidumbre que a lo mejor no les disgusta. Hemos visto tantas “certezas” —vendidas como logro, pero que terminan en el hoyo o en el olvido— que es mejor la prudencia. Este día sabremos de qué tamaño es todo cuando se defina la situación legal de los 29.

Sorprende la rudeza en Michoacán y la discrecionalidad en Morelos. Al gobernador panista le avisan o le mandan avisar, en tanto que al perredista no lo reciben en Los Pinos. Aunque la PGR finja demencia —hoy tan de moda, como ejemplificó De la Madrid—, es evidente que se actuó de manera diferenciada. La PGR está convertida en gran juez de casi todos los asuntos antes de que lleguen a tribunales. Tiene una desigual presencia en la sociedad.

Su calidad moral es cuestionada, y más cuando actúa como en los césares para definir quién vive o muere, como en los casos de Ricardo Monreal y del gobernador Godoy. Las versiones que circulan en la prensa sobre Michoacán y las críticas al gobernador se basan en argumentos que la PGR ha filtrado en los medios. Es cuestión de revisar la prensa para formarse una idea de lo que quieren que atendamos.

Si va tan en serio como dicen, el urgente siguiente paso es seguir la ruta del dinero; de otra forma no se sabe si van contra el narco o andan de cacería de gobernadores. Es evidente el daño del narco, lo que se cuestiona es al diagnóstico, a quienes toman las decisiones y a aquellos que las instrumentan; dicho de otra manera: al sistema en su conjunto.

¡OUUUCH! “Se van a quebrar las empresas, mucha chicas, medianas y grandes, van a cerrar los comercios, va a ver locales cerrados por todos lados, los inmuebles va a haber vacíos… No quiero ser catastrofista, pero hay que prepararse para prever y no estar viendo las consecuencias y estar llorando”. Esto dijo Carlos Slim el 9 de febrero. Provocó que le mandaran uno que otro gallo de Calderón para desmentirlo, en el mejor de los casos; en lugar de vociferar le hubieran hecho caso.

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