lunes, junio 01, 2009

La política exterior bolivariana es y debe continuar siendo ideológica y revolucionaria

Barómetro Internacional

Miguel Ángel del Pozo

Los académicos circunscriben la Teoría de las Relaciones Internacionales según las tesis de las escuelas norteamericanas, es decir, deben ser: “realistas” y/o “idealistas”, según los tiempos históricos en “pleno desarrollo”. Se decía, con anterioridad, que durante el Gobierno de Bush, hijo, la política exterior había sido “idealista”; mientras que la política exterior del actual Presidente, Barack Obama, se la califica como “realista”. En ese marco de pensamiento, pareciera que la Política Exterior de Obama es “realista” para algunas situaciones específicas e “idealista” para ciertas regiones globales. Es por ello que los ideólogos y dirigentes políticos de las derechas criollas, por ahora, mantienen las tesis precedentes al actual Gobierno de Obama, es decir, se mantienen en las tesis “bushianas” de que todos aquellos que no comulguen con la “libre empresa” , “la botadera de obreros y empleados” ante la actual crisis económica mundial; que no vote por las “derechas europeas” y que no se “apoltrone” con los escritores convertidos en ideólogos seudo-políticos, son calificados como “comunistas, terroristas, islámicos, iranios, yihadistas, ateos, pro-abortistas”. Para muestra, los textos de Fox News; El País de España; El Tiempo de Bogotá; y, por supuesto, todos aquellos “sesudos criollos” que parecieran que viven y permanecen en el “Jardín de las Delicias” de ese famoso tríptico de “El Bosco”.

Los políticos son más realistas, nos referimos a los políticos norteamericanos y sus acólitos. Para los políticos norteamericanos bien se “confronta” (“confrontation”); bien se “compromete” (“engagement”). Nos referimos a los “acólitos” porque cuando el “centro” de la Política Internacional radicado en Washington decide establecer que las Relaciones Internacionales serán bien de “confrontación” o bien de “compromiso”, los países occidentales capitalistas expresan sus opiniones adhiriéndose a las tesis en ejecución. ¡Claro! El resto de la Comunidad Internacional debe mantener sus análisis sustentándolos en esas realidades aun y cuando no estén en perfecta sintonía con sus intereses de Estado y Gobierno lo que no debería significar un “kowtow” a Washington. Algo complicado el asunto.

Comencemos con el desarrollo actual de una situación que nos importa, directamente, a los estados miembros de la Organización de Estados Americanos como es el “caso Cuba”. El “caso Cuba” se deberá analizar desde varios ángulos específicos: en primer lugar, las tesis que sirvieron para la injustificable expulsión de Cuba del seno de la OEA. En segundo lugar, el análisis del contenido, su discusión y la aplicación que de esas tesis se hicieron para justificar la decisión política y unánime alcanzada por los países miembros excepto Cuba para la expulsión de Cuba del seno de la OEA; en tercer lugar, el carácter violatorio de la decisión que los países miembros que votaron a favor de la expulsión de Cuba del seno de la OEA se alcanzaron para así adherirse a las presiones, fácilmente demostrables, que, desde Washington, se ejercieron sobre los Gobiernos de la Región Americana. En cuarto lugar, analizar las diferencias en dos tesis ideológicas propuestas y sustentadas para justificar la expulsión de Cuba del seno de la OEA; primeramente, las tesis que sustentaron la “Guerra Fría”; y, en segundo término, las tesis propuestas por Rómulo Betancourt, primero aplicadas al “caso Santo Domingo” como preámbulo para su aplicación a Cuba.

En Trinidad y Tobago, el Presidente Barack Obama conoció la decisión de los Gobiernos presentes sobre el “caso Cuba”. Frente a esa realidad, Obama actuó y sustentó, temporalmente, su política exterior hacia la Región bajo los paradigmas del “realismo” y el “compromiso”. Las decisiones políticas tomadas en Washington fueron, perfectamente, percibidas por Fidel Castro. Las realidades que esas políticas decididas en Washington, en los actuales momentos de crisis económica interna en los Estados Unidos de América, quizás no han tenido la repercusión que sectores sociales dentro y fuera de la Isla consideraban podían ejercer sobre la economía cubana. Pero esas decisiones de “buena voluntad” de Barack Obama no están en consonancia con los discursos expresados en Puerto Príncipe de la decisión de los gobiernos de la Región Americana de que Cuba es un país miembro de y en la Región Americana además de ser un importante país por sus políticas, sociales y sanitarias, en referencia, tanto en lo interno de la Isla como con sus compromisos sin obligaciones retributivas con países de la Región. Lo que los países de la Región le expresaron a Barack Obama fue, sencillamente, que “levantara el embargo” que han mantenido los Gobiernos de Washington sobre la Isla durante medio siglo.

En este orden, es obligatorio precisar y aclarar las ideas. Fundamentalmente, hay dos temas sobre la mesa de negociaciones; el primero en el tema del “levantamiento del embargo” por parte del Gobierno norteamericano que es una “solicitud formal” de los “pueblos y Gobiernos” de la Región hacia el Gobierno de Washington en la persona de Barack Obama expresada durante la reunión en Trinidad y Tobago; en segundo lugar, es el tema de la “membrecía” de Cuba que como país de la Región tiene que ser parte oficial y activa de “un organismo continental americano” donde se traten los temas que afectan a todos los países americanos sin excluir a los Estados Unidos de América que los tiene y “bien gordos”.
En el tema del “levantamiento del embargo” ello es una decisión soberana del Estado y Gobierno de los Estados Unidos de América. Los pueblos y gobiernos del continente americano, exceptuando los EEUU de América, han expresado su decisión al respecto; ahora bien, cualquier declaración que se exprese desde el Gobierno de los EEUU de América será conocida, analizada, discutida y expresada, en diferentes formas y foros, pero que tendrá una connotación favorable o negativa hacia el Gobierno de Barack Obama. En este caso, se presentan dos escenarios realistas; en primer lugar, que el Gobierno de los EEUU de América decida “no levantar el embargo” aduciendo “excusas atemporales” para las realidades de las Relaciones Internacionales tanto regionales como globales que tendrán un efecto negativo en la credibilidad de Barack Obama como Presidente y de su Gobierno seudo-social. Por ello, las palabras de “El Caballo”.

En segundo término, que el Gobierno de Barack Obama decida “levantar el embargo” (“engagement”) que tendrá el apoyo de todos los pueblos y gobierno de la Región. Cabe la pregunta ¿Qué efecto, a futuro, tendría esa política de compromiso tanto en las relaciones bilaterales entre Cuba y los EEUU de América?

Con respecto a la “inclusión de Cuba” en “un organismo regional”. Es obligante dividir el tema en dos subtemas. En primer lugar, aquellos que proponen proponer a Cuba su regreso al seno de la OEA; el otro escenario es el desarrollo de un nuevo organismo regional donde estén excluidos los EEUU de América. El Comandante Fidel ha sido diáfano en su declaración sobre el regreso de Cuba al seno de la OEA. En alguna ocasión decíamos que aun si los países miembros de la OEA decidían solicitarle a Cuba reconsiderar su regreso al organismo regional, había temas muy sensibles que se iban a tener que considerar aun antes de que esa aspiración de los Gobiernos se hiciera realidad. Consideramos que Cuba no está pidiendo su incorporación a la OEA sino que frente a la decisión vergonzosa de gobiernos miembros de la OEA, en 1962, los actuales gobiernos, con dignidad, consideran que hay y se debe reparar tamaña afrenta a un país de la Región que ha demostrado que el “comunismo no come niños para el desayuno”.

El segundo escenario, es decir, el desarrollo de un organismo regional donde Cuba forme parte legítima sin la presencia de los EEUU de América tiene varias aristas. ¿Hay voluntad política de los gobiernos de la Región para un proyecto tan importante con connotaciones a futuro que obligará a una profunda reingeniería del escenario regional e internacional? ¿Cómo sería una relación entre aquellos países miembros del organismo regional propuesto con los EEUU de América? ¿En qué organismo regional se ubicarían los EEUU de América? ¿Obligaría ello a la permanencia de la OEA como organismo regional? ¿Sería necesario, en pasos previos, la consolidación de la UNASUR con las funciones normales sobre las que se fundamentan las relaciones entre países en un organismo regional pero “modernizadas” para el siglo XXI? ¿Cómo se incorporarían los países de Centroamérica y El Caribe? Son preguntas con respuestas a ser diseñadas en función de realidades objetivas como son: la importancia de los EEUU de América como potencia global con fuerte influencia en el escenario internacional; la importancia de un desarrollo sostenido de Brasil como potencia regional que podría cumplir las mismas funciones que la Alemania en Europa pero tomando en consideración tanto su tamaño como sus riquezas naturales de las que la Europa carece; las necesarias y objetivas realidades de los países Centroamericanos y El Caribe con sus situaciones geográficas, antropológicas, sus realidades económicas y sus realidades sociales tan profundamente diferentes a las realidades tradicionales-históricas de las sociedades norteamericanas, sus economías estadales, sus poderes políticos con políticas de Estado que se remontan a la segunda mitad del siglo XIX. Estas, entre otras, son realidades que se deben analizar.

En el marco arriba descrito, los EEUU de América deberá realizar un “acto de sinceridad” a sus políticas tanto internas como internacionales a futuro. Conocer sus propias limitaciones frente a un desarrollo sostenido de su crecimiento muy equilibrado en recuperación con la aceptación de las realidades internacionales que se están desarrollando en Europa, Eurasia, el Extremo Oriente, el Índico y el Sudeste Asiático junto a Australia. Como superpotencia, los EEUU de América se ve “forzado” a “lidiar” con los diferentes escenarios que se vienen desarrollando post-crisis de las economías capitalistas globalizadas. ¿Cómo se desarrollarán las relaciones entre los EEUU y China? La distracción necesaria que le viene imponiendo la República Popular Democrática de Corea con implicaciones en sus relaciones con Japón, República de Corea, Taiwán y Australia, socios estratégicos de los EEUU de América. Por otro lado, la situación “global” en Eurasia es de “pronóstico reservado”. El desconocimiento histórico de los especialistas norteamericanos del área es evidente. El “Gendarme necesario” en el Estado de Israel no podrá cumplir con sus responsabilidades geoestratégicas a menos que el Gobierno de Israel decida desarrollar el tan “cacareado” ataque preventivo (tipo Colombia). Barack Obama lo ha manifestado, públicamente, que su Gobierno no apoyaría acciones de esa naturaleza; es evidente que los países productores de petróleo del Golfo se han manifestado. ¿Qué hacer?

delpozo14@gmail.com

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